Si me lo encontraba en algún medio me limitaba a no leerlo. Creo que es clara prueba de que no le persigo hasta el catre, o mullida cama, me es igual, donde estoy seguro de que yacerá solo como corresponde a su estado.
Pero hoy un amigo me envía un enlace a la DEC. que supongo será la Delegación Episcopal de Catequesis de mi archidiócesis de la que Bru es el Delegado. Y que no os la enlazo sino que la reproduzco:
El Cardenal Osoro tiene razón

El Cardenal Osoro tiene razón.
El Cardenal Osoro tiene razón. La Doctrina social de la Iglesia defiende el principio de igualdad de derechos para hombres y mujeres. Faltaría más. Y en el contexto social en el que vivimos en el que se dan tres fenómenos gravísimos contra la dignidad de la persona humana que se establecen especialmente contra las mujeres (violencia machista, acoso en el ámbito escolar y brecha laboral), la Iglesia está y debe estar en primera línea de la defensa de los más agraviados, que en estos casos no son otros que las mujeres por ser mujeres.
No es justo, porque no es informativamente veraz, que apoyar la huelga del día 8 en algunas de las causas de su convocatoria suponga asumir los distintos manifiestos de las entidades convocadoras de la misma. Al omitir una simple letra, la “s” de “manifiestos”, se establece la trampa de la acusación. No hay un “manifiesto”, sino muchos manifiestos los que se han publicado, tantos como organizaciones convocantes o de apoyo de la huelga. Apoyar una movilización para denunciar las tres injusticias antes mencionadas, no significa estar de acuerdo ni con todos ni con cada uno de esos manifiestos.
Pero en realidad todos sabemos cual es la razón de fondo del “escándalo” suscitado por la escueta y desde la Doctrina Social de la Iglesia difícil de contestar afirmación del cardenal Carlos Osoro: la ruptura de la barrera ideológica en la que algunos grupos (de creyentes y de no creyentes) quieren encerrar a la Iglesia. Y que depende de una también simple, en este caso no letra sino palabra: la palabra “desde”. Cuando la Iglesia dice que defiende el derecho a la vida de todos los seres humanos “desde” su concepción a su muerte natural, no está diciendo “en su concepción”, “y”, “en su muerte natural”, sino que ese “desde” significa que tan en contra está del aborto y de la eutanasia como de la explotación laboral y la esclavitud (especialmente de los niños y de las mujeres), de la miseria infringida y consentida causada por el hambre, la sed, la desatención sanitaria, y la exclusión educativa, de millones de seres humanos; de la falta de auxilio a millones de emigrantes, y de todas las injusticias sociales que “matan” lentamente la dignidad de las personas.
Ese es el escándalo. Eso es lo que la ideología neoliberal no quiere ni oír hablar porque esos problemas sociales no se solucionan con la barita mágica del mercado. Eso es lo que cierto conservadorismo integrista y reaccionario no admite después de haber logrado inculcar en la cultura dominante una visión del cristianismo desprovisto de profetismo y de moral social.
Claro que la alusión del Cardenal Osoro a la Virgen María alineada a la defensa de la dignidad de la mujer es una provocación capaz de suscitar escandalo, como lo son todas las palabras y todos los gestos de Jesucristo, su hijo. Como lo es también el Magnificat por María proclamado. ¿O es que se creen que María Santísima no tenía arrojo humano, ni sensibilidad social, ni se unía a las palabras de su hijo cuando denunciaba la opresión de los hipócritas?
Tal vez el “escándalo” producido por estas declaraciones suscite algunas cuestiones mucho más importantes: ¿No nos habremos dejado llevar por una imagen de Cristo, de la Virgen María, y de su misma Iglesia de estampita melosa y acomodada? ¿Quiénes se “amoldan” al pensamiento único, el Cardenal Osoro o quienes se escandalizan de sus palabras? Ya esta bien que el coro de los “bien pensantes” nos dicten a los demás con quienes tenemos que estar y con quienes no estar para no escandalizarse cuando a los cristianos lo único que nos tiene que mover es estar siempre al lado de los que sufren.
¿Por qué la transcripción? Pues para que no haga desaparecer la «barita» que figura en ella. Dándonos la «bara». A mí no se me ocurre llamarle Vru. Ni otras cosas.
Es un texto absolutamente pelotillero del cardenal que le nombró, cosa comprensible en quienes llegan a un cargo sin mérito alguno. Y hasta es posible que con notables deméritos en los que tampoco voy a entrar pues hoy me pilla Bru, o Vru, con «barita» misericordiosa.
Aunque lo que no tiene defensa como lo del cardenal es mejor callarlo que pretender justificarlo. Porque hablando lo empeora. Y lo de menos es la ortografía que eso se le puede pasar a cualquiera. Y todos sabemos que la b y la v están contiguas en la tecla. El problema de Bru no es el ortográfico. Que estoy seguro de que no lo tiene.
Y con esto espero pasarme otra temporada olvidado de Bru.
(La verdad es que el «Grupo Risa», en «esRadio», le retrataba muy bien.
Y estoy seguro de que del nuevo arzobispo matemático, harían otro genial personaje.)
«El Cardenal Osoro tiene razón.
El Cardenal Osoro tiene razón.
El Cardenal Osoro tiene razón.»
Y después, el resto de gansadas.
Vaya personaje.
Este tipo no tiene ninguna credibilidad; antes ultraconservador con rouco e instalado en la poltrona en la cope, ahora se nos pone la camisa de progre con osoro y francisco para seguir en el candelero. Es todo lo contrario de lo que anhela Francisco; un arribista sediento de poder… uno de tantos que pululan por los aledaños de la CEE, y en nuestras queridas diócesis, esperandoa ver si les cae algún cargo de esos a los que nunca en la vida civil hubieran podido aspirar si se hubieran mantenido en la vida civil…
Pocas cosas dan mas verguenza ajena que este baboseo al jefe que ejerce, y no solo ahora el sacerdote Bru.
Asturiano: si es cierto lo que dice vd.- que éste individuo quiere ser obispo- apaga y vámonos! Pobres almas las que tenga a su cargo. Recemos por ellas!
Es Manuel María, no Carlos María, M.M. en lo sucesivo. Seguro que está animado a buscar una diócesis, puesto que se encuentran tan rebajadas, y los méritos que se exigen no son nada del otro mundo, como ha demostrado su ordinario. De aquellos polvos estos lodos.
Perdonen porque mi torpeza es grande, ha llegado un momento mientras leía que no sabía si Jesucristo es hijo de Osoro o de la Virgen María. Por otro lado, no me extraña que haya tantos infieles, si la DEC., es decir, la catequesis base del catecúmeno y el creyente, la lleva este señor, no es de extrañar la ignorancia en doctrina católica. Dios mío, cómo está el patio… Ésto es para irse al desierto de penitente y no volver. Dios nos asista.
Es ingenuo o pelota, porque a estas alturas del partido no se sostiene lo de que el 8M va de justicia social.
Simplemente con mirar quiénes lo convocan y apoyan se sabe de qué va esa fecha.
Esto es grave. Que manipulen los del 8M, ya lo sabemos, pero que manipulen los nuestros haciéndonos creer lo increíble, es, cuando menos, una gran estupidez.
Vergüenza ajena. Grima. Hasta para adular se necesita un poco de talento.
Artículo 1: El Jefe tiene razón.
Artículo 2: El Jefe siempre tiene razón.
Artículo 3: En el supuesto de que un empleado lleve alguna vez razón, tendrán aplicación inmediata los arts. 1 y 2.
Ante el cúmulo de bobadas, ya que están puestas por escrito con la que nos ha torturado a sus lectores, haciéndonos pasar vergüenza ajena, le pondría como penitencia que releyera su escrito todos los días durante un mes antes de acostarse, para no dar muestras de sadismo obligándole a que lo leyera durante más de un mes.
Este sujetillo siempre está al sol que más calienta. Sus casullas ricamente bordadas en oro fino,hacen que parezca una BOLA del árbol de Navidad. Sus posados en traje de baño le hacen parecer más ridículo aún. Y por supuesto su infinita soberbia,clasismo y resentimiento hacen de él lo que es UN (…). Y que el señor me perdone que estamos en Cuaresma.
Y ya está bien de que curas como este individuo nos digan qué tenemos que creer y cómo debe ser nuestra moral. Yo no creo otra cosa que lo que la Iglesia cree y sus santos han vivido, lo demás está de más, señor Bru.
Está bien eso de agradecer los beneficios recibidos, especialmente si no se tienen méritos para recibirlos. Pero de eso a escribir un panegírico lleno de disparates, hay una distancia.
Que alguien defienda una idea que defiende su enemigo, que además no se priva de insultar y de amenazar, no implica que se apoye al enemigo que además tiene otras ideas contrarias.
Hay otras formas de defender las ideas propias sin dar munición al enemigo.
Vuelva al olvido, que es misericordioso en su caso.
Reto a Carlos María Bru a que me cite, tres, solo TRES, manifiestos feministas que se hayan hecho públicos con motivo de este último 8 de marzo que no vayan contra la fe católica.
Bru, por favor, no nos tome por idiotas.
Pues si el cardenal tenía razón en la mayor de sus pifias desde que es obispo, que venga Dios y que los vea.
El texto es, simplemente aborrecible.A este señor le parece que la Iglesia debe ir del brazo de los que, si pudieran, la exterminarían de la faz de la tierra como quien elimina una plaga.Él mismo se unce al carro de sus verdugos, es decir, de los que desearían liquidarla.Eso se llama, o bien traición, o bien ignorancia.Todo el texto rezuma una profunda estolidez, inconcebibe en un cura, sobre la verdadera misión de la Iglesia, que no es, en absoluto, crear un mundo nuevo, sino salvar almas.Por ese camino, la Iglesia va al despeñadero de la insignificancia y la desaparición por hartazgo de los católicos de las barbaridades antievangélicas de sus dirigentes.¿No leyó este señor aquello de sacudirse el polvo de las sandalias?Pues a ver si se sacude él las telarañas del izquierdismo buenista y caduco que predica.
Vuelva a quedarse en el olvido. Para lo que aporta…