Siguen manifestándose los «curas cancelados» argentinos

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Los curas villeros preparan una misa "en desagravio por los ultrajes al Papa Francisco" en la campaña electoral argentina

 

Respuesta de «curas cancelados» a «curas villeros», y su «misa» de desagravio al Papa
 
     Como hemos publicado en días previos, varios «curas cancelados» les hicieron llegar -en forma pública, y en privado- su respuesta a los «curas villeros», por la «misa» en desagravio al Papa; frente a los insultos que recibiera del candidato presidencial Javier Milei. El acto -que se trasformó, practicamente, en uno más de campaña-, contó con la presencia de varios ministros y altos funcionarios del saliente gobierno kirchnerista (ver: https://www.lanacion.com.ar/politica/fuerte-replica-de-la-iglesia-al-candidato-javier-milei-por-las-criticas-a-francisco-nid05092023/ ). He aquí el testimonio, sobre el particular, de uno de los sacerdotes «misericordiados» por el actual pontífice, y sus colaboradores argentinos:
 
Buenos Aires, 5 de septiembre de 2023.-
 
Equipo de curas villeros: 
 
     Como era de esperar, la anunciada «misa» de desagravio al papa por los insultos que recibiera del candidato Javier Milei, terminó transformándose en un acto más de la campaña electoral del oficialismo kirchnerista. Es lamentable esta utilización de la Iglesia, por parte del gobierno; de la que ustedes -quiero pensar bien- terminaron siendo funcionales.
     Es, también, motivo de perplejidad que al final de la misa, en la declaración «Solidarios con el Papa Francisco y con los pobres», en ningún momento, como curas, nombraron a Jesucristo, ni realizaron ninguna referencia bíblica, con frases textuales del Salvador. «Que la Virgen de Luján nos cubra con su manto» es la última frase del documento; y lo más religioso del mismo.
    Escriben ustedes que el candidato presidencial en cuestión habló «con desprecio de lo que significa la figura del sucesor de Pedro, afectando la sensibilidad de la grey católica y de quienes lo estiman». Qué oportuna hubiese sido esta expresión cuando, en tiempos de Juan Pablo II, y Benedicto XVI, por ejemplo, «teólogos de la liberación» y otros curas progresistas, hacían lo propio con ellos; porque no eran de su cuerda.
     Dicen, también, que «el Papa no hace más que actualizar la doctrina social de la Iglesia y el magisterio de sus predecesores». ¿Se refieren a que -como se dijo en el Vaticano- «China es el mejor ejemplo de la aplicación de la doctrina social de la Iglesia»? ¿O es acaso el incondicional posicionamiento con las Naciones Unidas, y los grupos concentrados del poder económico mundial? ¿O, tal vez, el multilateralismo, que amenaza con barrer naciones enteras? Y, en otra frase, resaltan: «Uno se termina preguntando si alguien con ese desorden emocional, que no puede encontrarse con quien piensa distinto sin gritar e insultar, puede soportar las tensiones propias del cargo público al que aspira». Podemos preguntarnos, aquí: ¿Y con los que piensan distinto del actual oficialismo vaticano, hay consideración? ¿No ven, ustedes, en las distintas diócesis argentinas, y de otros países, buenos sacerdotes, ortodoxos y fieles, que son sistemáticamente despreciados, censurados, «misericordiados» y «cancelados», por «pensar distinto» al «padre Jorge»? ¿No ven a sus hermanos sacerdotes que están en la pobreza, y hasta la indigencia, por haber sido despojados de toda misión, e ingresos económicos?
     Otro párrafo dice: «Nosotros, que vivimos en los barrios populares, valoramos la presencia del Estado, porque sabemos lo necesario de un centro de salud que esté en medio de los vecinos… Entendimos muy bien la necesidad de que los niños y adolescentes tuvieran la posibilidad de la escuela del Estado y la parroquial». ¿Acaso hay que aplaudir porque el Estado haga lo que tiene que hacer? Además, ¿se refieren a este mismo Estado, que multiplicó los pobres hasta la mitad de la población del país, con sus políticas clientelistas y demagógicas? ¿Y a este Estado que no le da batalla como se debe al narcotráfico; que hace estragos, especialmente, en las villas?
     En su ataque directo al candidato Milei afirman: «Creemos que endiosar el mercado lleva a la deshumanización a través del olvido de los más débiles. Si sólo despertás leones, es lógico que se coman a los corderos más indefensos. En la ley de la selva, sólo ganan los más fuertes». Solo a Dios debemos adorar; ni al mercado, ni al Estado, por supuesto. Pero, acaso, este supuesto «Estado presente», ¿hizo algo, en serio, por sacar de la pobreza, e indigencia, a los más débiles? ¿O solo les da migajas, con sus planes y subsidios, para que permanezcan siempre dependientes de los demagogos de turno?
     ¿Es «esperanzador -como dicen ustedes- cuando comenzó a entenderse el valor de los programas sociales y las cooperativas y la posibilidad del trabajo comunitario»? ¿No sería más esperanzador que se apostara, lejos de cualquier cálculo electoralista, a que como manda el Señor cada uno pudiese ganarse el pan, con los medios que elija con libertad, legítimamente, con el sudor de la propia frente (Gn 3, 19)? ¿Y que se multiplicaran, desde las villas, buenos artesanos, dueños de un oficio, profesionales, comerciantes, y emprendedores? ¿No sería más esperanzador que se dejasen de multiplicar las villas -como en estas «décadas perdidas»-, y que los «villeros» puedan vivir con acceso a agua potable, cloacas, asfalto, y servicios sanitarios y educativos, de calidad?
     «Tenemos -dicen, también- por delante la urgente necesidad de crecer en la integración socio urbana de las villas con justicia social que se traduzca en salud, educación, alimentación, acceso al deporte, trabajo y seguridad integral para los barrios, que son los primeros en sufrir la inseguridad». ¿Y eso tienen que hacerlo ustedes, los «curas villeros»? ¿No sería mejor predicarles más a sus pobres de Jesucristo, el único Salvador, en el que se fundamenta la dignidad de cada hombre? ¿Y más que de «integración socio urbana» no sería mejor erradicar las villas, y darles a quienes la integran otra localización más sana, con acceso, por ejemplo, al trabajo de la tierra? ¿No sería mejor que se multiplicaran los «parques industriales», los «polos de desarrollo» y los buenos barrios de viviendas populares?
     En el final, dicen: «Celebrando los 40 años de la recuperación de la democracia invitamos a que no nos dejemos llevar por el ‘no te metás’ o el ‘sálvese quien pueda’. Aprendiendo del Papa Francisco, queremos ser buenos samaritanos en la comunidad argentina». ¿Y de celebrar a Jesús, siempre, y en todo lugar, no hablan? Además, ¿la «democracia» puede excusarse de la miseria espantosa, y el caos en los que está sumida Argentina?
     La llamada «grieta» que nos divide a los argentinos tal vez lleve décadas -o hasta siglos- para ser saldada. Como hermano en el sacerdocio, les pido que trabajen para superarla, y no para agrandarla. Ningún favor les hacemos a nuestros fieles con actos como estos. No está bien que los curas hablemos de «desclasados», porque ése es un término marxista. El general Perón, a quien ustedes bien conocen, decía que «hay una sola clase de hombres: los que trabajan». Por lo demás, la figura del Papa Francisco, entre nosotros, lamentablemente, es fuente de fuertes divisiones; incluso en las propias familias. La Iglesia nos prohíbe, a los sacerdotes, ser dirigentes políticos. Peor es, quizás, no serlo; pero sí parecerlo…
     Hicieron ustedes este acto en el día en que la Iglesia celebra a la Madre Teresa de Calcuta. Ella es, en verdad, un digno ejemplo de amor a los pobres, desde Cristo; sin ninguna ideología. Y bien sabido es cómo jamás quiso recibir ayuda de ningún tipo de los gobiernos; para evitar toda forma de manipulación, u otras consecuencias. Ella -y sus hijas, las Misioneras de la Caridad- nos enseñan que todo debemos hacerlo por Jesús, y no por nosotros mismos. Y menos aún, por los enemigos del Crucificado, y de la Cruz.
     Con afecto en Jesús, y la Virgen.
 
Un Sacerdote cancelado.
    
 
 
Comentarios
4 comentarios en “Siguen manifestándose los «curas cancelados» argentinos
  1. Quien se cree Francisco que es? Se ofende gravemente a Dios y a su Santísima Madre, a la Eucaristía, los Sacramentos, hay idolatrías y mucho más… Y este señor vestidito de blanco no hace ningún acto público de reparación… Dice Milei unas verdades de este Francisco y se rompen las vestiduras… PAPOLATRIA, es lo que yo veo y mucho más

  2. Si algo no creo es que en estas celebraciones, los que las organizan sean » sorprendidos» en su buena fe.Pobrismo populista bergogliano de paladar negro.»Siervos» papales genuflexos y funcionales.

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