Un muy querido amigo, en cuyo criterio tengo absoluta confianza, me envía un artículo de un obispo y el título de su correo era: «Un obispo valiente».
Reproducido fotográficamente era imposible leerlo dado el tamaño de la letra. Seguro que cualquiera, por torpe que sea en esto de internet, dándole a alguna tecla aumenta el tamaño de la letra y hace legible el artículo pero yo soy más torpe todavía y no tengo ni idea de cual es la tecla de marras. Con lo que era de lectura imposible.
Fui capaz de averiguar que el artículo era de El Diario Montañés pero no me sirvió de nada pues en el periódico el artículo era para suscriptores y evidentemente no me voy a hacer suscriptor de ese diario.
Pues apenas sé donde se escribió y por quién. Su autor es el obispo de Santander Manuel Sánchez Monge, en puertísimas de presentar su renuncia pues cumple 75 años el próximo 18 de abril. Santander no ha tenido suerte con sus obispos, desde «el obispo bueno», Don José Eguino, Todos fueron anodinos, malos o peores: Beitia, Puchol, Cirarda, Val, Vilaplana y Jiménez Zamora. Sánchez Monge es sin duda el mejor de todos ellos. Como para sucederle nombren a Cobo volverá la diócesis a la penosa línea anterior.
Del artículo en cuestión, por aparecer en una entradilla, he podido leer lo siguiente: «Existe el convencimiento de que las leyes elaboradas por un Parlamento democrático son todas necesariamente buenas y justas, cosa que no es verdad». Pues tiene toda la razón el obispo de Santander. Y no es corriente oír a nuestros obispos decir públicamente estas verdades.
Lo que quieren destruir es el orden natural que el CATIC predica como La Familia en el Plan de Dios, es decir destruir el plan de Dios, y si los bautizados no hacemos nada lo conseguirán.
2202 Un hombre y una mujer unidos en matrimonio forman con sus hijos una familia. Esta disposición es anterior a todo reconocimiento por la autoridad pública; se impone a ella. Se la considerará como la referencia normal en función de la cual deben ser apreciadas las diversas formas de parentesco.
2203 Al crear al hombre y a la mujer, Dios instituyó la familia humana y la dotó de su constitución fundamental. Sus miembros son personas iguales en dignidad. Para el bien común de sus miembros y de la sociedad, la familia implica una diversidad de responsabilidades, de derechos y de deberes.
La familia cristiana
2204. “La familia cristiana constituye una revelación y una actuación específicas de la comunión eclesial; por eso […] puede y debe decirse Iglesia doméstica” (FC 21, cf LG 11). Es una comunidad de fe, esperanza y caridad, posee en la Iglesia una importancia singular como aparece en el Nuevo Testamento (cf Ef 5, 21-6, 4; Col 3, 18-21; 1 P 3, 1-7).
No creo que nadie tenga dudas de que pretenden la destrucción de la familia y de la Iglesia. Han demostrado que están dispuestos a no detenerse ante nada: con la mentira (¿memoria?) sistemática, prostituyendo a los menores incluso en colegios e instituciones de acogida, e incluso con la eliminación física masiva (1931 – 1939) o los valientes gudaris de ETA con tiros en la nuca o bombas lapa, o con bombas en trenes o mercados ya sean unos ¿moros? o unos terroristas pagados o de cualquier ¿secta?; no se han detenido ante nada y continuarán en el futuro. Roguemos y esperemos que se arrepientan y se conviertan en cuanto se enfrenten a sus propios actos.
Menuda empanada.
«Una ley no es justa por ser ley; debe ser ley porque es justa» (Charles-Louis de Secondat, barón de La Brède y de Montesquieu).
En efecto. Cobo es un ser atroz
En un país democrático el partido político que llegue al poder hará leyes que estén en consonancia con su ideología, si la tiene o con leyes de intereses espureos extranjeros que pretendan imponer, por ejemplo un nuevo orden mundial. España está imponiendo intereses ajenos a España. La democracia cree en el dogma del 51% y sólo en el derecho positivo, les suena algo el derecho natural, y ni les suena el derecho divino.
Efectivamente, la extrema izquierda pretende la desaparición de la familia, que todo el mundo folle con todo el mundo y que los hijos los eduquen instituciones estatales. La razón es su dogma de que todos somos iguales, como clones u hormigas y que la familia impide que realice esa igualdad, porque hay padres mejores o más responsables que otros, que educarán a sus hijos mejor que los otros, así que todos iguales, a que los eduque el Estado.
El artículo, publicado en «Diario Montañés», es de pago:
«¿Pretenden la desaparición de la familia?»
«Existe el convencimiento de que las leyes elaboradas por un Parlamento democrático son todas necesariamente buenas y justas, cosa que no es verdad»
MANUEL SÁNCHEZ MONGE
Jueves, 27 enero 2022, 07:26
https://www.eldiariomontanes.es/opinion/pretenden-desaparicion-familia-20220127223959-nt.html