por La Cigüeña de la Torre | 23 octubre, 2023Yo no quiero que secuestren a nadie. Vean si no lo que dije:
https://infovaticana.com/blogs/wp-admin/post.php?post=105099&action=edit
El cardenal Pizzaballa se ofreció a intercambiarse por los rehenes secuestrados. Y simplemente dije que me parecería muy bien que le aceptaran el ofrecimiento.
En primer lugar porque más de doscientas personas en clarísimo peligro de muerte e injustísimamente secuestradas se verían en libertad. Después porque al cardenal retenido lo iban a tratar mucho mejor que a los retenidos y el peligro que correría sería mucho menor. No iban a asesinar a un cardenal. Y tercero porque su gesto sería voluntario y la granjearía la admiración de todo el mundo.Pues eso es lo que ha escandalizado hasta extremos verdaderamente desmesurados a una persona que me dedica la siguiente carta de la que sólo voy a suprimir su identificación:
Buenos días,
Les escribo sobre el post que ha sido publicado en su web, el 17/10/2023, en el blog llamado «La Cigüeña de la Torre» sobre el cardenal Pizzaballa y su ofrecimiento de entregarse como rehén a la agrupación terrorista Hamas a cambio de los niños que han sido apresados por dicho grupo. Pueden encontrar el enlace del artículo aquí, y también adjunto una captura de pantalla:
En dicho post, el autor declara sentirse «encantado» por la perspectiva de que Pizzaballa (un sucesor de los apóstoles y un sacerdote de Cristo, no lo olvidemos) caiga en manos de una banda terrorista. Y lo que es aún peor, deja claro que no estaría encantado solo porque eso supondría liberar a los niños, sino también por el hecho de que el cardenal sea rehén de los terroristas («Por mi parte encantado. Por los unos y por el otro«).
Soy lector habitual de Infovaticana y sé perfectamente que su contenido, a diferencia de otros portales de información religiosa (como Religión Digital o Vida Nueva), es plenamente católico. En ocasiones muy crítico, lo que está muy bien, pero siempre dentro de la fe y moral que enseña la Iglesia, y eso les honra. De hecho, ese es el principal motivo por el que soy lector habitual de su web.
Sin embargo, el contenido de este post no es católico en absoluto. Una cosa es decir que un cardenal hace mal su trabajo, o directamente insultarlo como lamentablemente es habitual en este blog. Pero desearle el mal, y decir que el autor estaría encantado con ello, ya es un paso que un católico jamás puede dar. ¿Creen que esto es muy diferente a, por ejemplo, desearle públicamente un cáncer?
Sé que el contenido de los blogs solo representa las opiniones de sus autores y no de Infovaticana. Pero ustedes han publicado este post en su web, y tienen una responsabilidad por hacerlo. Yo coincido plenamente con ustedes cuando critican a medios como Religión Digital o Vida Nueva por publicar contenidos contrarios a la fe y la moral, a pesar de que a veces esos contenidos pertenecen a blogs de dichas webs. Pero aquí, lo que han publicado ustedes es un contenido no contrario a la fe, pero sí a la moral que enseña la Iglesia.
Pueden encontrar dicha incompatibilidad en el punto 28 de la Explicación del Catecismo Católico (Arcos, 1898): «El odiar al prójimo es pecado mortal, si el mal que se le hace o desea, con maldición o sin ella, es grave». Lamentablemente, publicando este contenido, dan ustedes visibilidad a un mensaje incompatible con la moral católica, porque desear activamente el mal a alguien (si no es por un bien mayor, y no es el caso) es solamente odio, y el odio no es católico.
He intentado contactar sin éxito con el autor del post, para pedirle que considere borrarlo o al menos publicar una rectificación. También acudo a ustedes para que, como responsables últimos de lo que se publica en su web, tomen las medidas que consideren convenientes.
Muchas gracias por su atención.
Un cordial saludo,
Yo no tengo especiales simpatías por Pizzaballa pero desde luego no me parece lo peor de la Iglesia ni mucho menos y tampoco del colegio cardenalicio. No quiero que los secuestren, que se muera o que contraiga una enfermedad terminal.
Ahora, debería preocuparle pillarse rebotes de ese calibre por imaginaciones suyas ante un par de líneas mal leídas por su parte.
Y por mi parte a Pizzaballa, ni pizza y de ninguna manera bala.
El intercambio por prisioneros es una práctica de la Iglesia muy antigua, inclusive es origen de órdenes religiosas como los Mercedarios. Es una práctica católica de la caridad llevada al extremo, tal como Cristo hizo, dar la vida por otros.
Con tantos motivos serios que hay en la Iglesia para enfadarse…