| 20 septiembre, 2024
Que los hay.
Por ejemplo el de Mayagüez (Puerto Rico)
Se llama Luis Rios Matos (1956). Dentro de quince días cumple 68 años.
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https://infovaticana.com/2024/09/20/un-obispo-de-puerto-rico-se-burla-del-cardenal-burke/
Otra pastoral hermosa de Monseñor Sanz sobre la Francia católica https://sanfelixdelugones.blogspot.com/2024/09/desde-nuestro-brocal-recorriendo-un.html
JUAN MANUEL RAMILO,pues si,así estamos muchos … Y es cierto aquí nos enteramos y podemos despotricar y después ,rezar por nuestra pobre Iglesia.Cuántas veces pienso en los discípulos,se imaginan ,una vez en sus tierras de misión burlándose unos de otros ? Imbécil es poco ,ese tipo es piedra de verdadero escándalo .Dudo que tenga buena doctrina y Fe .De caridad ya ni hablamos
Creía que iba a hablar de Taltavull que se ha jactado en mas de una ocasión en el Consell Presbiteral, del cual por suerte ya no formo parte, de que los cardenales Burke y Muller por suerte no llegaran al próximo cónclave. Eso si acaba de irse a Roma pasando por la Seu de Urgell a la entronización del nuevo obispo. Está yendo cada mes a Roma a ver si le prorrogan unos años más. Anda desesperadito el pobre. Eso de irse de Mallorca donde nadie le quiere i verse sin báculo para poder cacarear como gallina clueca, le duele en el alma. Tampoco puede volver a Ciudadela, pues su archi-enemigo es ahora el obispo regente, por cierto un excelente obispo, serio, humilde, con los pies en el suelo, profundamente comprometido con la Iglesia, su tradición y su depósito y encima muy popular y querido, lo contrario del Taltavull que ni en su casa lo quieren. Ya os digo, esta desesperado. Gloria Dei
Muere en Francia el padre Gustavo Gutierrez op.
Parafraseando a Asterix estamos locos. Hay que pedir a la virgen que ponga bajo su manto al cardenal Burke.
Se verán obispos contra obispos…
(Akira, 1973).
Suscribo.
Es un obispo imbécil.
¿Uno solo?????? Su nombre es legión…
Por cosas como esta es por lo que me pongo de los nervios y desahogo mi angustia escribiendo aquí. Esta bendita página es mi paño de lágrimas y, si me faltara, no sé qué haría para consolarme. Gracias, queridísimo don Francisco José.