3 comentarios en “Los hay descontentos con lo de los jesuitas en Montesión Mallorca”
Una de las derivadas más importantes del colapso de la vida religiosa en España en las décadas posteriores al CV2º es el inmenso patrimonio inmobiliario que está quedando abandonado por el simple, implacable e interminable cierre de casas, conventos, iglesias, noviciados, seminarios, residencias, colegios… y por supuesto parroquias que han quedado sin parroquianos.
Por un lado, es una inmensa pena desde el punto de vista de la conservación del patrimonio edificado, en muchísimos casos edificios muy antiguos, con gran valor artístico, protegidos o merecedores de protección, testimonio de la historia de España y de la Iglesia.
Por otro lado, y esto es más importante, es también una inmensa pena porque supone privar a pueblos y ciudades, a la sociedad entera, de la presencia de lo sagrado, del recuerdo cercano e inmediato de Dios, que ha iluminado la vida de tanta gente en pueblos y ciudades a lo largo de siglos.
Un auténtico drama, que habla de la descristianización de Occidente.
Ojalá las personas e instituciones responsables de estos activos sean capaces de dar el mejor uso a los mismos, aunque me temo que no va a ser así.
Por cierto, temo que muchos activos de la Iglesia acaben liquidados en beneficio indirecto de fondos de reparación a víctimas de la «apertura mental y moral postconciliar.».. que permitió la entrada a la vida clerical de personas que los años han demostrado nunca debieron ser aceptadas. Ojalá me equivoque. Ojalá no seamos tan necios.
¡¡No todo debe ser dinero para recaudar y más dando la iglesia de la comunidad jesuita para este proyecto¡ No ha de extrañar que haya personas que no pongan la X de la renta y que bajen los legados a las órdenes religiosas.
Si el comprador rehabilita el edificio, lo cuida y no daña sus obras de arte, me parece bien. Que los jesuitas se enriquezcan no me extraña: es lo suyo. No existen los jesuitas pobres (ni los dominicos humildes ni los agustinos fieles ni los franciscanos inteligentes, según el dicho).
Una de las derivadas más importantes del colapso de la vida religiosa en España en las décadas posteriores al CV2º es el inmenso patrimonio inmobiliario que está quedando abandonado por el simple, implacable e interminable cierre de casas, conventos, iglesias, noviciados, seminarios, residencias, colegios… y por supuesto parroquias que han quedado sin parroquianos.
Por un lado, es una inmensa pena desde el punto de vista de la conservación del patrimonio edificado, en muchísimos casos edificios muy antiguos, con gran valor artístico, protegidos o merecedores de protección, testimonio de la historia de España y de la Iglesia.
Por otro lado, y esto es más importante, es también una inmensa pena porque supone privar a pueblos y ciudades, a la sociedad entera, de la presencia de lo sagrado, del recuerdo cercano e inmediato de Dios, que ha iluminado la vida de tanta gente en pueblos y ciudades a lo largo de siglos.
Un auténtico drama, que habla de la descristianización de Occidente.
Ojalá las personas e instituciones responsables de estos activos sean capaces de dar el mejor uso a los mismos, aunque me temo que no va a ser así.
Por cierto, temo que muchos activos de la Iglesia acaben liquidados en beneficio indirecto de fondos de reparación a víctimas de la «apertura mental y moral postconciliar.».. que permitió la entrada a la vida clerical de personas que los años han demostrado nunca debieron ser aceptadas. Ojalá me equivoque. Ojalá no seamos tan necios.
¡¡No todo debe ser dinero para recaudar y más dando la iglesia de la comunidad jesuita para este proyecto¡ No ha de extrañar que haya personas que no pongan la X de la renta y que bajen los legados a las órdenes religiosas.
Si el comprador rehabilita el edificio, lo cuida y no daña sus obras de arte, me parece bien. Que los jesuitas se enriquezcan no me extraña: es lo suyo. No existen los jesuitas pobres (ni los dominicos humildes ni los agustinos fieles ni los franciscanos inteligentes, según el dicho).