Pérez Bustamante ha enloquecido

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Y se ha creído que vivía en los tiempos de Jesús que a saber si fueron tiempos y no una mitificación interesada de algunos con ansias de poder. No se ha enterado de que hubo un Concilio Vaticano II y que Rahner, Masiá, Küng y muchísimos otros hace ya no sé cuantos años que desmontaron las supercherías que atribuyeron a un tal Pablo de Tarso que seguramente tampoco existió. Y el pobre sigue creyendo en el pecado y en el infierno. Espantaniños para adueñarse de conciencias débiles en los que hoy ya ni los niños creen. http://infocatolica.com/blog/coradcor.php/1410071025-resulta-que-vivir-y-morir-en#more26690 Nadie vive ni muere en pecado que es otro invento para aterrar incautos y poder vivir a costa de sus temores. Hoy, los que tantos siglos vivieron de esa miserable trampa han tenido un momento de honradez y han confesado, por fin, que todo era mentira. Que no hay pecado, ni infierno ni nada después de la muerte. Aunque tan honrados no son. Porque, si todo es un camelo, ¿Qué pintan asumiendo unos papeles absurdos? ¿Para qué Papas, obispos, curas, religiosos o monjas? ¿Para qué la Iglesia? ¿Y las exhortaciones apostólicas? ¿La cruz en la declaración de renta? ¿Las pantomimas de la misa, en una aldea perdida o en San Pedro? Si es que o te crees lo que cree Pérez Bustamante o todo el tinglado no tiene el menor sentido. Empezando por el señor de blanco que vive en el Vaticano. ¿Si no hay infierno, para qué quiero a mi Papa, a mi arzobispo y a mi párroco? ¿Para qué sostenerles con mi dinero? ¿Por qué amar a mi prójimo? Todo sería un inmenso absurdo. Una grotesca parábola sin sentido que algunos aprovechateguis intentan seguir ordeñando. Con la nueva Iglesia que nos pretenden vender sólo hay una salida lógica: el ateísmo. Pues yo prefiero quedarme con las locuras  de Pérez Bustamante y con el Cristo de los Evangelios y de San Pablo. Con los demás, de blanco, negro, púrpura, morado o arcoíris, iuris tantum. Y con algunos hasta sobra el tantum.

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