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Palabras del beato mejicano Anacleto González Flores, mártir cristero, que parecen escritas para la España de hoy

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Recomiendo meditarlas:

«¡MÉXICO CATÓLICO, DESPIERTA DE TU LETARGO!»
(Discurso del beato Anacleto González Flores, laico y mártir, patrono de los laicos mexicanos.)
Muchos católicos desconocen la gravedad del momento y sobre todo las causas del desastre, ignoran cómo los tres grandes enemigos , el Protestantismo, la Masonería y la Revolución, trabajan de manera incansable y con un programa de acción alarmante y bien organizado.
Estos tres enemigos están venciendo al Catolicismo en todos los frentes, a todas horas y en todas la formas posibles. Combaten en las calles, en las plazas, en la prensa, en los talleres, en las fábricas, en los hogares. Trátase de una batalla generalizada, tienen desenvainada su espada y desplegados sus batallones en todas partes. Esto es un hecho. Cristo no reina en la vía pública, en las escuelas, en el parlamento, en los libros, en las universidades, en la vida pública y social de la Patria. Quien reina allí es el demonio. En todos aquellos ambientes se respira el hálito de Satanás.
Y nosotros, ¿qué hacemos? Nos hemos contentado con rezar, ir a la iglesia, practicar algunos actos de piedad, como si ello bastase «para contrarrestar toda la inmensa conjuración de los enemigos de Dios». Les hemos dejado a ellos todo lo demás, la calle, la prensa, la cátedra en los diversos niveles de la enseñanza. En ninguno de esos lugares han encontrado una oposición seria. Y si algunas veces hemos actuado, lo hemos hecho tan pobremente, tan raquíticamente, que puede decirse que no hemos combatido. Hemos cantado en las iglesias pero no le hemos cantado a Dios en la escuela, en la plaza, en el parlamento, arrinconando a Cristo por miedo al ambiente.
Reducir el Catolicismo a plegaria secreta, a queja medrosa, a temblor y espanto ante los poderes públicos «cuando éstos matan el alma nacional y atasajan en plena vía la Patria, no es solamente cobardía y desorientación disculpable, es un crimen histórico religioso, público y social, que merece todas las execraciones».
…. Las almas sufren de empequeñecimiento y de anemia espiritual. Nos hemos convertido en mendigos, afirma, renunciando a ser dueños de nuestros destinos. Se nos ha desalojado de todas partes, y todo lo hemos abandonado.
Hasta ahora casi todos los católicos no hemos hecho otra cosa que pedirle a Dios que Él haga, que Él obre, que Él realice, que haga algo o todo por la suerte de la Iglesia en nuestra Patria. Y por eso nos hemos limitado a rezar, esperando que Dios obre. Y todo ello bajo la máscara de una presunta «prudencia». Necesitamos la imprudencia de la osadía cristiana.
Los católicos de México, han vivido aislados, sin solidaridad, sin cohesión firme y estable. Ello alienta al enemigo al punto de que hasta el más infeliz policía se cree autorizado para abofetear a un católico, sabiendo que los demás se encogerán de hombros. Más aún, no son pocos los católicos que se atreven a llamar imprudente al que sabe afirmar sus derechos en presencia de sus perseguidores. Es necesario que esta situación de aislamiento, de alejamiento, de dispersión nacional, termine de una vez por todas, y que a la mayor brevedad se piense ya de una manera seria en que seamos todos los católicos de nuestra Patria no un montón de partículas sin unión, sino un cuerpo inmenso que tenga un solo programa, una sola cabeza, un solo pensamiento, una sola bandera de organización para hacerles frente a los perseguidores.
Comentarios
8 comentarios en “Palabras del beato mejicano Anacleto González Flores, mártir cristero, que parecen escritas para la España de hoy
  1. El nombre Anacleto, por muy griego que sea y por muy bonito que sea su significado, tiene, en 2021, escaso recorrido. ¿Se imaginan a unos padres españoles actuales imponiéndoselo a un hijo? Esto no es una crítica a nadie: solo constato una realidad.

    1. No cantamos victoria. Monseñor Vera nunca se calla.
      Alguna vez estuve en una ordenación de sacerdotes dominicos que fue precedida por Raúl Vera, y a la que el dicho obispo iba retrasado; uno de los frailes se quejó de que el obispo no llegaba, y otro fraile, haciendo ironía de las interminables homilías del dicharachero Vera, dijo con sorna «el problema no es que llegue, el problema es que se vaya».

      En realidad Franciscus le ha hecho un favor. Lo ha desatado de su diócesis y lo ha soltado por toda la República, de la mano del perverso diácono dominico homosexual y proaborto Julian Cruzalta que lo acompaña en algunas misas escandalosas, el cual está desde hace más de 20 años fuera de convento «con licencia» pero que nunca ha pedido la exclaustración, y que tampoco nunca ha sido sometido a juicio canónico alguno, por lo que disfruta de seguir usando el hábito dominico en las marchas del orgullo gay, y la estola cuando ejerce de diácono en las misas presididas por el obispo Vera y algunos otros sacerdotes jesuitas y dominicos que le invitan.

      Vera tal vez viva en un convento de la orden, posiblemente vuelva a Chiapas, donde viviría en San Cristobal, o en Ocosingo, ¡ cuidado Mons. Rodrigo Aguilar Martínez, obispo de San Cristobal de las Casas !

      La buena noticia sería que la Provincia de Santiago de México de la Orden de Predicadores fuera sometida a una visitación canónica, no daré más nombres, pero los frailes sacerdotes y hermanos cooperadores con relaciones homosexuales activas son varios, y conocidos de algunos feligreses (escandalizados unos más y otros menos). Y están otros problemas doctrinales, el sacerdote que declara que la resurrección de Jesús es figurada (para no pasar por hereje, afirma que existe, pero la explica diciendo que Jesús «resucita» porque los apóstoles están reunidos, y el se hace presente); otro fraile más que da clase en la Universidad Iberoamericana (miembro del sistema Nacional de investigadores) que afirmó en una entrevista reciente que la iglesia no plantea todavía el matrimonio homosexual «eso sería más adelante», dijo.

      Hay muy buenos sacerdotes entre los dominicos de México, pero por unos se pudre toda la provincia. No sirve de nada tener un excelente promotor vocacional y maestro de postulantes bueno y piadoso, si los futuros estudiantes de la provincia serán corrompidos (en todos los sentidos) en los estudiantados de filosofía y teología. Y ahí va el célebre Vera, de regreso al convento.

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