POLONIA EN EL INFIP
Ayer se vivió una jornada memorable en el Instituto de Filosofía Práctica, quien a través mío, pidió perdón a Polonia, muralla oriental de la Cristiandad por haber demorado tanto en iuncluir a uno de sus grandes hombres, en el curso de figuras ejempolares. Para saldar en parte la deuda, ayer, un modelo argentino-polaco, el licenciado Witold Kopytyñski habló carca del rey Juan III Sobieski y de la batalla de Viena. Dicho monarca gobernó desde 1674 hasta 1696, un largo período de gloria y honor.
Como prueba de la vivencia polaca de la Cristiandad, transcribo la carta del cardenal primado de Polonia Wyszynski, firmada por 34 arzobispos y obispos al episcopado español sobre el milenio de Polocia, el 18 de noviembre de 1968: “España tuvo que echar en la balanza el poder de su fe y de sus armas en las batallas inmortales, como las de las Navas de Tolosa, Lepanto o del Alcázar de Toledo; en otras latitudes, Polonia , hizo lo mismo en los ensangrentados campos de Lignica, de Chocim, de Viena o en las orillas del río Vístula. Dos baluartes de la Cristiandad, en dos extremos de Europa, cumplían así su dramático y glorioso destino”,
“La conciencia de esta analogía la reconocieron ya hace siglos los cerebros y espíritus más avistados: as, el gran rey español Felipe II pudo decir que Polonia es la España del oriente europeo por su lucha en defensa de la Cristiandad y por su fidelidad inquebrantable a la Roma católica”.
“Los imponderables siempre se imponían tanto en las orillas del Vístula y Warta, como en las orillas del Ebro, Duero y Tajo. Y el Caballero de la Triste Figura, cabalga no solo por la Mancha, sino también por la llanura polaca, y el Caballero Vigilante, en cada momento estaba dispuesto a sacrificarse y morir por la fe”.
Magnífico documento que ya cumplió medio siglo y que muestra tiempos mejores, hombres mejores y obispos mucho mejores de los que hoy existen en la Argentina, encabezados por uno que Ojea pero no ve la realidad natural ni sobrenatural y por tanto es incapaz de pastorear su rebaño y conducirlo, desde estos tiempos penosos, hacia su destino eterno.
Y ahora quiero transcribir otro texto clave y actual; las palabras pronunciadas en Austria por Juan Pablo II el 12 de septiembre de 1983, en el aniversario 300 de la batalla de Viena:
“Frente a las amenazas, infortunios y calamidades que vemos y padecemos cada día, la Iglesia observa con mayor preocupación lo que está dentro del hombre, su espíritu y también el espíritu de las naciones; y ve curación, salvación y futuro, es decir cultura en su significado más amplio. Esta síntesis la hacen los individuos, pero también el espíritu de la nación configura de alguna manera a cada hombre y forma generaciones enteras. La nación es fuerza e impulso que crea valores nuevos, plasma su imagen de la vida en la patria y en la familia humana, construye el futuro”.
“Con este espíritu queremos conmemorar la batalla de Viena; queremos manifestar nuestra profunda gratitud a Dios omnipotente porque es el Dios de la historia de los hombres y de las naciones a quienes ha elegido por ‘heredad suya’ y las ha salvado de pruebas y experiencias incuso mortales; queremos manifestar nuestro profundo agradecimieno a Dios omnipotente porque dio a nuestros padres audacia y fuerza”.
“Aquí, en Viena, queremos rendir homenaje al Rey Juan III Sobieski porque defendió a la patria amenazada por el enemigo y se esforzó por defender a Europa, a la Iglesia y a la cultura cristiana cuando estas se encontraban en peligro de muerte. Queremos dar gracias a Dios por la victoria obtenida hace aproxinadamente 300 años. Recordemos a los ejércitos, a las órdenes del Rey, sobre todo a nuestros compatriotas, que con la caballería combatieron en Viena… por medio de ellos venció Dios”.
Quienes ayer asistieron a la conferencia entienden, porque vieron las ilustracionnes, a que Juan Pablo II se refiere cuando alude a la famosa y terrible caballería pesada polaca que hizo estragos entre los secuaces del pedófilo Mahoma y a todos recomiendo una “asistencia virtual” a la clase del camarada Kopytynski, pues fue grabada y será emitida en you-tube por Cruz del Sur.
Pero lo más importante de todo esto, es lograr que estos hombres, esta gesta, actúe en nosotros. Que el modelo de un un papa grande, incluso con algunos errores con los de Asís, nos sirva de comparación con ese pigmeo que hoy nos gobierna, padre del lío, señor del caos; que esos obispos que integran nuestros tristes episcopados como el argentino, que ni siquiera se visten como tales despierten. Que sacerdotes y laicos católicos los confrontemos con los heroicos prelados polacos de los tiempos del cardenal Wyszynski, que vivían la Cristiandad y sigamos su ejemplo, como lo sigue hoy la Iglesia polaca que combate a un gobierno perverso, a los políticos polacos que acaban de derrotar el proyecto abortista, que no pudieron hacer pasar los cipayos que sirven al nuevo orden mundial.
Polonia combate por lo importante. España y la Argentina no. Y la culpa es nuestra, porque hoy, los jirones de Cristiandad ,todavía existen entre nosotros y en nuestra madre patria. Nuestra tarea es vigorizarlos y extenderlos. Dar la lucha pero no en los ámbitos urgentes pero secundarios de la economía, sino en los importantes y primarios de lo trascendente. Ya lo decía Saint-Exupéry: es urgente que el hombre coma, porque si no se muere; pero una vez alimentado, no me interesa una especie que engorde; no me interesa el cirio graso, sólo por su llama mido su calidad (cito de memoria). Satisfechas las necesidades básicas, eliminada la miseria, aparecen las grandes cuestiones: el sentido de las cosas, el puesto de hombre en el mundo, la búsqueda y el encuentro con Dios.
Con un pie en el estribo, pido a mis amigas reales, Estela y María, hagan llegar estas líneas al querido fray Pedro para que, en su amplia cultura, incorpore a Polonia a su “armario de la memoria”.
Buenos Aires, septiembre 26 de 2024. Bernardino Montejano
las cosas en polonia tampoco es que estén para descorchar la champaña y tirar los voladores, ya que las ordenaciones sacerdotales en dicho país están bajando rápidamente y algunos pronostican que, dentro de 10 a 15 años, la iglesia polaca estará en la misma crisis terminal de la iglesia en irlanda.