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La archidiócesis de Burgos puntualiza la «Memoria Histórica»

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Al menos en lo que a eclesiásticos se refiere que es lo que le incumbe directamente. Sobre políticos, militares, intelectuales podría hablar pero ya en segunda derivada. Si aportaron algo, o mucho, a la Iglesia con sus obras, materiales o especulativas, o si la persiguieron, en no pocos casos a sangre y fuego. No es una figura literaria sino un triste realidad que ocurrió.

A mí la Ley me parece impresentable. Que Pemán o el cardenal Gomá no puedan tener una calle y Carrillo o Largo Caballero sí es insostenible. La historia es lo que es y no la borra un callejero. En esa historia están todos. Foxá y Muñoz Seca o Buero y Miguel Hernández, Maeztu y Ortega, Yagüe y Lister… En determinados momentos los que mandan pueden tener unas simpatías u otras pero eso no cambia la historia ni gana batallas perdidas ni pierde victorias ganadas.

Puedo entender una posición irénica, que no comparto, de olvidar un acontecimiento trágico de nuestra historia que supuso cientos de miles de muertos. En los frentes de batalla, ejecutados por sus acciones, por ejemplo la ejecución de Fanjul y Goded la marcaba la legislación vigente, así como la de asesinos culpables de atrocidades, o asesinados en la retaguardia sin motivo alguno de entidad. Lo que ocurrió en ambos bandos aunque en uno con mucha más incidencia que en otro. Y digo que no comparto pero también que la historia no cabe olvidarla. Termina imponiéndose siempre. Al margen del callejero. Aunque entienda las simpatías personales de cualquiera porque son eso: personales.

Pienso que hoy en España pueda haber una calle de Franco y otra de Negrín, de Calvo Sotelo o de Prieto, de Durruti o de José Antonio. No comparo. Tampoco expreso mis simpatías que por otra parte son evidentes aunque no incondicionales. El sectarismo unidireccional me desagrada. No postulo  ninguno. Me valdría el todos como recuerdo de una historia que ahí está. Y que no se puede cambiar.

La archidiócesis de Burgos sale, con toda razón en defensa del callejero de tres eclesiásticos notables. Con méritos más que sobrados para una calle. Que hay muchísimas en las ciudades. Dejemos a la historia en paz, tenga cada uno las simpatías que quiera y no hagamos de un pasado ya lejanísimo contienda de hoy. Uno tiene ya 77 años y nació un año después de que la contienda civil concluyera. Pues como para revivirla hoy. No conocí a mi abuelo materno porque lo habían asesinado los rojos cuatro años antes de que yo llegara a este mundo. Jamás fui educado en el odio. Creo haber contado ya que un amigo de mi niñez a veces venía a jugar conmigo en mi casa. A la hora de la merienda él recibía de mi madre, hija del asesinado, la misma que yo. Un trozo de pan con una onza de chocolate o una raja de carne se membrillo en medio. Muchos años después, teniendo yo más de treinta años, mi madre me preguntó por él. Le dije que concluida su carrera se fue a Europa y que hacía años que no sabía nada de él. Y sigo sin saberlo. Entonces me dijo, más de treinta años después del asesinato de su padre, que aquel niño era hijo de una mujer que animaba a los asesinos de mi abuelo a que lo mataran. Ese día todavía aumentó la admiración que tenía por mi madre.

Las calles son pasajeras. Bastantes de las de ayer no son las de hoy y sólo Dios sabe las que serán mañana. La Iglesia de Burgos reivindica, con toda razón, eclesialmente, a tres de sus hijos insignes. Que no dejarán de serlo aunque desaparezcan sus nombres de las calles. Los perjudicados no son ellos sino quienes quieren borrarlos.

Las calles de la memoria

 

Comentarios
3 comentarios en “La archidiócesis de Burgos puntualiza la «Memoria Histórica»
  1. Comparto plenamente el contenido del artículo, incluso en las experiencias familiares de perdón, con el aditamento de haber tenido familiares en ambos bandos enfrentados. Solamente un matiz: el general Goded y 6 oficiales más fueron ejecutados en aplicación de la ley,…, pero del Código de justicia militar, el mismo que se aplicaba en el otro bando, pero con la diferencia que las leyes de la II República habían suprimido la pena de muerte, pero como suplemento del fusilamiento de 7 oficiales, desde el gobierno de la Generalidad, se autorizó el asalto y asesinato del barco prisión Uruguay y en los siguientes días fueron asesinados sin juicio más de 500 personas consideradas de derechas. Ello además contrasta con el juicio a Companys y sus cómplices por el mismo delito en 1934, condenados a 30 años y puestos en libertad al poco tiempo.

  2. Todo esto de las calles es una polémica ridícula y absurda, que no existiría si llevasen nombres neutrales: calle del Triángulo Isósceles, avenida del Azufre, travesía de la Gravitación Universal, callejón de los Coleópteros, paseo de las Náyades et sic de caeteris.

  3. No le dé tantas vueltas, don Paco Pepe, que eso dignifica a los energúmenos. La «Memoria histórica» y la «Memoria democrática» son la venganza nihilista, diferida y panzona del marxismo, el separatismo y el comunismo. Venganza sólo hecha posible por la hipocresía, la codicia y el ansia de poder de «los buenos».

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