Que sigo sin leerla, de momento. Aunque voy leyendo testimonios sobre la misma. El último el de José Granados sacerdote con peso específico en la Iglesia española y al que nadie ha tenido, hasta ahora, por progresista. http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=26366 Su tesis es muy coincidente con la del también sacerdote Santiago Martín en el sentido de que la Exhortación pontificia, como no pocos temían y bastantes deseaban, no hace almoneda de la doctrina tradicional de la Iglesia sino que la ratifica cerrando el camino a la comunión de los divorciados. ¿Es así, se trata de una ilusión de unos buenos sacerdotes, dispuestos a salvar la cara del Papa aunque él se esfuerce en manifestarla impresentable, ocultan para evitar el escándalo una realidad evidente? Pues eso habría que preguntárselo a ellos y no a mí que no he leído el texto de Francisco, De momento. Sin embargo esa sería la única tesis aceptable porque un Papa que cambiase en cuestiones fundamentales, declaradamente o con subterfugios, la doctrina de Cristo proclamada por la Iglesia a lo largo de los siglos, supondría un cataclismo tal y de consecuencias tan terminales que más vale no pensar en ello. Un Papa enterrando la palabra de Cristo, la doctrina de Cristo, para predicarnos la abominación. A uno, que en todo esto escribe sin haber leído, de moment0, lo que algunos denominan ya los Amores de Leticia, lo que le pide el cuerpo es la tesis Martíngranadista del Papa sosteniendo la doctrina de la Iglesia. Como sería lo lógico. ¿Se deduce eso del texto de Francisco o sólo de la buena voluntad y el celo eclesial de unos buenos sacerdotes? Pues vayan ustedes a saber. Yo ni lo sé ni me quiero especializar en dilucidarlo. Al menos por ahora. Otros, presentes en el Blog, se encuentran felices por haber pillado al Papa en un renuncio más y en esta ocasión muy serio. Puede ser que tengan razón, caso de que la tuvieren, pero en menudo berenjenal se encontraría la Iglesia en ese caso. Ya lo decía yo: este Papa es un hereje, un apóstata, un traidor, un canalla… Pues como para alegrarse de semejante éxito. Hay que ser muy rarito para tener laetitia con eso. Pienso que los católicos, de momento, más o menos convencidos, deberíamos sostener la interpretación buenista de que se ha reafirmado la doctrina tradicional a la espera de que el autor de la Exhortación lo desmienta o lo haga la praxis autorizada por el mismo autor. Tal vez se nos sumen los del otro extremo que se habían hecho grandes ilusiones y han presenciado el parto de un ratón. Y con lo que venga, ya se verá. Tal vez entonces haya leído ya la Alegría del amor y me pueda haber formado mi propio criterio. De momento parece, según leo, que el Papa no ha legalizado la comunión de los divorciados vueltos a casar. Si es así pues ha hecho lo que debía. Si ha hecho otra cosa, en mi opinión, lamentable. Pero esperemos a que eso se aclare. O se enturbie definitivamente. En cuyo caso tendríamos que decir otra cosa. Mientras tanto sigo a la espera de encontrar tiempo para leer el dichoso documento.
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| 10 abril, 2016