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UN GRAN ARZOBISPO AFRICANO

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Mons. Ignacio Ayau Kaigama: «Los obispos de Nigeria hemos dejado muy claro que no pagamos rescates»

UN GRAN ARZOBISPO AFRICANO

Ayer el elogio recayó en un arzobispo blanco, norteamericano; hoy el destinatario es un arzobispo de color, negro, nigeriano. Ambos unidos en la lucha por defender la fe de la Iglesia y el respeto y acatamiento a la ley natural moral y a la ley divina positiva, contra los embates de quienes quieren destruir el orden de la Creación.

Señala el arzobispo africano que “revisar una parte del magisterio de la Iglesia es trastocar el todo”; como un lector señala que, en realidad, lo correcto es hablar de trastrocar y no trastocar, recurrí al diccionario de la RAE, que no aclara mucho; en cambio, el Gran Diccionario Sinónimos y Antónimos de Espasa clarifica un poco más la cosa: trastocar tiene como sinónimos alterar, perturbar, subvertir; trastrocar tiene como sinónimo invertir. En resumen, revisar una parte del magisterio, altera, perturba, invierte todo.

Monseñor Ignacio Ayau Kaigama, arzobispo de Abuja, de 65 años, compara: “La concepción africana de la autoridad bíblica, el sexo, el matrimonio y el pecado puede parecer retrógrada y supersticiosa a los liberales occidentales”, pero si el cristianismo está decayendo en Europa occidental, en África florece gracias a una sólida fe bíblica y a las concepciones morales tradicionales.

Según Corriere della Sera del 17 de marzo del 2008, la Iglesia contaba en África con 158.313.000 fieles; hoy son 213 millones y han pasado solo un poco más de 15 años.

El notable crecimiento se debe según el arzobispo nigeriano a cinco factores:

En primer lugar, el cristianismo africano encaja con las convicciones y experiencias religiosas del continente, como la creencia en los milagros, el amor por las historias y proverbios bíblicos, una misión holística del ser y la misión de la Iglesia.

En segundo lugar, el cristianismo africano ha conservado un fuerte sentido de la autoridad de la Biblia, que sigue siendo un texto sagrado relevante y vivo.

En tercer lugar, la importancia perdurable de los conceptos tradicionales de familia y moralidad, que nos protege de los trastornos culturales que está sufriendo Occidente, donde muchos juzgan cruel la postura africana sobre la homosexualidad, los africanos no tienen problema en calificarla como pecado y rezar por la redención de todos los pecadores.

En cuarto lugar, el cristianismo refuerza una fuerte dimensión comunitaria, porque el pecado no es una realidad individual, privada o meramente interior, ya que la vida es comunitaria y holística, natural y sobrenatural, por lo que el pecado tiene consecuencias sociales, políticas, medioambientales e incluso cósmicas.

En quinto lugar, el arzobispo señaló el atractivo que tienen en su tierra, algunas creencias y prácticas tradicionales, como el exorcismo. La demonología es creíble para los africanos.

Finalmente, nos muestra el camino: “Podemos avanzar si nos abrimos paso

hacia la luz que brilla desde el continente oscuro”

Ahora un comentario de Jorge Cantu: “Estos frutos demuestran que los misioneros hicieron muy bien su trabajo de evangelización en el África y las generaciones de obispos y sacerdotes que les sucedieron han sido en su mayoría, como el siervo fiel de la parábola de los talentos”.

Y para concluir, la gran pregunta: si por los frutos se conoce el árbol no sería razonable que quienes gobiernan la Iglesia desde Roma, tomaran como modelos no ciertos países en los cuales la Iglesia está moribunda, sino los lugares en los cuales la Iglesia tiene vitalidad y no solo los africanos, sino también los países del norte de Europa: Noruega, Suecia, Dinamarca, Finlandia e Islandia, en todos los cuales el catolicismo crece y no se nutre solo de inmigrantes, sino de conversiones que vienen en general de iglesias protestantes burocratizadas y desvitalizadas; cabe destacar los buenos prelados de esos países que integran la Conferencia Episcopal Escandinava, algunos como el Copenhague que ya lleva 28 años en el cargo, el de Estocolmo 25 y el de Oslo 18, dedicados a lo suyo, predicar el Evangelio, anunciar la Buena Nueva, no dispersarse en la añadidura olvidando el Reino de Dios.

Bernardino Montejano

Comentarios
1 comentarios en “UN GRAN ARZOBISPO AFRICANO
  1. Se mira y se toma ejemplo de países en decadencia por aquello del ombliguismo europeo, pero está claro que en otros sitios la Iglesia está mucho más viva que aquí y es de ellos de donde hay que tomar ejmplo.

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