Silba silbando, la unidad no es lo mismo que la Comunión, Cobito mañana príncipe de la Iglesia, en tres meses una manifestación y no es por la vida.

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En este artículo de hoy voy a empezar silbando.

Cuando uno camina sereno, con la verdad de su parte, con la conciencia tranquila, de buen humor, mirando la vida con alegría, confiando la vida con esperanza, o cuando recuerda aquella canción que le gusta, … pues muchas veces se sorprende a sí mismo silbando. Y nunca falta alguien que con una sonrisa o con la típica palmadita en la espalda le manifieste: “estas de buen humor ¡eh!”

Bien distinto es, cuando uno acude a lugares donde el silbido puede llegar a ser molesto u ofensivo, sea en un partido de futbol, en una manifestación, ante una inesperada parada del metro que se dilata en el tiempo e impacienta a los viajeros, en un retraso en la salida de cual fuere medio de transporte, … muchas veces uno quisiera salir corriendo de esos lugares. Y nunca falta alguien que con rabia o con la típica patadita en las posaderas manifieste: “a que molesta que te silben al oído”.

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Todos sabemos diferenciar entre silbar, que correspondería a la primera opción y chiflar que ya saben a cuál correspondería.

A todos nos cuesta mucho no emitir sonido, y lo que nos sale es silbar o chiflar, por lo que se ve, según a quien y según cuando. Claro, que yo no iba a ser menos.

El hastío al que me refería en mi último artículo, en el que está sumergido la inmensa mayoría del clero de Madrid no es provocado por “falta de oración y de fe” y el hecho objetivo de que en la etapa de Osoro y por tanto en la del auxiliar Cobito hubiese falta de celo apostólico no es fruto de que haya “ausencia de amor”. Estos espiritualismos baratos e infantiloides de cura eternamente joven son inmaduros. Y tirar la piedra y esconder la mano, o lo que es lo mismo escribir públicamente una aparente defensa a ultranza del Arzobispo y Cardenal electo Cobito, mientras que entre los compañeros se opina otra cosa argumentando eso que se opina, es hipocresía cobarde a pesar de firmar con nombre y apellido los artículos.

Y además a ese silbido hay que añadir la más absoluta incoherencia en lo escrito ya que no fui yo quien escribió una carta abierta no ya a Cobito, no ya a los obispos españoles en pleno, sino a todos los obispos del mundo, se ve que porque a humilde a mí no hay quien me gane. Y vaya por delante que me gustó mucho aquella carta y la valentía de tal silbido, y que estoy plenamente de acuerdo en el fondo de la misma. https://infovaticana.com/2022/09/28/el-sacerdote-jesus-silva-pide-a-los-obispos-alzar-la-voz-para-defender-no-opiniones-humanas-sino-la-verdad-de-dios/

Todos podemos silbar, ¡digo yo!; porque si se es coherente no se puede silbar a los obispos del mundo una melodía y a mí la contraria. Porque quizá muchos de los obispos del mundo que leyeran aquella misiva pudieron pensar que quien silbaba en aquella carta “sigue mirando lo que sucede en la curia del mundo” o que “es un cura refunfuñón”. O lo que es peor, y muy probable que algunos pensasen: que el cura silbador era un carca que aún no se ha enterado que hay que poner la moral de la Iglesia en hora y que urge aplicar la agenda 2030 intraeclesia. Porque silba silbando hacia eso nos llevan, y no hay que ser ingenuos.

Querido hermano, me bajo en la siguiente parada y allí me quedo silbando, esperando a que llegues porque circulamos por las mismas vías, las vías de la “coherencia de todos nosotros” y “la comunión con la Iglesia”, como tú mismo recordabas a los obispos del mundo. Te espero para acompañarte por si te salen más Damianes por el camino y notas que tu don José, mi Cobito, nuestro obispo José en ese momento estuviese ausente. Entonces, te vendrá bien que silbemos juntos, aunque yo lo haga anónimamente, porque quiero y porque me da la gana. Y porque no tengo ganas de ser el próximo Manu González de la Archidiócesis de Madrid.

¡Ah!, y yo le seguiré llamando Cobito, primero porque me place y segundo porque le conozco, y muy bien, hace 10 años más que tú, ósea hace 30 años, y la ideología es muy difícil de cambiar por mucho solideo que te pongan. Como siempre le hemos llamado Cobito cariñosamente, y que yo sepa no ha crecido prácticamente nada desde entonces, no veo motivo para llamarle don José. Término, por cierto, que él mismo no acuñó cuando se anunció su desastroso nombramiento, me refiero a aquello de “el obispo Jesús, el obispo Juan Antonio”, por tanto y a lo más, este sería el obispo José, Cobito para los amigos.

Y un consejo cantarín silbador. No te dejes embaucar, no bebas mucho de este vino que no es nuevo y reserva los odres, que el Espíritu Santo siempre da sorpresas.

Cobito el nuevo coletas eclesial, que se nos presentó como un migrante enraizado en Usera, y que en escasos meses ha convertido en un nuevo rico en un abrir y cerrar de ojos, se va a convertir oficialmente, el próximo sábado, en príncipe de la Iglesia Católica. De su humilde casa de Usera al Palacio Arzobispal, de viajar en transporte público a ir en coche oficial, de administrar una nómina de cura raso a despilfarrar con pólvora del rey. Eso sí, luego somos muy sociales paseando por cárceles, San Egidio, CIE´s, Jornadas de Migrantes y lo que venga … pero al final del día regresa a dormir al Palacio que se está más agustito.

Pero es mucho mejor así, yo me he alegrado, en unos meses le hemos dado todas las enhorabuenas que a lo largo de su carrera episcopal se le podían dar, a falta de algún otro nombramiento en Dicasterios menores. El obispo de Roma ha sido astuto como serpiente, propio de jesuita. Se ha dejado asesorar por el hombre que le susurro al oído el nombre de Cobito, el también jesuita Elías Royón, premiado con la participación en el Sínodo de la sinodalidad. El mismo que ha aconsejado a Francisco que lo haga cardenal cuanto antes por si el Papa fallece.

Se ve que eran pocos miembros españoles en el Dicasterio de Obispos, de ahí que haya nombrado a su inminente menudencia miembro del mismo, a pesar que de eminencia tendrá sólo el título.

Cobito esta vez no viaja a Roma para presentar en bandeja de plata la cabeza de su predecesor, esa traición ya se consumó con resultados excelentes para él. Ahora viaja para ir recogiendo los frutos, esta vez en forma de púrpura, quizá no significada por la fidelidad al depósito de la Fe recibida hasta el martirio en favor de la Iglesia esposa de Cristo, sino más bien significada por los aspectos de la dignidad y el poder en la Iglesia.

Desde mi punto de vista, es irresponsable que Francisco, haga cardenal a Cobito. Un presbítero, del presbiterio diocesano de la Archidiócesis de Madrid, que fue nombrado obispo auxiliar a pesar de tener prácticamente todos los informes contrarios a tal nombramiento, es decir negativos. Me parecería excesivo decir que se manipuló al Espíritu Santo para tal nombramiento, pero sí diré que se prescindió de él y por tanto se mundanizó el nombramiento de obispo, dejando al margen la voz del pueblo de Dios a través del cual el Espíritu puede manifestarse más objetivamente. Mucha sinodalidad y poca fe me parece a mí. La ordenación de obispo auxiliar, no se preocupen, fue legitima y por tanto es válida, no así creo yo su elección. No estaría de más, y por qué no, que se hiciesen públicos esos informes, ¿no estamos en la era de la trasparencia?, pues menos palabrería y ejerzámosla. Si se hiciese, se caerían muchas caras de vergüenza, empezando por Cobito que aceptó, siguiendo por Osoro que lo propuso y acabando por el Papa Francisco que lo nombró.

Me entristece, y me consta que no sólo a mí, no poder alegrarme de que mi Arzobispo sea elevado a la dignidad de Cardenal. Pero me parece tan serio y grave lo que está sucediendo en la Iglesia, que cuando a uno le toca vivirlo en carne propia como es el caso de nuestra Iglesia que peregrina en Madrid el dolor se hace más patente y la preocupación más latente.

Hoy sale para Roma toda la plana mayor de los palmeros, empezando por el consejo de gobierno episcopal y terminando por ejemplo por la delegada de jóvenes, quien también acompañase en otra ocasión al jesuita Royón para apoyar la liquidación de Osoro. Todos saben que, con Cobito, como buen político de izquierdas, el que se mueve sí sale en la foto. Y el día 9 de noviembre está cerca y tienen que ser vistos lo más posible, ya que es mucho el poder del Arzobispo de Madrid y más siendo príncipe. Y además Cobito ejerce el poder, razón por la cual es mejor permanecer anónimo, cuanto más sino te gusta salir en las fotos con ciertos personajes.

El viaje a Roma que lo barnizan de peregrinación tiene dos clases de viajeros los VIPs que se alojaran en el Colegio Español y los de clase turista que se alojaran en la Residencia de La Salle. Ya está todo encauzado, las invitaciones, los alojamientos, la comida tras el calore. Nos surge la pregunta del gallego: ¿y quién paga?, me refiero a los VIPs lo de los turistas lo tengo claro.

En estos primeros meses de andadura la vicaria de Pastoral Social e Innovación esta teniendo un significativo protagonismo, que denota por donde van a ir los criterios pastorales, del nuevo. Se han querido significar dos grandes asuntos, en primer lugar, la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado y en segundo lugar el llamado Domingo por la Comunión. Abandera esta vicaria Josito, a este lo de don José Luis hasta le podría molestar.

Con el primer asunto, llega el primer escalabro. El Arzobispo de Madrid, en nombre de la Iglesia, se postula en propuestas políticas que no le corresponden: “los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE,s) encarcelan a personas que no tienen papeles, y eso se convierte entonces en un delito” https://www.youtube.com/watch?v=xXHDivQze-0&t=96s

Lo propio del Arzobispo de Madrid, no es determinar que es un delito y que no lo es, de eso ya se ocupa el ordenamiento civil existente. Demuestra Cobito con esta afirmación que no tuvo demasiados cum laudem a lo largo de sus estudios de derecho civil. ¡Zapatero a tus zapatos!

Los CIE,s son centros no penitenciarios donde se ingresa como medida preventiva y cautelar a extranjeros que están pendientes de que se ejecute una orden de expulsión a su país de origen. Son seis las razones por las cuales un extranjero puede ingresar en un CIE y todas ellas me parecen justificadas. Cobito no debió de estudiar en la carrera de derecho civil que entrar ilegalmente en España es delito y como cualquier otro delito debe ser castigado. Me parece demasiada prepotencia por parte del nuevo, afirmar y dar por válida su posición sobre los CIE,s como “la posición que tiene la Iglesia”. Me parece a mi que se ha venido arriba sin tener argumentos jurídicos ni eclesiales suficientes, y ha conseguido el efecto contrario, dejar a la Iglesia en muy mala posición y puede que provoque un efecto llamado.

Confiemos que después de esa manifestación a la que acudió el Arzobispo de Madrid, el Ministerio del Interior no le proponga que acoja a todos los internos del CIE del barrio de Aluche en su Palacio Arzobispal. Porque si se trata de acoger migrantes, vengan de donde vengan y vengan como vengan, lo puede hacer muy holgadamente Cobito en ese noble edificio del XVIII que cuenta con cerca de 4000 m2, los cuales el nuevo rico dispone a su capricho.

Yo vivo gratis et amore en la casa parroquial con mi santa madre, exactamente igual que el vicario que abandera la Pastoral Social y la Innovación, bueno igual no, él lo hace con su hermana. En mi casa migrantes no hay, ni habrá, en la de Josito tampoco se esperan, quizá algún día en el casoplón de Cobito y ya sería la bomba si tuviesen cabida en Santa Marta. Y es que “una cosa es predicar, y otra dar trigo”.

Con el segundo asunto llega la primera incoherencia. Que se encomiende, la organización del Domingo por la Comunión, a este vicario, que un día presento la dimisión del consejo presbiteral al cardenal Rouco y otro se negó a que el cardenal Osoro le nombrase para formar parte de la canonjía de nuestra catedral, porque él no cree en esa institución ni considera que deba existir, tiene bemoles.

La comunión es algo esencial en la Iglesia. ¿Pero qué es la comunión?, evidentemente comunión no es lo que practica Josito o el entendimiento que nos pide Cobito en su carta. Comunión es lo que “Jesucristo en su vida terrena, y sobre todo en el misterio pascual de su muerte y su resurrección, ha instituido, por el don del Espíritu Santo, una nueva comunión fraterna en su cuerpo que es la Iglesia”. La comunión es algo que nos precede, no que tengamos que construir o alcanzar. El bautismo y la Eucaristía, comienzo y crecimiento de nuestra pertenencia a la Iglesia, son siempre el resultado de una adhesión libre al don divino de la comunión. Por tanto, el camino de la comunión transita por la participación en los sacramentos, y la participación en los sacramentos es precedida por la conversión de los hombres. De todo esto la Iglesia es custodia y administradora.

            Por eso no importa, ni lo más mínimo, que Josito no quisiera ser miembro del consejo presbiteral, ni canónigo de la catedral de Santa María la Real de la Almudena, eso sólo ha demostrado su mala educación, pero ni quita, ni pone nada a la comunión en la Iglesia. Lo mismo que a alguno molesta lo que yo escribo, no por ello falto a la comunión. Yo estoy en plena comunión con el Papa y en plena comunión con mi Arzobispo; lo estoy siempre y cuando los tres estemos en plena comunión con la Iglesia. Y estaremos en plena comunión con la Iglesia siempre que vivamos la fe como respuesta, mediante obras y palabras, a la revelación divina manifestada a través de la Escritura y de la Tradición confiadas a la Iglesia por Dios.

            Lo demás, son personalismos baratos que están llevando a la mundanización de la Iglesia. La comunión no es “encontrarnos, dialogar y entendernos”, así lo diga Cobito, Arzobispo de Madrid o Francisco, Obispo de Roma y Pastor Universal. La comunión es algo mucho más serio, así que mala cosa si se empieza tomándonos el pelo de esta manera. No se trata de ser “Todos uno” entre nosotros, se trata de ser todos uno con Cristo. El simplicísimo sesgado de la carta del Arzobispo de Madrid denota falta de profundidad, y la falta de profundidad manifiesta superficialidad. Hacer referencia al mismo Jesucristo cuando le pide al Padre “Que todos sean uno” (Jn 17,20-26) obviando voluntariamente lo que también le dice Jesucristo “… como nosotros somos uno”, denota que a Cobito, le importa no la comunión, sino la unidad, sólo le importa estar unidos; no cómo estemos unidos.

El Arzobispo de Madrid sabe que le va a costar mucho, probablemente ni lo consiga, que en Madrid haya unión. Tiene dificultades para enterarse, y eso que pertenece a nuestro presbiterio, de que el clero de Madrid y la inmensa mayoría de los laicos de Madrid ya viven en comunión con Dios y su Iglesia, y cuando rompen la comunión a causa del pecado, vuelven a ella por medio del sacramento de redención, no hay otro medio.

Si este pontificado nos va a traer más de lo mismo, es preferible ahorrar en cartas y reflexiones vanas, que por cierto ya nos ha largado dos en una semana; si el objetivo de este pontificado es que estemos todos, todos, todos entonces el fin es la unión; si se emplea el termino comunión cuando se piensa en la unión, se nos intenta manipular; si este es el nuevo comienzo al que quiere que nos abramos, será un comienzo fallido; si este es el esquema del nuevo inicio me parece obsoleto,  otra vez un texto y preguntitas para menores de edad, que manifiestan la inmadurez del que pregunta y la madurez del que no va a responder.

Por cierto, no vi a Cobito en el concierto de Hakuna, ni a sus consejeros; con Osoro sí que iban, ¡qué raro! … y eso que cantaron la de “Que seamos todos uno como el Padre y tú sois uno”.

Comentarios
7 comentarios en “Silba silbando, la unidad no es lo mismo que la Comunión, Cobito mañana príncipe de la Iglesia, en tres meses una manifestación y no es por la vida.
  1. Increíble artículo lleno de chulería, falta de la más elemental educación, cara dura y cobardía. No entiendo cómo no da vergüenza a INFOVATICANA publicar tal estupidez. Todo debe tener un límite.

    1. Los madrileños somos chulos, de ahínco que nos llamen chulapos. Se llama libertad de expresión y libertad de prensa, siempre le queda leer El País

  2. «otro se negó a que el cardenal Osoro le nombrase para formar parte de la canonjía de nuestra catedral, porque él no cree en esa institución ni considera que deba existir, tiene bemoles.»

    Instituciones desfasadas, que ni los creyentes ni la mayoría del clero entendemos. No soy nada próximo a Cómo, pero ahí le doy la razón…

  3. Lo siento, pero los artículos de el tal «Con Balcones a la calle» están llenos de hipocresía y mala fe. O sea, que le llama Cobito porque le conoce desde hace treinta años y así le llaman sus amigos. Pero, ¿acaso es usted su amigo? Si lo fuera, prefiero mil veces tener enemigos que amigos como este señor. Y que conste, que no entro en si don José ha cambiado o no de «ideología», porque no lo sé. Tampoco el autor de este artículo, puesto que presupone que uno no cambia de «ideología» con el tiempo (él se sirve, de nuevo, de una imagen hiriente al identificar ese tiempo con el momento en que alguien recibe el solideo episcopal). En fin, que artículos como este no dejan precisamente a un medio religioso en buen lugar.

    1. Mis artículos están llenos de letras, que le agradezco que lea. A usted le resultarán cómo le plazca a otro maravillosos. Es lo que tiene la libertad de expresión y la libertad prensa

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