Artículo de Jorge López Teulón. Como todos los suyos muy digno de lectura. Y muy instruyente sobre la santa y sus restos.
La condesa de Vigo, primera custodia de sus restos para salvarlos de la barbarie roja, tuvo una relación cercana con mi familia materna y de sangre con la paterna de mi mujer. A mí me conoció de muy niño, yo no tengo recuerdo de ello, pero de esa amistad tengo en mi casa dos retratos, creo que del segundo Conde y la segunda Condesa de Vigo, abuelos de Josefina Tenreiro, o Josefina Vigo, como entonces se la llamaba.
Fue generosísima con la Iglesia, el que fue mi colegio de Vigo debió no poco según creo a su liberalidad y otras obras de la Iglesia se beneficiaron de su notable patrimonio. Pero fueron las monjas, entonces llamadas del Servicio Doméstico, las mayores beneficiarias de su dadivosidad. Solo quedaban, en su línea directa, ella y su hermana Lola, aquejada ésta de una notable discapacidad, y a aquellas religiosas fueron todos sus bienes, incluido su pazo de Bañobre en las proximidades de Betanzos, que creo sigue siendo propiedad de las religiosas.
Tiempos aquellos en los que muchas testamentarías beneficiaban a la Iglesia y algunas con la totalidad de sus bienes.