En estos momentos, salvo error por mi parte, hay 37. Cifra que igual hoy mismo varía por fallecer alguno de los existentes o por incorporarse uno nuevo. Y espero que desaparezca pronto esa vergüenza episcopal que es el segundo emérito de Solsona. Por pérdida de su condición episcopal, su carácter es indeleble mientras viva,
El decano es el que fue cardenal arzobispo de Toledo, Francisco Álvarez que tiene 96 años. Lleva 19 años de emérito
Con 95 le sigue el que fue arzobispo de Oviedo, Díaz Merchán. Los mismos años de emeritaje pero algunos meses más. Es el decano no de los eméritos sino como emérito. Como si Juan Pablo II tuviera más prisa en despacharle. Pronto.
El que fue arzobispo de Mérida-Badajoz, Antonio Montero tiene 93. También bastante rápida la aceptación a los 75 años. Con lo que ello puede significar. A su casa antes de los 76. Lleva de emérito 17 años.
Tienen 92, y por este orden, el de Málaga, Buxarrais y el de Orihuela-Alicante. Oliver. A mí me parecen penosos ambos aunque uno menos imputable al ser su cortedad tanta. De Buxarrais pienso que el error estuvo mucho más en quien le nombró que en el nombrado. Los fallos que hubiera podido tener el Senado Romano no pueden achacárseles al caballo de Calígula. A Buxarrais hubo que evacuarle a los 61 años, en 1991, mientras que Oliver duró hasta finales de 2005
El emérito de Gerona, Soler es otro de los obispos típicos de aquella aquella época en la que Pablo VI no nos envió ninguno, o casi ninguno, bueno, éste, también de los malos. Tiene 89 años, lleva de emérito 13 y ya no le recuerda nadie.
Uriarte, emérito de San Sebastián, está a la cabeza del cuadro de deshonor episcopal una vez desaparecido el repugnante Setién. Es ya el último representante de aquella cuadrilla de asesinos de la religión en aquellas provincias vasconavarras que fueron las más católicas de España y hoy son las más secularizadas. Tiene 88 años y lleva ya de emérito doce. Y prácticamente desaparecido un par de ellos.
Con ochenta y siete años hay tres obispos, los eméritos de Tuy-Vigo, Sevilla y Sigüenza-Guadalajara, Diéguez, Amigo y Sánchez. Emérito el cardenal desde el 2009, el gallego desde el 2010 y el salmantino a partir del 2011. Amigo ha mantenido una extraordinaria presencia y los otros dos prácticamente han desaparecido. El charro, afortunadamente.
Tienen 86 años los eméritos de Palencia, Cádiz y auxiliar de Toledo. Castellanos, Ceballos y Borobia. El agustino, de lo peor, lleva ya 18 años de emérito (1992) y sigue malmetiendo en Palencia, ahora amparado por el titular, también agustino y calamitoso. El andaluz y el navarro son eméritos desde 2011 y 2010 y prácticamente desaparecieron el día en que se les aceptó la renuncia.
Con 85 años está el cardenal Rouco, arzobispo emérito de Madrid desde 2014. Tiene la edad del Papa aunque está muchísimo mejor. Se mire por donde se mire.
84 años tiene el cardenal arzobispo emérito de Barcelona Sistach, desde que se le aceptó la renuncia en 2015 todavía más Nostach.
Tienen 82 años los eméritos de Segovia y Lérida, Rubio y Piris, que pasaron a esa situación en noviembre de 2014 y agosto de 2015. El primero siempre dispuesto a ayudar en Toledo a lo que haga falta, querido por todos y el segundo felizmente desaparecido.
Los eméritos de Burgos y Jaén, Gil Hellín y del Hoyo, tienen 81 años y están en esa situación desde 2015 y 2016. Si pasaron desapercibidos como titulares no digamos ya como eméritos.
Con 79 años están los eméritos de Avila y Getafe, García Burillo y López de Andújar, a ambos se les aceptó la renuncia en 2018. Fueron dos excelentes obispos y el primero, me consta, queridísimo en Ávila.
Con 78 años tenemos al que fue discretito obispo de Albacete, Benavente, creo que mejor persona que obispo.
Tienen 77 años los eméritos de Toledo, Zaragoza, Tarragona, Burgos, Canarias y Huelva. Rodríguez Plaza, Jiménez Zamora, Pujol, Herráez, Cases y Vilaplana. A Toledo y Tarragona se les aceptó la renuncia en 2019 y los restantes en el 2020. Creo que salvo Tarragona fueron buenos o aceptables obispos.
Con 76 años están los eméritos de Zaragoza, León, Sevilla y Salamanca, Ureña, Julián López, Asenjo y Carlos López. Zaragoza es un caso especial y Ureña es emérito desde 2014, cuando tenía 69 años. El de León desde 2020 y los otros dos del 2021. El de Salamanca una nulidad con balcones a la calle.
Con 75 años los ya eméritos de Jaén y Orihuela-Alicante, Amadeo Rodríguez y Murgui. Dos inútiles de libro que nunca debieron llegar al episcopado.
El emérito de Ciudad Rodrigo, Berzosa, tiene 64 años y es emérito desde 2019
El emérito de Solsona, Novell, tiene 52 años y es emérito desde 2021. Una vergüenza del Vaticano que le mantiene como obispo emérito pese a estar casado civilmente.
De momento solo una diócesis, Toledo tiene tres eméritos, dos arzobispos y un auxiliar, y Orihuela-Alicante, Sevilla , Jaén, Zaragoza y Burgos, dos
Desconocemos el estado de salud de casi todos nuestros eméritos, porque apenas se habla de ellos (ni para bien ni para mal). Dada la avanzadísima edad de muchos, es posible que se produzcan bajas en la lista, si bien es cierto que ha habido largas temporadas sin ningún óbito. Que yo recuerde, monseñor Palmero murió en marzo y, desde ese mes, no ha fallecido ninguno.
«Zaragoza es un caso especial y Ureña es emérito con 69 años en 2014…» deseo aclarar: en esos años se urdió la «TRAMA MAÑA», un plan de luchas de poder, carrera eclesiástica, por la cual Omella fue nombrado arzobispo de Barcelona y Vicente Jiménez, arzobispo de Zaragoza, desbancando a Mn. Ureña rebajandole – como se diga-a simple sacerdote. Aquí también fue, más que rebajado, humillado y calumniado y obligado a dimitir de su condición sacerdotal el P. MIGUEL ANGEL BARCO, con la colaboración estelar del jesuita Germán Arana. Aprovecho, por ser de justicia, recordar que el Padre Miguel Angel Barco interpuso querella contra Cardenal Omella por falsedades en documento público y también otra querella contra Arana por calumnias. La primera esta en fase de apelación en TSJde Cataluña y la segunda en 1 instancia de Madrid. Esta última se ha admitido a trámite. Ha sido citado en reiteradas ocasiones D. German Arana y no se presenta, no se haya o no contesta…
Por favor ortografía: «halla»
El día que se sepa TODA la verdad fliparemos en Stereo
Hay mucho más de lo que se ha dicho
Zaragoza, tambien con dos eméritos propios y tres mas residiendo en la Diocesis (Borobia, Redrado, Moline)
La Conferencia Episcopal va a tener que ampliar el presupuesto para pagar el sueldo a los tanto emérito.
Típico de la época. Aunque él ya nos llegara con Juan Pablo II. Como si digo que Cadiñanos es un obispo típico de aquella época en la Que Pablo VI no nos enviaba obispo bueno. O casi ninguno.
«El emérito de Gerona, Soler es otro de los obispos típicos de aquella aquella época en la que Pablo VI no nos envió ninguno, o casi ninguno, bueno,» ¿Quiere decir el autor del blog que san Pablo VI continuaba enviándonos obispos trece años después de muerto?