Muchas veces, aquí en El Olivo, he afirmado que la enseñanza española en general, y la andaluza en particular, está hecha unos zorros. Los datos aportados por organismos nacionales o internacionales eran para justificar el estado de salud deprimente de la educación en la España actual. Basta acercarse, por ejemplo, al dato que suministra la siguiente información: Crece el número de “ni-ni” españoles.
El desarrollo de la noticia la pueden, amigos lectores, encontrar pulsando aquí mismo.
Pero, como en la vida existe la luz y la sombra, el bien y el mal, aporto hoy una luz recogida en un instituto pueblerino y provinciano de la región andaluza: un grupo de alumnos de segundo curso de la enseñanza secundaria obligatoria acaban de publicar un libro lleno de historias, cuentos, deseos, ilusiones y de vida juvenil.
Es en el pueblo de Torredelcampo, conocido en todo el mundo por haber nacido en él el cantaor de flamenco Juanito Valderrama, donde yace esperando la resurrección de los muertos. En el instituto más antiguo de la localidad, enseña un profesor de Lengua y Literatura, con vocación de maestro de los de toda la vida.
El curso pasado da clase al grupo de segundo B, de secundaria obligatoria. El conjunto está compuesto por jóvenes diferentes como es normal en la viña del Señor. Al pedagogo se le ocurre motivarles a que escriban una historia con su puño y letra, con sus ideas y su ortografía. Es una de las tareas que se propone en su programa dentro de la asignatura de Lengua y Literatura Española.
Va recogiendo, recopilando, recortando, aumentando, corrigiendo, orientando el trabajo que sale de unas manos juveniles llenas de fuerza, capaces de torcer el tronco de un viejo olivo de esa tierra, lo realiza con paciencia benedictina.
Pasa el verano, en el otoño, el profesor envía a la imprenta todo el conjunto escrito. Sale editado. Los alumnos están en el curso superior. Recogen su libro titulado
SEGUNDO BÉ. Lo venden a diez euros para costear los gastos.
En el interior están las 21 historias salidas de unas cabezas juveniles. Todas tienen sus caracteres positivos. Y todas tienen sus aspectos mejorables como todo en la vida.
Al inicio está la introducción y al final una historia, escritas por el profesor señor Alcalá, que ha sacado a la luz pública y publicada todo el proyecto.
Les felicito a todos, al maestro y los discípulos. He pasado un rato muy agradable leyendo el libro, porque , también, ellos han sido y son alumnos míos.
Tomás de la Torre Lendínez