| 24 septiembre, 2018
Como siempre hay lectores amabilísimos uno de ellos nos enlaza la entrevista:
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Vale la pena oírla.
“No hay nada oculto que no se descubra algún día, ni nada secreto que no deba ser conocido y divulgado.” (Lucas 8, 17)
Aunque no esté estrictamente relacionado con el post, sí tiene que ver con escándalos sexuales: Señor bloguero, atento a lo que pase en la diócesis Nueva York. Porque el cardenal Dolan acaba de darle la patada en el trasero al que era el verdadero amo de la diócesis desde hace décadas, un tal padre Gregory Mustaciuolo, vicario general, y de quien hay más que rumores sobre que era el verdadero líder del mariconeo clerical en esa diócesis. Me da que no se tomará muy a bien su cese y que empezará a remover trapos sucios (y en esa diócesis, si son ciertos los rumores, los hay muy, muy sucios). Esto, sumado a las investigaciones que ha emprendido la fiscalía del Estado de Nueva York puede hacer que arda Troya, ¿o habría que decir Sodoma? Finalmente, hay rumores no confirmados de que Dolan (hasta la fecha muy comprensivo con el mariconeo clerical, aunque la destitución de Mustaciuolo podría señalar un bienvenido cambio de actitud) está promocionándose para relevar al cardenal O’Brien como maestre de la Orden del Santo Sepulcro, quizá porque quiere huir de lo que se le viene encima. No avalo esto último (solo es un rumor) pero a veces los rumores tienen una base de verdad.
Así es, Luis. El fundador fue un depravado y buena parte de sus miembros igual. Y sabiendo todo ello protegidos por el obispo actual de Tarragona.
Pues el escándalo de la Casa de Santiago es poco comparado con el del Seminario del Poble de Déu, un verdadero escándalo del que aún poco se habla.
María: A traves de germinans germinabit, he leído lo del tal seminario del pueblo en Barcelona. Sólo puedo decir: horror, terror y espanto. No tengo palabras para describir tanta maldad. Y esto está dentro de nuestra Iglesia, y años y años y obispos tras obispos. Toda esta canalla, no quiero ni pensar el día que tengan que dar cuenta a Dios de su vida. Penoso y triste. Gracias por su información y un saludo.