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Lecturas CXIII: Imprescindible sobre el Concilio Vaticano II y más

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Roberto de Mattei: Concilio Vaticano II. Una historia nunca esrita. Homo Legens, Madrid, 2018, 519 pgs.

Estamos ante un libro muy importante para conocer lo que fue aquel Concilio y también para lo que había antes y lo que ocurrió después. Todo verdaderamente sorprendente para muchos lectores y cuya importancia no se escapará a quienes lean el libro. Que está escrito además desde un conocimiento exhaustivo de hechos y fuentes. Absolutamente abrumador.

Escrito desde posicione llamémoslas conservadores o tradicionales nos parece que ello enriquece el libro por el empeño del autor de referir minuciosamente la actuaciones del otro bando y todo ello en base de realidades acontecidas y no de retóricas ideológicas. Muchos se quedaran perplejos al ver tanta preparación y entendimiento entre el sector contestatario, totalmente compenetrados obispos y peritos y todos decididos a imponer otra Iglesia. Encabezados los primeros por nombres muy importantea: Frings, Alfrink, Suenens, Dopfner, Lercaro. Konig, Helder Camara y los segundos por Rahner, Küng, Congar, Chenu, Ratzinger, de Lubac, Danielou, Schillebeecks…

Esa maquinaria perfectamente engrasada que contó con la colaboración de los dos pontífices del Concilio logó imponer sus tesis aunque algunas algo más aguadas de lo que los más radicales pretendían haciéndose con el Concilio frente al sector contrario desorganizado y desmoralizado. De los dos Papas conciliares el que lo convocó desde una ingenuidad irresponsable ni sabía lo que quería ni se enteró de lo que había montado. La muerte le ahorró disgustos que además no sabría cómo enfrentarlos. Pablo VI era mucho más consciente de los derroteros que pretendía el Concilio y en gran parte los compartía. Sólo al final se vio obligado a introducir alguna corrección a las tesis más arriesgadas.

De todo ello da cumplida reseña el profesor De Mattei en un relato brillantísimo y que me parece de inexcusable lectura por parte de quien quiera conocer la realidad del Segundo Concilio Vaticano.

Pero el libro tiene más cuestiones importantes y algunas de enorme actualidad. El Concilio, a más de medio siglo de su clausura, parece hoy más que olvidado. Sobre todo tras su inmenso fracaso. La primavera eclesial que prometió desde la infantil ingenuidad de Juan XXIII ha sido un invierno helado y prolongado que apenas ha dejado nada vivo. Sin embargo el mar de fondo que lo removió sigue hoy amenazando a la Iglesia y todavía más crecido. Sin duda para llevarse lo poco que todavía queda.

En la Iglesia que afrontó el Concilio seguía vivísimo el virus modernista con el que San Pío X, pese a todos sus esfuerzos, no consiguió acabar. Los nombres que hemos citado, y otros muchos, estaban dispuestos a imponer los principios que la Iglesia había reprobado pero que seguían vivos y con notabilísima fuerza. Tanta que hasta impusieron la mayoría de sus postulados. El relato de Mattei es concluyente. Y no cabe echarle las culpas a un espíritu del Concilio que no se había celebrado ni a una malvada misa modernista pues todos los implicados sólo celebraban la de San Pío V.

También analiza el profesor italiano el posconcilio hasta 1978, año del fallecimiento de Pablo VI. El Papa murió habiendo comprobado el tristísimo resultado de sus ilusiones con angustia evidente. El asesinato de su amigo Aldo Moro fue el último sorbo a un cáliz muy amargo que tuvo que apurar.

Recomiendo muy vivamente su lectura. Aunque más de un lector se asombrará de lo que fue aquello.

Comentarios
25 comentarios en “Lecturas CXIII: Imprescindible sobre el Concilio Vaticano II y más
  1. Muchas gracias por contestar. Yo no puse en cuestión la Misa en su forma litúrgica anterior ni lo haría y además no es el tema ya que su uso se encuentra legitimado y el Concilio no la derogó. Sin embargo cuando dices «basta pasearse por parroquias, colegios religiosos, conventos y demás lugares de celebración de la misa para comprobar la enorme variedad de las liturgias o paraliturgias y el elevado número de las muy probablemente inválidas», no puedo entender que esos usos para litúrgicos estén incluídos en el Misal Romano ni en la Instrucción ya que no es sí. Las alteraciones en la liturgia que las hay muchas, en eso tienes toda la razón, no surgen del Misal sino de la voluntad de los celebrantes y de la inacción de los ordinarios del lugar. No hay relación de causa efecto entre el Misal Romano y las «creatividades» particulares. Es cierto que hay una gran ignorancia teológica y en la formación clerical, eso se debe corregir. Si se le pide a un católico de a pié que defina teológicamente la transubstanciación es posible que no lo logre, pero si se le pregunta en el momento de la consagración si allí está Cristo presente como en la última cena es indudable que dirán que sí. Si tu crees realmente que las Misas que se celebran en el mundo en general son ajenas a la que dejó Cristo deberán encontrar e identificar los errores del Misal Romano en forma concreta para que se puedan reparar. Muchas gracias, en Cristo Nuestro Señor.

  2. Uno lee al sr. bloguero y se sorprende, en un principio, ya no, de la necesidad que tienen determinadas personas de separar el mundo entre buenos y malos, incluida la Iglesia. Y, con la idea de que él es el bueno, los demás, pues ya sabemos lo que queda. Lo que es curioso es que no hay razonamiento lógico y sensato que le haga acreedor de ser el bueno de la película. Es más, como si fuera Gary Cooper se sitúa solo ante el peligro.
    Pero es que, además, se permite juicios de valor que no llevan a ningún sitio. Juan XXIII es caracterizado poco menos que como el tonto de pueblo al que todo el mundo torea y hace con él lo que quiere. Pablo VI muriendo destrozado ante la situación de la iglesia en el mundo,…. Ah, y todo por que pareciera que el CVII hubiera acabado con la misa en latín, lengua importantísima en el mundo actual y que todo el mundo domina, y es usado diariamente en los principales foros internacionales.
    Pero claro uno lee el libro de Juan Mari Laboa «Pablo VI, España y el Concilio Vaticano II» y es, exactamente, lo contrario a lo que dice el sr. Dulceido, perdón Sr. Cigüeño (natural de Lardero, La Rioja, por si no lo sabe). En fin, así es la vida y así se la contamos. Solo le falta gritar a este hombre aquello de «Muera la Inteligencia», que no fue dicho en Salamanca por Millán Astray.

  3. Y con serenidad, Claudio, sobre sus preguntas precisas:
    – La definición de la misa en la versión original de la IGMR tuvo que ser corregida por Pablo VI, porque su naturaleza de sacrificio estaba enteramente ausente y la misa se identificaba así, por completo y sin lugar a dudas, con la cena de los protestantes. Cierto que esa definición se corrigió ¡pero no se cambió nada en el resto de la IGMR ni en el Misal que aquella definición heretizante habían inspirado! Después de casi cincuenta años, pregunte usted al clero y a los fieles y sabrá cuántos (la ínfima minoría) creen todavía que la misa es la renovación incruenta del sacrificio de la cruz y cuántos (la inmensa mayoría) creen que la misa es una celebración fraterna en que recordamos la última cena.
    – La misa nueva no es de suyo inválida, en el sentido de que no es de suyo inhábil para producir la transubstanciación. Ahora bien como, a diferencia del inmemorial rito romano, no expresa las verdades católicas sobre el sacrificio eucarístico de manera clara e inequívoca, sino que fácilmente se confunde con la cena protestante, y como con los años progresivamente la intención de muchos celebrantes se ha ido apartando cada vez más de lo que quiere la Iglesia, el riesgo de invalidez puede sin duda estimarse como importante y creciente. Basta pasearse por parroquias, colegios religiosos, conventos y demás lugares de celebración de la misa para comprobar la enorme variedad de las liturgias o paraliturgias y el elevado número de las muy probablemente inválidas. Y ojalá que sean inválidas, porque nuestro Señor Jesucristo no merece ser mezclado con tales horrores.

    1. Urbel: Sabe el respeto y aprecio que me merece la Fraternidad San Pío X y sus sucesores. Yo celebro la mayor parte de las veces en el modo extraordinario del Rito Romamo. Pero como dice el Papa Benedicto, ambos misales deben mirarse con veneración y enriquecerse-
      Ciertamente este año ha sido casi inexistente la Epifanía, en el Novus Ordo, por caer en sábado, y celebrarse el Bautismo del Señor el Domingo y el lunes tiempo ordinario, cosa que no ocurre en la liturgia antigua.
      Igualmente ayer fue Pentecostés y hoy comienza o sigue el tiempo ordinario En el Rito Romano clásico esta semana está dedicada a celebrar los días de la Octava de Pentecostes. O sea, que la liturgia antigua es incluso, más pneumática que la nueva.
      Sin embargo, el incidir sobre la intención del celebrante, es algo que conduce a apreciaciones temerarias por cimentarse en pálpitos o sospechas y…De interioribus non iudicat Ecclesia.

  4. Con serenidad, Claudio ¿había algún mal en el inmemorial rito romano que justificase su supresión y persecución, para remplazarlo por un nuevo rito que incluso usurpó su nombre? ¿algún mal en el rito romano que habían conformado los siglos desde san Dámaso y san Gregorio Magno hasta san Pío V y san Pío X? ¿algún mal en el rito romano con que tantísimos santos habían dado culto a Dios y con cuya celebración se había alimentado la fe y la piedad de innumerables generaciones? ¿algún mal en el rito romano en torno al cual todas las bellas artes habían glorificado a Dios y a los santos?

  5. Mola cuando se revelan los sedevacantistas tan puros, dignos y farisaicos, sobre todo farisaicos.

    Y eso que en su haber no aportan ni una sola conversión.

    Hasta la muerte con ellos, ¡pero ni un paso más!

    El CVII trajo más desgracia que beneficio, pero sin él el blogger no sería quien es. Ni muchos otros seglares tampoco.

  6. Con todo respeto, ustedes encuentran algún mal en el Misal Romano y en la Instrucción General del Misal Romano que se encuentra vigente ?, la Misa no es la Misa ?, cuál es la diferencia teológica con la mal llamada tradicional ?, la consagración es válida ?, la liturgia de la palabra es verdaderamente de La Palabra de Dios ?, se produce la transubstanciación ?, les pido con serenidad una respuesta pero con una condición que sea fundada y sin agresiones.

  7. Carta a mi hermano

    Fray Irenaeus Dunlevy OP
    21 de Mayo de 2018

    Hola, hermano:
    Vámonos! Es hoy el día después de Pentecostés e iniciamos las prácticas en la vida apostólica, subiendo a coches, trenes y aviones.
    Perdón por no haber contactado contigo antes del día de la salida. Las obediencias de las prácticas de verano llegan muy rápido, al fin del curso, especialmente cuando tenemos que prepararnos para la Ordenación de nueve Sacerdotes.
    Todo ese trabajo valió la pena. ¡Qué hermosa fue la Misa de la Ordenación! La celebración posterior también fue increíble. Me encantan esos momentos en los que podemos dar un paso atrás en la rutina, el estudio, el sudor y ver a Dios derramando Sus bendiciones en nuestra vida.
    Pronto compartiremos la alegría de nuestros hermanos Sacerdotes. No estoy seguro de que se hayan sentado después de la Misa. La hilera de gente que esperaba su bendición parecía interminable.
    Sin embargo, la sonrisa no se borró de su semblante. Me pregunto incluso, si se acostaron antes de su primera Misa.
    No es una vida fácil, pero sí que es una vida bendecida.
    Las últimas semanas han sido plenas. Es increíble pensarlo de nuevo. Hoy nos dirigimos a Argentina, Francia, Chicago, Las Vegas, Austria, y gran parte de la Provincia: Kentucky, Ohio, Providence, Virginia, Nueva York.
    Nos dispersamos como semillas. Hace sólo unos días cantamos con alegría durante la Ordenación de nuestros nueve hermanos. Una semana antes de eso, lloramos entre lágrimas al cantar el Veni Creator Spiritus en el funeral del joven Capuchino, Fray Saul. El Espíritu Santo vino con toda Su fuerza.
    En mis mejillas aún no se han secado las lágrimas que vertí en esa misa. Fray Saul tenía tan sólo cuatro años de profesión, pero en el último trance pudo hacerla usque ad mortem.
    Su muerte fue tan trágica e inesperada como hermosa la Misa exequial. La iglesia estaba llena. Al ver a los diferentes religiosos, sacerdotes y laicos llegados de todas partes … era como si se pudiese ver el duelo de la Iglesia entera. Él impactó a tantos en cuatro años… Dios puede hacer mucho en poco tiempo.
    Algo de ese funeral permaneció en mí. Uno de los Capuchinos dijo: «Estamos al pie de la Cruz con María.»
    De pie afuera, cuando estábamos diciendo nuestro último adiós, noté la cruz procesional, el Crucifijo de San Damián. Brillaba como una joya con irisaciones del sol del mediodía. Era un agudo contraste con todos los presentes enlutados.
    También vi a María. Resuenan aún en mi corazón los latidos de la compasión. Ella estaba parada y triste. Realmente vimos el Calvario ese día. Viendo a la madre de Fray Saúl, evoqué la imagen de la Dolorosa. Esta buena mujer me mostró algo del sufrimiento de Nuestra Madre Santísima. Ella está ahora muy cerca de María. Comparten una herida que sólo una madre puede saber.
    El padre Corbett predicó una vez acerca de la Compasión de Nuestra Señora al pie de la Cruz. Ella se libró del dolor del parto en Belén, pero ese dolor la oprimió en Jerusalén. Ella sufrió el dolor del parto al ver cómo Su Hijo daba a luz a la Iglesia desde Su Costado atravesado. «Y una espada de dolor atravesará Tu alma, para que se manifiesten los pensamientos de muchos corazones.» (Lc 2, 35).
    María sufrió enormemente por nosotros para que fuésemos Sus hijos, y lo somos. Estamos en esta misión apostólica, siguiendo a Su Hijo, predicando Su palabra, yendo a la Iglesia.
    Sin duda experimentaremos muchas cosas este verano: alegría, dolor, bautismos, muertes, conversiones, averías de automóviles. Algunos nos pedirán que nos alejemos de su presencia, otros nos invitarán a una cena familiar. Nunca es aburrido, y Dios está con nosotros en todas estas circunstancias.
    No olvides tu Rosario, Hermano. Nos mantendremos unidos en la oración hasta el 08 de agosto. Siempre es bueno reunirse en la fiesta de Nuestro Santo Padre Domingo.
    En Nuestra Señora del Rosario y en Nuestro Santo Padre Domingo:
    Fray Irenaeus Dunlevy, OP
    Memoria de la Bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia.

  8. Y ciertamente el grandísimo cardenal Ottaviani se sometió. No fue el único, casi todos se sometieron, en la jerarquía, en el clero y entre los fieles. Pero, gracias a la resistencia de un puñado, Benedicto XVI llegó a reconocer en el motu proprio Summorum Pontificum (2007) que el rito tradicional no había sido nunca abrogado, no obstante su supresión en la práctica y persecución desde Pablo VI. Y gracias también a la resistencia de un puñado, en el futuro algo semejante llegará a ocurrir algún día con la doctrina tradicional en todos sus puntos, no obstante el oscurecimiento y la degradación que viene sufriendo desde hace cincuenta años.

  9. El sacrosanto y admirable concilio Vaticano II es tan sacrosanto y admirable como cualquier papa, incluyendo a Francisco, esto último salvo para quienes lo tengan por antipapa y sean sedevacantistas o crean que Benedicto XVI sigue siendo el Papa.
    La autoridad de un Concilio no es superior a la del Papa, de hecho no tiene ninguna si sus decisiones no son aprobadas por el Papa.
    Habiéndose querido un concilio y magisterio de naturaleza «pastoral» desde el discurso de apertura por Juan XXIII, algo enteramente nuevo y singular en la historia de los concilios, la autoridad del Vaticano II es, como mucho, la misma que la del magisterio pastoral posconciliar desde Pablo VI hasta Francisco inclusive, con igual salvedad para sedevacantistas y sedebenedictinos. Por sus frutos los conoceréis …..

  10. Solodoctrina: será todo lo que tú quieras, pero es gracias a Monseñor Lefebvre y no a mi admirado Cardenal Ottaviani que hoy existen sacerdotes capaces de celebrar la Misa tradicional en condiciones. Dios escribe derecho con renglones torcidos.

  11. Evidentemente, la Misa nueva no fue causa, sino fruto de la revolución conciliar. Es cierto que todos los heterodoxos del Concilio la habían celebrado, pero la aborrecían.

    En cuanto a D. Helder Cámara, hace poco Wanderer contó que este Obispo decía que del Concilio no podía salir algo bueno, lo cual me sorprende mucho.

  12. Adviértase también la enorme diferencia, no sólo intelectual sino de talante católico, de espíritu de eclesial, que mediaba entre el Cardenal Alfredo Ottaviani –quien de ser la principal espada del tradicionalismo en el CVII- luego de terminado el mismo, lo admitió como válido y aceptable para la Santa Madre Iglesia, por un lado, y por otro, la de pequeñez de espíritu de Marcel Lefebvre -ahora redivido por Di Mattei- quien con un resentimiento inadmisible, salió a la palestra descalificando desde el Papa hasta todo católico que no pensara como él.

    Ejemplo de la postura de Ottaviani, en contraste con la estrecha visión cismática de Lefebvre, son estas palabras escritas por ese gran Cardenal italiano (mayúsculas mías):

    Una vez que el Concilio Vaticano II, recientemente concluido, ha promulgado DOCUMENTOS MUY VALIOSOS, tanto en los aspectos DOCTRINALES como en los DISCIPLINARES, para PROMOVER DE MANERA MÁS EFICAZ LA VIDA DE LA IGLESIA, el pueblo de Dios tiene la grave obligación de esforzarse para LLEVAR A LA PRACTICA todo lo que, bajo la INSPIRACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO, ha sido SOLEMNMENTE PROPUESTO O DECIDIDO en aquella amplísima asamblea de Obispos presidida por el Sumo Pontífice.

  13. Pincho:

    No voy a realizar una genealogía ideológica de Di Mattei, carece de interés sobre todo si éste proviniese de la siniestra TFP, puntal varios regímenes autoritarios en América del Sur, pero le aseguro que cuando habla sobre Lefebvre, siempre lo presenta como un “héroe” de la resistencia reaccionaria y “victima” de la Iglesia Católica, la verdadera, la del CVII. Es Di Mattei un claro simpatizante lefebvbriano, a pesar de que no integra los cuadros organizacionales que derivan del cismático francés. Hay más ejemplos, aquí va uno.

    https://rorate-caeli.blogspot.com/2011/07/roberto-de-mattei-and-lefebvre-affair.html

    Coincide Di Mattei en la metodología de Lefebvre: recopila las hipótesis ampliamente minoritarias presentes en el Sagrado Concilio Vaticano II, que fueron derrotadas en votaciones libérrimas de los Padres conciliares, las refrita y las vuelve a repetir. Es decir, el italiano copia al francés, y en ese sentido, también, es lefebvriano.

  14. solodoctrina: De Mattei no es lefebvriano, sino que procede del ambiente de TFP, reconociéndose discípulo de Plínio Correa de Oliveira. De hecho es profesor en la Universidad de los Legionarios de Cristo en Roma (no en el Regina Apostolorum, sino en la Universidad civil que tienen allí).

  15. Cualquier decisión que se haya tomado en la historia, cualquier acontecimiento que haya ocurrido, deben ser objeto de análisis y, a la vista de los efectos que se hayan derivado, se concluye afirmando si han resultado positivos o no.
    ¿Cuáles han sido los frutos del Concilio -pastoral, no dogmático-Vaticano II para la Iglesia? Vista la situación en que actualmente ésta se encuentra, con un hundimiento en el ámbito vocacional y una peligrosa deriva en los aspectos morales y dogmáticos, NEFASTOS. Y ya lo comenté antes. «Por sus frutos los conoceréis».
    Por cierto, el dictador Franco logró que no desapareciera la Iglesia en España, víctima de la mayor persecución sufrida a lo largo de su historia -el indocumentado y/o rencoroso de turno puede leer el telegrama que Pío XII le envió al terminar la guerra-.

    1. Totalmente de acuerdo con la segunda parte de su comentario, el rojerío comunista-socialista promovido y espoleado por el inefable Azaña, verdadero artífice de haberse cargado un sistema de gobierno legal, cual es la república, por su anticlericalismo propio de bestia y no de ser humano. Cara pagó su estupidez, pero no consuela por los miles de muertos, mártires por su Fé, cuyo ejemplo nos sostiene, ayuda e ilumina.

      Respecto de lo nefasto del CVII, discrepo.

      Reconociendo más perjuicios que beneficios, vaya por delante.

      Hay que destacar las miles de conversiones que produjo la celebración de la Misa en lenguas vernáculas, el latín por desgracia es exclusivo de unos pocos eruditos, la importancia de lis seglares en la Iglesia, como por ejemplobel Dr. Francisco José de la Cigoña y una cosa más, quecno emanó directamente del CVII, pero sólo Dios sabe porqué nos regaló semejante joya: La Encíclica Humanae Vitae, orgullo de cristianos y pesadilla para los anticatólicos.

      ¡Bendito sea por siempre el Señor!

  16. Si tengo que optar entre los hablan de segunda mano como el lefebvriano Di Mattei -que adopta los sonsonetes de las ínfimas minorías que fueron derrotadas en su momento- sobre el Sagrado Concilio Vaticano II –de libérrima actuación de sus Padres Conciliarres nombrados obispos en su enorme mayoría por Pio XII y Pío XII- o quienes fueron partícipes -San Juan Pablo II, Ratzinger y algunos invitados al mismo como el notable filósofo español Julían Marías. No tengo dudas con qué opiniones quedarme.

    Se constata mucha descalificación al Concilio, a su convocante, sin argumento alguno, lo cual no ayuda a persuadir a nadie de las hipótesis condenatorias y anti-conciliares planteadas.

    Hay que recordar que durante el desarrollo del Concilio Vaticano II hubo un silencio informativo en España sobre el mismo, decretado por el Dictador Franco, quien no se sentía en consonancia con la libertad en la verdad, ejercida por la Santa Madre Iglesia en esa oportunidad. Tal vez el contagio de ese hueco informativo siga pesando en España hoy.

    1. Juan XXIII se levantó una mañana, tan bonachón como usualmente, y rascándose la cabeza le vino la ss. idea:

      Ya que soy Papa porqué no convoco un Concilio que ya toca.

      Era un Papa de bondad contrastada, pero intelectualmente muy limitado, aunque una auténtica eminencia si lo comparamos con Francisco. Y aquello salió como salió y gracias a Dios y a la Virgen que estuvieron y siguen arreglando desaguisados.

      Así que la Misa es tan válida en latín como en suahili, pero si a Juan XXIII le hubiera dado por actualizar los Ejercicios Espirituales de S. Ignacio en vez de convulsionar toda la Iglesia, tampoco habría pasado nada.

  17. Pincho, el libro es muy fácil de leer.

    Por otra parte, salvo detalles ciertamente interesantes, aporta poca novedad de fondo si se han leído otras obras como «Iota unum» de Romano Amerio o «El Rin desemboca en el Tiber» de Ralph Wiltgen.

    Con el transcurso del tiempo se han ido sabiendo cosas sorprendentes y se echa en falta un tratado que recopile todo sistemáticamente. Un botón de muestra (no citado por de Mattei): el sacerdote Gregory Baum fue perito en el Concilio y parece ser que elaboró el primer borrador de la «Nostra AEtate»; al final de su vida publicó «The oil has not run dry» donde explica que llevó una vida incompatible con sus compromisos de sacerdote y que lo ocultó para no esto no desprestigiara sus ideas teológicas. Éstas ideas contradicen la doctrina católica en varios puntos importantes como por ejemplo en materia de sexualidad (influyó en Canadá en su momento para el rechazo de la «Humanae vitae»); luego abandonó el sacerdocio, se caso con una ex-monja, de la cual también se separó, etc.

  18. A los pocos años del conciliábulo, ya el número de sacerdotes había caído a la mitad, a nivel mundial hablamos de decenas de miles, que buscaron en la vida secular un mayor aggiornamento. Bastó una serie de conferencias de la New Age en un convento de monjas de California para que 300 religiosas colgaran los hàbitos y despoblaran el convento. Cómo fué posible tal locura? Juan XXIII apadrinó a los iconoclastas, los doce del patíbulo y que menciona Cigoña: Frings, Suenens, Lercaro, Rahner y su brazo derecho que por pudor no menciono, DeLubac, Congar, Kueng, Bea, Von Balthasar, Schilebeecx, y el destructor de la misa, Bugnini. A los pocos que opusieron resistencia, se les etiquetó de «fundamentalistas» y se les dió bola negra, prefiriendo la compañía de notorios protestantes y a propulsar la agenda ecumaníaca que tuvo como cumbre la verguenza de Asís, en una tenida global de religiones donde se cometieron profanaciones sin cuento en la venerable basílica del poverello. Los papas subsecuentes prometieron continuar la implementación del Concilio Vaticano II, hasta hoy llegar a la Iglesia en salida, líquida y que nos regala con escándalos un día sí y otro también.

  19. Juan XXIII pudo comportarse, efectivamente, como un ingenuo irresponsable al convocar el Concilio. A lo mejor lo hizo a las órdenes de algún «superior». No lo sé. Pero a pesar de ser declarado santo -por cierto, ¿se cumplieron los requisitos mínimos exigidos?- hay que aplicarle «por sus frutos los conoceréis». Y, desde luego, en su «puesto» la ingenuidad no es eximente, ni siquiera atenuante. Al revés. Le hace ser un irresponsable.

  20. Esto es lo que quería S. Juan XXIII cuando anunció el Concilio:
    JUAN XXIII: Aloc. a los cardenales en San Pablo, extramuros, al terminar la Semana por la unidad de los cristianos. AAS 51(1959), 65-69 Y si el Obispo de Roma extiende su mirada al mundo entero, de cuyo gobierno espiritual se ha convertido en responsable, por la misión que le ha conferido la ascensión al supremo apostolado, ¡ Oh!, qué espectáculo gozoso, por una parte, allí donde la gracia de Cristo continúa multiplicando los frutos y prodigios de elevación espiritual de salud y de santidad en todo el universo; y que espectáculo triste, por otra parte, ante el abuso y los compromisos de la libertad del hombre, que, ignorando los cielos abiertos y rechazando la fe en Cristo, Hijo de Dios, Redentor del mundo y Fundador de la santa Iglesia, se vuelve enteramente hacia la búsqueda de los pretendidos bienes de la tierra y , bajo la inspiración de aquel, que el Evangelio llama príncipe de las tinieblas, príncipe de este mundo, como Jesús mismo le califica en su discurso después de la cena, organiza la contradicción y la lucha contra la verdad y el bien, posición nefasta que acentúa la división entre lo que el genio de San Agustín llama las dos ciudades, manteniendo siempre activo el esfuerzo de confusión para engañar si es posible, aún a los mismos elegidos arrastrándoles a la ruina. Para colmo de males, se añade, en relación con la familia de los hijos de Dios, y de la santa Iglesia, la tentación y el atractivo de las ventajas de orden material, que el progreso de la técnica moderna -indiferente en si misma- aumenta y exalta. Todo ello- este progreso, decimos- se separa de la búsqueda de los bienes superiores, debilita las energías del alma, conduce al relajamiento del conjunto de la disciplina y del buen orden antiguo, con grave perjuicio de aquello que constituye la fuerza de resistencia de la Iglesia y de sus hijos frente a los errores que, en realidad, en el curso de la historia del cristianismo llevaron siempre a divisiones fatales y funestas, a la decadencia espiritual y moral, a la ruina de las naciones.
    Esta comprobación suscita en el corazón del humilde sacerdote que la indicación manifiesta de la divina providencia ha elevado, a pesar de su indignidad, a este soberano Pontificado, ella suscita decimos, una resolución decidida de volver a ciertas formas antiguas de afirmación doctrinal y de sabios ordenamientos de la disciplina eclesiástica que en la historia de la Iglesia, en una época de renovación, dieron frutos de extraordinaria eficacia para clarificar el pensamiento, fortificar la unidad religiosa, reavivar el fervor cristiano, que Nos continuamos reconociendo, aun en relación con el bienestar de la vida aquí abajo, como una riqueza abundante “del rocío del cielo y de la abundancia de la tierra” (Gen. 27, 28).
    El Beato Paulo VI pasó sus días en Oración y ayuno.

  21. «Más de un lector se asombrará de lo que fue aquello.»

    Especialmente los más jóvenes, que no se lo pueden ni imaginar.
    Confieso que los escritos del profesor de Mattei que he ido leyendo estos años nunca me han solido gustar. Y pienso que la lectura de este tipo de libros requiere de una buena formación previa o, al menos, de un buen ensayo introductorio aclaratorio. No todo el mundo está preparado para el shock que supone comprobar con toda viveza cómo, en efecto, la Iglesia está compuesta por pecadores llenos de miserias, por muy cardenales y papas que sean y por muy ecuménicamente que se reúnan. No es difícil que, a raíz de la lectura de libros como este, la fe en la Iglesia se debilite o incluso se acabe perdiendo. Especialmente para quien tiene una fe principalmente social y emocional, cultivada en el espíritu festivo-comunitario del jotaemejotismo de las últimas décadas.
    Dicho lo cual, me apunto la referencia y ya me haré con el libro para opinar con conocimiento de causa.

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