Había ocurrido ya en Estados Unidos, Sur de Francia.
Sería importantísimo que una Orden tan gloriosa abandonara el camino de la muerte.
Los dominicos españoles, salvo contadisimas excepciones siguen dejados de la mano de Dios.
Uno de ellos había dicho hace ya bastantes años: antes muertos que observantes. Aquí están ya muy cerca de conseguirlo. Pero gracias a Dios en otros lugares hay síntomas de supervivencia.
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Curiosamente la recuperación va unida a la del hábito.