Desde largos años atrás en la cadena Cope empezó un programa titulado El brocal de los decanos, dirigido por el doctor Esteban Pérez Almeida. Estuvo situado en los atardeceres. Su contenido era una atención a las personas de la tercera edad y sus problemas de salud, de asuntos sociales y de mantenimiento vital.
Más tarde, el titulo pasó a llamarse Los decanos y se colocó a las 15,30 de la tarde. Entraban los oyentes en directo. Las llamadas era abundantes de personas solas, preocupadas por su salud y sus consecuencias. El cuadro de médicos que visitaban el programa eran doctores de categoría en su rama del saber clínico, que creaban una complicidad con el conductor del programa y los oyentes, consiguiendo un programa de verdadero arrastre que tenía una audiencia muy alta.
Hace unos días, fruto de la entrada del grupo de deportes en la cadena Cope, la emisión de los Los decanos ha pasado a las 4 de la madrugada. Probablemente los conocedores de las parrillas de audiencia sospechan que las personas de la tercera edad no duermen de noche, sino que son gente que se van de marcha y se acuestan cuando cuando el sol apunta por el horizonte.
Supongo que el programa no podrá ser en directo, sino enlatado, lo que le hace perder la frescura y originalidad que durante largos años ha tenido. El doctor Pérez Almeida ha aceptado el cambio conocedor de que otros oyentes a esas horas de la madrugada serán los que le oigan.
Este doctor es un médico de honda vocación, canario de nacimiento, estudiante en Salamanca, casado con una extremeña, un gran profesional de la gerontología, un gran comunicador de la ciencia médica a través de la radio, un lujo para la cadena Cope, y víctima, una más, de la irrupción del deporte como el único rey de la programación, en torno al cual ha de girar toda la demás parrilla de programas.
Mi opinión personal es que ya veremos, cuando llegue el EGM, quienes son los nuevos oyentes de Los decanos, pero el cambio ha sido tan brusco que los antiguos oyentes me han comentado que a las cuatro de la madrugada están durmiendo y que no disponen, dada la poca economía de los pensionistas, de ordenadores en los bajarse la grabación del programa. Total que los decanos, las personas de la tercera edad, están desconcertados y enfadados por haber perdido su programa.
Una consecuencia más de convertir el deporte como el rey de toda la programación.
Tomás de la Torre Lendínez