Os enlazo un artículo de Ideal, diario ajeno a tradicionalismos eclesiales. Está redactado desde la comprensión e incluso con alguna simpatía.
http://www.ideal.es/sociedad/intruibo-altare-20171112001511-ntvo.html?edtn=granada
Al redactor mi agradecimiento por la mención a mi pobre persona. Que no soy asiduo al modo extraordinario del rito latino. En el presente año sólo he acudido a una de esas misas. Aunque también es cierto que siempre que asisto quedo impactado por la devoción y la participación de los fieles. Que me inclinan a lo mismo.
Tenía previsto este mes de noviembre asistir a otra pero la interferencia de unos frailes, mentecatos y mequetrefes, además en vías de extinción, al menos en España, la ha hecho imposible. No voy a decir que Dios les confunda porque ya les tiene confundidísimos.
Mi intervención en eso, que alguna he tenido, saben mis lectores que no ha sido nunca la de defender las excelencias de una misa, vetus o novus, sobre la otra, ambas, celebradas como la Iglesia manda, son infinitamente santas, sino defender a los fieles en su derecho de participar en una u otra. La que ellos crean mejor para su propia santificación.
Y en eso quiero ampliar mi felicitación al arzobispo de Sevilla que acaba de dar muestra de querer ser el padre de todos sus fieles. Con su asistencia a una misa por el modo extraordinario que además se celebró en la capilla de Reyes de su monumental catedral. Esos fieles, Don Juan José, le quieren y le están muy agradecidos. En Sevilla hay una misa dominical por el modo extraordinario. Diga lo que diga el Motu Proprio eso, lo sabemos todos, es generosidad del ordinario del lugar. ¿Qué debería ser obligada? Vale. Pero no todos son generosos.
En Sevilla llevan ya unos cuantos años con misa dominical avalada por el pastor diocesano. Este año, además. se quiso hacer presente en la misma y en el lugar más simbólico de su catedral. Son ya unos cuantos los obispos que permiten, sin problemas, o ya con muy escasos, la misa por el modo extraordinario. Y que nadie me venga a decir que tras el Motu Proprio de Benedicto XVI eso es una obligación. Porque eso ha sido un error del Motu. Ya puede decir lo que quiera que en una diócesis la autoridad es la del obispo. Aunque la ejerciera mal. Y no hay cura, buen cura, de los estrafalarios nos libre Dios, que no se someta, con gusto o sin él, al mandato del diocesano.
Unos cuantos, no muchos, permiten ya la misa por el modo extraordinario. Y vuelvo a decir lo de que con gusto o sin él, que eso es cosa de ellos. Y tal vez más meritorio en los que la permiten contra gusto. Tres de ellos, tal vez alguno mas pero ahora no me viene a la memoria, han participado incluso en esa misa. Como celebrantes o asistentes. Curiosamente todos de una provincia eclesiástica: Sevilla. Los sufragáneos de Córdoba y Canarias y ahora el metropolitano. ¿Será verdad lo de que Sevilla tiene un color…?
Pero tampoco hagamos de la escasez de esas misas bandera de arrebato. Se requiere un grupo estable de alguna consistencia. ¿Lo hay en Ciudad Rodrigo, Urgel, Mondoñedo u Orense? Pienso que no. Créanlo y si luego el titular se opone ya diremos lo que quepa decir. Y un grupo estable no son dos personas y alguna de ellas sedevacantista.
Me dijeron de un obispo, cuyo nombre ahora no voy a decir ni tampoco sé si el hecho fue real, que en conversaciones previas para lograr en su diócesis una misa por el modo extraordinario fue interpelado por uno de los asistentes que le dijo: ¿A usted le encantará la misa tradicional. Y él le respondió: No me gusta nada pero si tengo fieles que me la reclamen no se la voy a negar. Pues con eso valdría. Pero, primero, fieles. Y esa es vuestra tarea, queridísimos amigos afectos al modo extraordinario. Dad a conocer esa misa, llevad a ella a amigos, algunos se quedarán admirados de su piedad y su belleza, los que no la tengáis próxima referidles lo que rebosa vuestro corazón y hoy existen mil medios para mostrarle lo que es. La extraordinaria página Acción Litúrgica muestra todos los días devoción y belleza. Pero eso es cosa vuestra y de que sepáis vender una buena mercancía. Yo no voy a ser ajeno. Pero tampoco vuestro agente comercial. Y siempre distante de extralimitaciones. Quienes sostengan que la misa nueva es herética o simplemente protestante no tienen nada que ver conmigo. Ni yo quiero tener nada que ver con ellos.
Analista: No exagere: El todo Sevilla y sus alrededores no pasa de usted y un par más caso de que esos existan. Ustedes a lo suyo en lo que quieran. A mí me da igual. Pero en mi Blog, no. ¿O se creen que es suyo? El arzobispo de Sevilla, Don Juan José Asenjo, ha estado muy bien y muy generoso. Los fieles del modo extraordinario de Sevilla le están agradecidísimos. ¿Qué usted quiere sembrar cizaña contra la misa tradicional, Una Voce Sevilla y el arzobispo? Es usted muy dueño. Pero se ha equivocado de sitio. Aquí, no. ¿Tengo que añadir que me parece usted un mierda tocapelotas? Pues sin el menor problema. Estoy hasta los mismísimos de los salvadores de la patria y la religión que no salvan nada y hunden lo que tocan. ¿No le gusta este Blog? Pues me parece muy bien y a freír espárragos. Tampoco a mí me gusta usted. Pero usted en su casita. No en la mía. En la que no recibo a cualquiera.
Francisco José: está claro que no hay más ciego que el que no quiere ver. Allá quienes opten por la ceguera voluntaria; yo tengo muy clara la verdad de este asunto, que conoce toda Sevilla y alrededores, aunque algunos pretendan tapar el sol con un dedo.
Y, por cierto, los «bergoglianos» tienen muchos motivos para pensar que en este blog se le ha hecho daño al Papa Francisco y a su pontificado.
Vamos a ver si lo entienden algunos. Es una estupidez lo que que en este Blog se puede criticar al Papa y no al arzobispo de Sevilla. Aquí se puede criticar pero no hacer daño. Los que critican al Papa tendrán o no razón Pero el Papa no se entera. Es seguro que ni lee este Blog ni nadie va a darle cuenta de lo que en él se dice. El arzobispo de Sevilla ha tenido el gesto de asistir a una misa por el modo extraordinario y nada menos que en la capilla de Reyes de su catedral. Con lo que Una Voce de Sevilla ha quedado encantada y agradecidísima. Me consta. Don Juan José se mostró como un padre también de esos hijos. Me parece que venir con tiquismiquis que perturben esa buena relación sólo serviría para enturbiar las buenas relaciones existentes. ¿Qué pueden ser mejores? Todo puede ser mejor. Pero también pueden ser peores. Y eso es lo que pretendo evitar. Criticar al arzobispo por algo que ha hecho bien me parece suicida. Y como para que el arzobispo decida que en adelante ni agua.
No hubo ningún rapapolvo sino unas palabras generosas y paternales. ¿Qué no fue con traje coral y sólo con sotana filetata? Pues fíjense ustedes que insulto más imperdonable.
La misa fue un éxito. Mucha gente. Los de Una Voce Sevilla, encantados. Pues para decirle gracias Don Juan José y no venir a ponerles a los amigos de Sevilla palos en las ruedas. Aquí yo no voy a permitirlo.
Esos sacerdotes detestan del Novus Ordo todo lo que les recuerda la liturgia tradicional.
Es que ese es el problema, Hermenegildo, que los sacerdotes pasotas y descuidados de los que hablamos no están encantados ni tan siquiera con el Novus Ordo, porque si de verdad estuvieran encantados con el, por lo menos harían las cosas bien dentro de ese rito; pero a mí, lo que estos curas me están demostrando es que desprecian hasta el Novus Ordo, que desprecian todo lo que sea liturgia en general. Y, claro, por su puesto, si desprecian el propio rito en el que en teoría (pero dudoso en la práctica) celebran, pues como para que no desprecien también y todavía más el rito tradicional, que les huele a pasado y porque en él el uso del latín es obligatorio y el celebrar la misa mirando a Dios también, cosas que no quieren oír ni que se hable de ellas. Si que es cierto que la liturgia tradicional, al ser más compleja y elaborada, y en muchos casos más completa, que la liturgia conciliar, es todavía más despreciada por este colectivo de sacerdotes, pero la explicación se reduce a eso, a que estos sacerdotes son tan minimalistas y tan vagos (desde la perspectiva litúrgica), que si se niegan a celebrar bien el rito moderno, como para hablarles del rito tradicional, pero precisamente por esto la falta de respeto se lo hacen más al rito moderno que al tradicional, porque es en el moderno en el que supuestamente celebran y por tanto es este rito el que están mancillando.
Estos curas tampoco son partidarios del Novus Ordo, simplemente lo admiten como el «mal menor» y algunos se escudan en él para justificar sus innumerables abusos, y con ello están deformando el rito y deformando todos los elementos de la liturgia, y dando una imagen de la misma lamentable.
Fíjense que hay curas que celebran sin casulla, tan solo con la estola sobre el alba (y esto el Novus Ordo tampoco lo permite, tan solo en las concelebraciones y para los concelebrantes, nunca para el celebrante principal) y hay curas que suprimen deliberadamente partes de la misa o cambian el orden de las mismas, y si en la liturgia de la palabra toca leer dos lecturas antes del evangelio, algunos suprimen una por abreviar… etc…, pero estos abusos no los tolera el rito, porque el rito es muy claro a la hora de determinar en qué se puede ser creativo y en qué no. Todos estos sacerdotes de los que hablo son enemigos de la liturgia y, por tanto, no son amigos de ninguna de las dos formas del rito romano.
Yo así lo veo.
Joven acólito que quiere servir a Dios: insisto. ¿No te hace pensar que todos esos sacerdotes pasotas y descuidados estén encantados con el Novus Ordo y aborrezcan la Liturgia tradicional?
El problema es que el Novus Ordo deja en algunos aspectos margen a la «creatividad . «En el usus antiquior todo está reglamentado con precisión. Y por ello no se puede celebrar de modo distinto a como especifican las rúbricas.
Joven acólito: Tienes una sabiduría que me asombra. Y toda la razón en que el modo del rito no supone nada. Porque no es bueno tergiversar. El novus ordo es hermoso y querido por la Iglesia. Igual que el vetus. Santísimo. No propicia nada los abusos sacerdotales. Esos son personales y no del rito. Cierto que muchos curas se ciscan en el novus pero eso no es consecuencia de él- Si no de ellos y de un permisivismo de la autoridad verdaderamente lamentable. El novus es eclesial y santo. Y me parece absurdo comparar a un bastante menos del uno porción que celebran el vetus, con notable conciencia de como se debe celebrar, con bastante más del 99,9% que celebran el novus. en el que hay muchísima morralla sacerdotal. No es cuestión del rito sino de los celebrantes. Y los abusos, muchísimos, no dependen de él sino de la permisividad, asquerosa en no pocos casos, de los obispos.
Tenemos dos misas infinitamente santas, más otras de otros ritos que también lo son, y sería absurdo y antieclesial desautorizar una por otra. Aunque quepan estudios sobre cual es más reconocedora del augusto misterio. Que ninguna lo niega. Con más genuflexiones, bendiciones o menos.
A ver, yo una de las cosas que quise decir en mi comentario acerca de que son los propios curas los que están deteriorando la liturgia con su libertinaje, es que muchas veces son los curas los que muestran una pasividad y un desprecio increíble hacia la liturgia, es que ya no solo es la creatividad que el rito pueda permitir o dejar de permitir, es que muchos curas van más allá de eso, de la mera creatividad, y muestran una pasividad hacia la liturgia que es impropia de ellos.
Yo lo que veo es que a muchos no les gusta la liturgia o les da igual, tanto el rito tradicional como el rito conciliar, sino que desprecian o relativizan la liturgia en general.
Por eso lo que quería decir en parte es que independientemente de las bondades o deficiencias que pueda tener el rito en el que se celebre, es la actitud de muchos sacerdotes lo que acentúa aún mucho mas las deficiencias del rito y oculta las bondades del mismo, o hacen que parezca que el rito tiene unas deficiencias que en realidad no tiene porque ellos se han tomado la libertad de hacer cosas que el propio rito no permite.
Y por poner tan solo un pequeño ejemplo sencillito y cercano de lo que estoy intentando decir, comentaré que el otro día, 15 de noviembre, se celebraba la memoria de San Alberto Magno, y mi párroco celebró dicha memoria revestido con ornamentos verdes y no blancos que corresponden a dicho santo (yo sé que la misa sí la celebró del santo, porque dijo todas las oraciones de la misa, colecta, ofrendas y poscomunión, del santo, y el prefacio de santos pastores, el único fallo fue la casulla verde) y, al terminar la celebración, yo considerando que era mi deber advertirle del error, por poca o mucha importancia que pudiera tener, se lo dije, que se había equivocado de color, y me contestó: «Me da igual». Y les aseguro que esto no es la primera vez que pasa, sino que ha pasado más veces, y otras veces directamente me ha dicho que a ver si voy a ir yo ahora a enseñarle como tiene que celebrar la misa. Quiero decir, que los curas, errores de estos, cometen muchos, ya sea por ignorancia litúrgica (confío que no porque me parecería lamentable), o por pasividad, por que no están atentos, o porque directamente lo hacen adrede porque o desprecian la liturgia o simplemente quieren imponer sus propios criterios a la propia liturgia.
Y yo considero que muchos de estos errores no son culpa del rito, porque que para la memoria de San Alberto Magno y de otros muchos santos hay que usar ornamentos blancos está claro en ambos ritos (tanto novus como vetus) y ninguno de los dos ritos da lugar a la improvisación con este tema ni a la creatividad ni a que se imponga la voluntad del sacerdote; no hay lugar para elegir, y si hay que usar casulla blanca es porque la liturgia lo manda, tanto en una forma como en otra del rito romano. O sea que yo creo que la pasividad que los curas modernos sienten hacia la liturgia transciende más allá del rito, independientemente de que el propio rito pueda tener sus deficiencias y que dichas imperfecciones fomenten en parte la creatividad, pero creo que ha quedado claro que la actitud de muchos sacerdotes influye mucho más a la hora de empeorar la imagen de la liturgia.
Al hilo de lo que yo decía, les recomiendo que lean este artículo:
«Showman, el mal intrínseco del Novus Ordo»
http://adelantelafe.com/showman-mal-intrinseco-del-novus-ordo/
Man With No Name: por eso decía yo que las razones de la creatividad litúrgica hay que buscarlas más bien en el nuevo rito que en los sacerdotes celebrantes.
No obstante, con lo de la santidad me refería a los sacerdotes que hoy día tienen el valor de celebrar la Misa tradicional y no a los que la celebraron en su juventud y luego han renegado de esta Liturgia.
«¿se trata entonces de que los sacerdotes que celebran Misa tradicional son más santos? Puede ser»; no lo creo, ya que tipejos modernistas-progres como hans kung, carlo maria martini, godfried danneels, walter kasper, karl rahner, edward schillebeeckx, entre otros celebraron con el misal de san pio v la liturgia antes del vaticano ii.
Joven acólito que quiere servir a Dios: ¿nunca te has planteado que si tantos sacerdotes interpretan el Novus Ordo de forma distinta alguna culpa tendrá el propio rito? Porque eso en la liturgia tradicional no ocurre; ¿se trata entonces de que los sacerdotes que celebran Misa tradicional son más santos? Puede ser, pero, además, el propio Novus Ordo, con tanta variedad de prefacios, plegarias eucarísticas, Misas según diversas intenciones pastorales, así como unas rúbricas muy vaporosas, favorece la creatividad litúrgica. Y, sobre todo, creo que la causa principal de ese fenómeno que mencionas es que, en la Misa Novus Ordo, el verdadero protagonista es el hombre, primero el sacerdote y luego los fieles, mientras en la Misa tradicional el sacerdote es un mero servidor del altar, sin margen para la creatividad, en el Novus Ordo el sacerdote es presidente y «animador» de la asamblea.
Francisco José: en este blog se puede criticar al Papa con toda dureza; sin embargo, se borran los comentarios críticos con el Arzobispo de Sevilla. Los lectores sabrán sacar conclusiones.
Por cierto, quienes deseen conocer otra versión sobre el papel del Arzobispo el otro día en la Catedral pueden leer mis comentarios en la entrada correspondiente del blog Acción Litúrgica, donde no se me ha censurado.
Semper ídem: le puedo confirmar que Martínez Camino ha asistido a la Forma Extraordinaria en Madrid.
Joven acólito: de acuerdo con usted. El problema fue el estúpido «Espíritu del Concilio».
He oído comentar muchas veces acerca de la curiosa circunstancia de que precisamente somos los jóvenes católicos los que cada vez nos sentimos más atraídos por la liturgia tradicional. ¿Por qué será? se preguntan muchos considerando que los jóvenes no hemos conocido esa liturgia.
Yo voy a dar una explicación según mi experiencia personal de porque esto es así, que podrán o no estar de acuerdo.
En mi caso tengo que decir que el verdadero motivo de que me atraiga la liturgia tradicional, a pesar de que reconozco que solo una vez en toda mi vida he asistido a la Santa Misa según la forma extraordinaria del rito romano (y reconozco que fue más por una bendita casualidad más que porque yo lo buscase), es por la falta de coherencia que veo en los sacerdotes hoy en día a la hora de celebrar la liturgia según los modos modernos de la misma. Yo soy acólito y Sacristán en mi parroquia, y ayudo casi todos los días de la semana al párroco en la celebración de la misa según la forma ordinaria (novus ordo) y, a pesar de mi juventud, he servido ya a cuatro párrocos diferentes, y no tiene nada que ver la forma de celebrar de ninguno de los cuatro y de muchos otros curas que conozco de otras parroquias, y a mi esto me vuelve loco, porque lo que con un cura vale de repente con otro deja de valer y con otro solo vale a medias, así que, sintiéndolo mucho, la imagen que tengo de los curas es que cada uno hace lo que le da la gana, y yo confieso que he tenido muchas discusiones con mis tres últimos párrocos por decirles estas y otras verdades.
Yo considero que la liturgia post-concilio, siempre cuando se celebre dignamente y conforme a las rubricas y con fervor, no tiene nada que envidiar a la liturgia tradicional, siempre que se celebre bien, y se respete la constitución de liturgia del Concilio Vaticano II (sacrosanctum concilium, que como tal está bien pero aplicándola bien) y las rúbricas de los rituales litúrgicos; y así puede resultar una liturgia muy bella y santificante, pero insisto, bien celebrada. Yo opino que son los curas los que han deformado la liturgia pos conciliar, así que el problema no es de la liturgia en si, sino de los curas que lo aplican a su antojo, y la constitución de liturgia no dice eso ni permite a los curas ese libertinaje que en la práctica están practicando hoy en día. En mi opinión ese es el problema de la liturgia actual, y ese es el motivo de que la única vez que he asistido a misa tradicional me haya sentido elevado al cielo, cosa que no recuerdo haber sentido nunca con la actual forma ordinaria de la misa, a pesar de acudir a ella casi todos los días. Es mi opinión basada en mi propia experiencia. Si no he podido acudir más veces a misa según la forma extraordinaria es porque no he podido tener más ocasiones y por la poca accesibilidad que hay a la misma, ya que en mi diócesis no conozco ninguna iglesia donde se celebre de manera estable esta forma de la misa.
Creo que estos argumentos sobre el verdadero problema de la liturgia actual que he expresado mismamente vienen a coincidir con la opinión del cardenal Sarah, prefecto de la congregación de ritos o culto divino, según se desprende de algunos de sus escritos, y del propio autor de este artículo según lo que nos cuenta.
Si mal no recuerdo creo que también han celebrado la forma extraordinaria el obispo de Cuenca (en Madrid, durante la JMJ) y D. Manuel Ureña cuando era titular de Zaragoza. Y el arzobispo de Sevilla ya había asistido anteriormente, si bien no en la catedral. Creo que también ha asistido en Madrid Mons. Martínez Camino. Y por supuesto la ha celebrado, pero no en España sino cuando era prefecto en la Curia Romana, el cardenal Cañizares.
Y quizás alguno más.
En Palencia está concedida desde hace casi un año y no hemos visto la primera… tomadura de pelo… Manoluco no da puntada sin hilo…
En Valencia se celebra los domingos a las 11 horas en la ermita de Santa Lucía, muy céntrica, aunque pequeña. Por lo que sé, no es parroquia. Acuden bastantes fieles, algunos muy jóvenes. Se palpa la piedad, y la naturalidad.
Sr. Cigoña, me puede dar una dirección postal para mandarle un libro? Sin ningún compromiso , por supuesto.
Por cierto, hablando de Liturgia y de Novus Ordo, el Cardenal de Nueva Zelanda cambia la liturgia de la Misa inspirado por el Papa Francisco:
https://dominusestblog.wordpress.com/2017/11/14/cardenal-neozelandes-cambia-la-misa-inspirado-por-el-papa-francisco-laicos-proclaman-el-evangelio/
http://www.periodistadigital.com/religion/mundo/2017/11/15/religion-iglesia-mundo-john-dew-arzobispo-wellington-cardenal-nueva-zelanda-normas-liturgicas-papa-francisco-lectio-divina.shtml
En Toledo existe una iglesia muy céntrica, el Salvador, dedicada exclusivamente por el Arzobispado al modo extraordinario del Rito Romano, por el que celebra todo el año liturgico, incluido el Triduo Pascual, Corpus, etc. Lo hacen ejemplarmente dos jovenes sacerdotes, ordenados por Don Braulio Rodriguez e incardinados en la diócesis, a los que se conoce como los padres ‘del Salvador’, que intentaron la fundación de un instituto religioso que no resultó. Realizan un apostolado muy hermoso, con un grupo estable, relativamente numeroso de fieles. Han conseguido que la forma extraordinaria sea vista como normal, sobre todo por el abundante clero joven. Los dos sacerdotes están perfectamente integrados en el presbiterio diocesano. Tienen y actualizan un sitio internet llamado ‘Iglesia del Salvador de Toledo’, que ofrece materiales muy interesantes. Me llama la atención que aquí se suela hablar solo de los canónigos del Instituto de Cristo Rey. No tengo nada contra ellos pero creo que la labor estable de los padres del Salvador es digna de mayor reconocimiento.
He oído comentar muchas veces acerca de la curiosa circunstancia de que precisamente somos los jóvenes católicos los que cada vez nos sentimos más atraídos por la liturgia tradicional. ¿Por que sera? se preguntan muchos considerando que los jóvenes no hemos conocido esa liturgia.
Yo voy a daros una explicación según mi experiencia personal de porque esto es así, que podréis o no estar de acuerdo.
En mi caso tengo que decir que el verdadero motivo de que me atraiga la liturgia tradicional a pesar de que reconozco que solo una vez en toda mi vida he asistido a la Santa Misa según la forma extraordinaria del rito romano (y reconozco que fue más por una bendita casualidad más que porque yo lo buscase) es por la falta de coherencia que veo en los sacerdotes hoy en día a la hora de celebrar la liturgia según los modos modernos de la misma. Yo soy acólito y Sacristán en mi parroquia, y ayudó casi todos los días de la semana al párroco en la celebración de la misa según la forma ordinaria (novus ordo) y, a pesar de mi juventud, he servido ya a cuatro párrocos diferentes, y no tiene nada que ver la forma de celebrar de ninguno de los cuatro y de muchos otros curas que conozco de otras parroquias, y a mi esto me vuelve loco, por que lo que con un cura vale de repente con otro deja de valer y con otro solo vale a medias, así que sintiéndolo mucho la imagen que tengo de los curas es que cada uno hace lo que le da la gana, y yo confieso que he tenido muchas discusiones con mis tres últimos párrocos por decirles estas y otras verdades.
Yo considero que la liturgia post-concilio, siempre que se celebre dignamente y conforme a las rúbricas, no tiene nada que envidiar a la liturgia tradicional, siempre que se celebre bien, y se respete la Constitución de liturgia del Concilio Vaticano II (sacrosanctum concilium) y las rúbricas de los rituales litúrgicos, y puede resultar una liturgia muy bella y santificante, insisto, bien celebrada. Yo opino que son los curas los que han deformado la liturgia pos conciliar, así que el problema no es de la liturgia en si, sino de los curas que lo aplican a su antojo, y la constitución de liturgia no dice eso. En mi opinión eses es el problema de la liturgia actual y ese es el motivo de que la única vez que he asistido a misa tradicional me haya sentido elevado al cielo, cosa que no recuerdo haber sentido nunca con las actuales formas de la misa.
Es mi opinión basada en mi propia experiencia.
En mi ciudad con un grupo de familias hemos decidido hacernos cargo del adecuado sustento de un sacerdote jubilado, en plena comunión y paz con el arzobispo. Él nos oficia de capellán, celebrando los sacramentos con arreglo al rito previo al NOM.
Todo en regla y con gran contento.
Marcial de Lima
En mi ciudad con un grupo de familias hemos decidido hacernos cargo del adecuado sustento de un sacerdote jubilado, en plena comunión y paz con el arzobispo. Él nos oficia de capellán, celebrando los sacramentos con arreglo al rito previo al NOM.
Todo en regla y con gran contento.
Ja, ja.
Este hombre es una prenda…
EL monseñor que reside en Santa Marta, añade a sus muchas «cualidades» una más :Cientifista.
Y condena a los negacionistas del cambio climático, pues juzga(pues cuando le conviene lo hace) que es una evidencia científica.
1.Etienne Gilson aconseja visitar con frecuencia el cementerio de las «verdades» científicas.
2.El conocimiento que Bergoglio pueda tener sobre tales temas no pasa de ser divulgativo.
3.Asombra en tal señor esta paradoja:Que se niegue a juzgar en los temas en que se le supone ser autoridad ex officio, y que juzgue en aquellos en lo que no tiene la menor competencia.
La heroica resitencia de Monseñor Lefèbvre y de la Fraternidad San Pío X fue determinante. Su amor heroico a la liturgia de San Pío V fue y es un servicio impagable a la Santa Iglesia.
He oído comentar muchas veces acerca de la curiosa circunstancia de que precisamente somos los jóvenes católicos los que cada vez nos sentimos más atraídos por la liturgia tradicional. ¿Por que sera? se preguntan muchos considerando que los jóvenes no hemos conocido esa liturgia.
Yo voy a daros una explicación según mi experiencia personal de porque esto es así, que podréis o no estar de acuerdo.
En mi caso tengo que decir que el verdadero motivo de que me atraiga la liturgia tradicional a pesar de que reconozco que solo una vez en toda mi vida he asistido a la Santa Misa según la forma extraordinaria del rito romano (y reconozco que fue más por una bendita casualidad más que porque yo lo buscase) es por la falta de coherencia que veo en los sacerdotes hoy en día a la hora de celebrar la liturgia según los modos modernos de la misma. Yo soy acólito y Sacristán en mi parroquia, y ayudó casi todos los días de la semana al párroco en la celebración de la misa según la forma ordinaria (novus ordo) y, a pesar de mi juventud, he servido ya a cuatro párrocos diferentes, y no tiene nada que la forma de celebrar de ninguno de los cuatro y de muchos otros curas que conozco de otras parroquias, y a mi esto me vuelve loco, por que con un cura vale de repente con otro deja de valer y con otro solo vale a medias, así que sintiéndolo mucho la imagen que tengo de los curas es que cada uno hace lo que le da la gana, y yo confieso que he tenido muchas discusiones con mis tres últimos párrocos por decirles estás y otras verdades.
Yo considero que la liturgia post-concilio, siempre que se celebre dignamente y conforme a las rúbricas, no tiene nada que envidiar a la liturgia tradicional, siempre que se celebre bien, y se respete la Constitución de liturgia del Concilio Vaticano II (sacrosanctum concilium) y las rúbricas de los rituales litúrgicos, y puede resultar una liturgia muy bella y santificante, insisto, bien celebrada. Yo opino que son los curas los que han deformado la liturgia pos conciliar, así que el problema no es de la liturgia en si sino de los curas que lo aplican a su antojo, y la Constitución de liturgia no dice eso. En mi opinión eses es el problema de la liturgia actual y ese es el motivo de que la única vez que he asistido a misa tradicional me haya sentido elevado al cielo, cosa que no recuerdo haber sentido nunca con las actuales formas de la misa.
Es mi opinión basada en mi propia experiencia.
Un hecho:
En las dos ciudades más grandes de España, se tolera, pero se aísla, la Santa Misa celebrada con arreglo las rúbricas y el calendario anteriores a la debacle litúrgica de los sesentas del siglo pasado. El Card. Omella y el Card. Osoro tienen claro que conviene alejarla de las parroquias y hacen cuanto está en sus pastorales manos para que el uso litúrgico anterior termine por ser cosa de cuatro nostálgicos. Hasta extinguirse. Que es a lo que van.
No éramos muchos en la capillita de la Virgen de la Merced en la calle Laforja de Barcelona el domingo de Cristo Rey. Unos quince a lo sumo. El acólito de paisano, los ornamentos vetustos y mal cuidados, las vestiduras litúrgicas pobres, la capilla minúscula y polvorienta. La Santa Misa se celebró con devoción, pero cualquiera que no conociera las circunstancias concurrentes hubiera salido huyendo de aquel ambiente nada más verlo. Como para ir haciendo coetus.
¿Y en Madrid? Alejados de la parroquia de la Santa Cruz y de la iglesia conventual del convento de las visitandinas, los beneméritos canónigos del Instituto de Cristo Rey luchan por dignificar las celebraciones litúrgicas en un templo ajado, ruidoso, estrecho y que está, además, medio en ruinas.
El entorno pesa y mucho. Y sus Eminencias Reverendísimas lo saben. Habrá quien diga que soy un conspiranoico. Pues lo seré.
Naturalmente ni en una ni otra ciudad se ha consentido que se celebre nunca completo el solemne Triduo Pascual por los sacerdotes que en cada lugar tienen encomendada la cura de almas de nosotros, los friquis del usus antiquior. Siempre hay dificultades de horario, de espacio… pastorales en suma.
Urbel: Considero defectuoso y deplorable todo lo que sea al margen en el novus ordo de lo que manda la Iglesia. Y si me entero lo pongo de manifiesto. Admiro también vuestra perseverancia pese a tanto obstáculo como habéis tenido que vencer.
Mi enhorabuena a los fieles sevillanos por la conmemoración del décimo aniversario del Summorum Pontificum. La celebración de la misa tradicional en la capilla real de la catedral es, sin duda, un hito, no sólo para Sevilla sino para todos los que amamos la liturgia tradicional en España. Aún más, por la asistencia del arzobispo.
Y gracias una vez más, Paco Pepe, por contribuir a la difusión de esta liturgia.
Es claro que, si se tratase de mera cuestión de gusto o preferencia, la misa tradicional no habría sobrevivido a la tiránica supresión de hecho que sufrió a manos de Pablo VI. Nunca abrogada en derecho, como declaró Benedicto XVI en el motu proprio Summorum Pontificum de 7 de julio de 2007 (acto mayor de su pontificado y de suyo suficiente para dejar de ese pontificado indeleble marca histórica), pero cuya supresión de hecho ciertamente se quiso por Pablo VI y casi se consiguió.
La tolerancia reticente que poco a poco ganó bajo Juan Pablo II, y la teórica libertad de principio proclamada por Benedicto XVI en 2007, no fueron fruto de gustos diletantes ni de tibias preferencias. Fueron fruto de muchos años de resistencia de católicos de fe robusta como el arzobispo Marcel Lefebvre y sus hijos. Honor a ellos.
Por mucho que sea también bienvenida la valiosa ayuda a la causa que prestan quienes, como el autor y dueño de estas páginas, si bien no consideran defectuosa la pluriforme liturgia moderna ni aceptan que favorezca la herejía (razón profunda de aquella resistencia heroica y de su relativo éxito hasta nuestros días), al menos defienden el derecho de los fieles.