Eso es una visita pastoral

Eso es una visita pastoral

No pienso que es genialidad de Don Fidel, buen pastor donde los haya, sino tónica general de todas, o la inmensa mayoría de las visitas pastorales. No se trata pues de un elogio al arzobispo de Burgos. Pero el amigo que me trasladó la noticia, es evidente que no leo ni podría leer todas las páginas episcopales de España, es más, no sigo habitualmente ninguna, ni la de mi diócesis, me da pie para alguna consideración. Que será acertada o no.

Pienso que la actividad de un obispo está con el pueblo que tiene encomendado. Lo demás es accesorio. Aunque haya que atenderlo. Despacho, cuentas, actos sociales, viajes, incluso a Roma, ejecutivo, permanente, plenarias, comisiones …, todo está muy bien pero sin olvidar lo principal. Que es obispo de su clero y de sus fieles. Para eso está constituido como sucesor de los Apóstoles.

Si el obispo de Ibiza, es un ejemplo que nada tiene que ver con la realidad, tuviera encomendada la pastoral de la carretera, una de las pastorales más ridículas que vive nuestra Iglesia aunque está muy bien recordar a los fieles su responsabilidad en la circulación y en otros muchos temas, más importantes, que suelen callar,  y compareciera en Bollulos de la Mitación para celebrar una misa, con reducidísimos asistentes , dos camiones, un autobús y cuatro coches pues me parece que hurta a sus fieles un tiempo que es para ellos y no pata bobalicadas. Y si el de Mondoñedo acude a Vitigudino, es otro ejemplo que no tiene nada que ver con la realidad, a celebrar el día de la pastoral penitenciaria al que llevan a cinco presos de la cárcel más próxima como dando a entender que ese es un campo ubérrimo de acción pastoral pues para que tampoco nos vengan con milongas televisivas. Maravillosa la acción con los presos en su triste situación y todo lo que se haga por reincorporarles a la sociedad  una vez concluida su condena. Pero eso es labor de los capellanes y de los laicos entregados a esa obra de misericordia. Admirable por supuesto. Y también a cada obispo diocesano en su diócesis.

El testimonio que os enlazo es el de una visita pastoral de un obispo, el de Burgos, a su diócesis. Que se es su trabajo. No ir a Guadix a predicar la novena de la Asunción. Por lo que sé de Don Fidel, aunque no sea mucho, y por lo que se cuenta en la crónica, muy propio de la labor de un obispo diocesano.  Esa es su tarea. Hacerse próximo a su fieles para llevarles a Dios. Y conociendo algo su talante, tampoco mucho, me creo que las parroquias visitadas se quedaron encantadas con la visita y con su obispo. Veo que no se trató de una misa más.  Visitó a los enfermos en sus casas, se hizo padre y padre próximo a todos. Empezando por los párrocos. Esos párrocos de numerosos pueblos abandonados a los que ni ellos mismos pueden acudir todas las semanas pero que necesitan el calor de su arzobispo. Que alivie su inmensa soledad.

Bien sé que lo que ahora digo de Don Fidel se podría decir también de otros. Mi queja es que no de todos. No porque no quieran. Tal vez porque no saben. Y porque no se lo curran.

Esa es mi opinión, hasta es posible que equivocada.  El obispo lo es de su diócesis. Lo demás son zarandajas. Posiblemente muchas de ellas atendibles desde el ordenador. Sin perder más tiempo en ellas. O atendibles con obispos eméritos currantes que son poquísimos. Los que curran. Creo que a Fray Carlo Amigo más de uno deberían tomarle como ejemplo.

La visita pastoral la hacen prácticamente todos los obispos. Más o menos demorada. Uno piensa que es su principal tarea. Las otras son añadidura. Pero siempre que n olviden la principal. Su diócesis, su clero, su pueblo. Porque de esso son obispos.

http://www.archiburgos.es/2016/12/05/el-arzobispo-visita-las-parroquias-de-trueba-norte-y-sur/

La fotografía con la que ilustro la entrada, tomada de la página de la diócesis,  creo que ilustra perfectamente lo que he dicho. El arzobispo con dos señoras mayores, ¿podría decir ancianas sin que se molesten?, que parecen contentísimas de posar con su arzobispo. Así deben ser las visitas pastorales. Con niños donde los haya, si es que hay alguno en esos pueblos, y con ancianos, que tanto abundan. Todos ellos beneméritos por tantos años de fidelidad a la Iglesia. Que quieren conservar hasta que Dios les llame.

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