Se acaba este año verdaderamente trágico para la vida religiosa, masculina y femenina, en España con la noticia de otro abandono. Ahora son las Religiosas del Sagrada Familia de Burdeos las que dejan La Carolina:
Las religiosas de la Sagrada Familia de Burdeos se despiden de La Carolina
Y lo peor es que el que hoy comienza y los que vendrán van a ser más trágicos porque todos y todas, salvo contadísimas excepciones, son menos y un año mayores.
En la fotografía se ven cuatro mujeres, con muchos años, que no dudo vivieron entregadas a la oración y al servicio a los hermanos. En eso toda mi gratitud y reconocimiento. Hace cuarenta o cincuenta años, cuando eran jóvenes ilusionadas en su entrega a Cristo las engañaron, y se dejaron engañar, con la promesa de una primavera maravillosa y de eterna juventud. Para lo cual era necesario secularizarse. Pues ya ven el crudísimo invierno. No se van a otra misión sino a una casa de retiro desde donde contemplarán la agonía de su instituto hasta que Dios las llame. No tengo la menor duda de que junto a Él porque fueron buenas. Pero desde allí se convencerán de su enorme error. Las únicas que sobreviven mejor o peor y algunas hasta crecen no abandonaron el hábito y todos las ven como religiosas porque así se muestran.
Del desastre de esta congregación creo que las cifras no dejan la menor duda. En 1973 eran 4.281 y tenían 404 casas. Y diez años antes seguro que eran más. El 1 de enero de 2016 apenas quedaban ya 1.610 y las casas habían bajado a 244. Se han dejado en la gatera nada menos que 2.671 religiosas que en realidad deben ser 3.000 o casi.
Hoy, dos años después de los últimos datos es posible que sean ya menos de 1.500. Y lo que es peor, de una edad igual o superior que las de la fotografía. Pues ya me dirán el mañana, muy próximo, que les espera. Ir cerrando casa tras casa hasta que la última religiosa apague la luz del último domicilio. A no tardar mucho.
Como para correr a gorrazos a todos y todas los que las animaron a esto.
definitivamente la gran primavera bergogliana, anunciada con bombos y platillos por los lacayos aduladores de bergoglio, ha resultado ser una colosal estafa, un autentico engañabobos.
También se han ido las clarisas de Fortià (Gerona). Quedaba una y la otra con Alzheimer.