«¿Pretenden la desaparición de la familia?»

Mons. Manuel Sánchez Monge expresa sus condolencias a la familia de Celia  Barquín - Diócesis de Santander

Un muy querido amigo, en cuyo criterio tengo absoluta confianza, me envía un artículo de un obispo y el título de su correo era: «Un obispo valiente».

Reproducido fotográficamente era imposible leerlo dado el tamaño de la letra. Seguro que cualquiera, por torpe que sea en esto de internet, dándole a alguna tecla aumenta el tamaño de la letra y hace legible el artículo pero yo soy más torpe todavía y no tengo ni idea de cual es la tecla de marras. Con lo que era de lectura imposible.

Fui capaz de averiguar que el artículo era de El Diario Montañés pero no me sirvió de nada pues en el periódico el artículo era para suscriptores y evidentemente no me voy a hacer suscriptor de ese diario.

Pues apenas sé donde se escribió y por quién. Su autor es el obispo de Santander Manuel Sánchez Monge, en puertísimas de presentar su renuncia pues cumple 75 años el próximo 18 de abril. Santander no ha tenido suerte con sus obispos,  desde «el obispo bueno», Don José Eguino, Todos fueron anodinos, malos o peores: Beitia, Puchol, Cirarda, Val, Vilaplana y Jiménez Zamora.  Sánchez Monge es sin duda el mejor de todos ellos. Como para sucederle nombren a Cobo  volverá la diócesis a la penosa línea anterior.

Del artículo en cuestión, por aparecer en una entradilla, he podido leer lo siguiente: «Existe el convencimiento de que las leyes elaboradas por un Parlamento democrático son todas necesariamente buenas y justas, cosa que no es verdad». Pues tiene toda la razón el obispo de Santander. Y no es corriente oír a nuestros obispos decir públicamente estas verdades.

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