Sigue siendo escasísima la asistencia al Ángelus del Papa

No me gusta ver fantasmas ni manos negras en la actuación de Francisco. Bastante tengo con sus disparates doctrinales. Bastante pena me da que algunos sedicentes teólogos engañen el común desvirtuando la atención del problema central para provocar la emoción fácil, casi la lágrima. Viene esto a cuenta de lo que expone un profesor de la facultad de teología de Valencia sobre su experiencia en una audiencia. En ella el papa, «dejó los papeles», dice el responsable de la vida consagrada en la archidiócesis levantina. Más bien, el papa «perdió los papeles». Pidió, como dice un comentarista de Infovaticana, un minuto, o varios, de silencio, al estilo masónico. No una oración, no la protección del Padre, sino un minuto de silencio. Tengo delante la hoja dominical de hoy de la diócesis de san Feliu, que recoge twits de Francisco. Con sus mantras que muchos atribuyen a una penchant francmasónica de solidaridad universal basada en la fraternidad (no en la filiación común de hijos de Dios). Quizá lo más importante sea lo que acabo de leer a propósito de uno de sus cambios en el Catecismo de la Iglesia Católica, un cambio en un texto sobre el que fue explicitó el entonces cardenal Ratzinger. Dice el autor del artículo (sobre la llamada Nueva teoría de la ley natural) que Ladaria en el comentario que acompaña al cambio operado en el texto dice que la nueva formulación del número del c´ódigo expresa el desarrollo auténtico de la doctrina que no está en contradicción con la enseñanza anterior del magisterio. Lo cual, de acuerdo con los textos aportados por el autor, de los Padres a los Pontífices, es rotundamente falso. No sé si con sorna el autor del artículo prosigue: si nos tomamos el comentario de Ladaria no en sentido cínico, sino en serio….
Ahí es donde quer´ía llegar, el cinismo del profesor de la facultad de Valencia, el de Ladaria y el no menos del cardenal Schonborn al presentar éste la Amoris Laetitia, afirmando, cómo no, que era conforme con la doctrina de la Iglesia, son cooperantes necesarios en el hundimiento de la Iglesia. ¿Cómo van a acudir si no sale luz, sino tiniebla, confusión?