De Specola.
Contundente.
«La impresión de que todo se está precipitando es generalizada. No será por no decirlo, el Vaticano está un una muy mala situación financiera, y el pontificado del Papa Francisco no solo no ha resuelto los problemas que ya se veían venir, sino que los ha incrementado. No será por no decirlo, no será porque el Papa Francisco no lo sabía, pero no se gobierna con entrevistas y cartas sino con decisiones sabias y leyes adecuadas. Es el resultado del gobierno comunista o peronista, si queremos. La mala gestión -pésima- , la mucha verborrea, el mucho populismo, hace que las donaciones desaparezcan. Los gastos están fuera de control y el pastel quedará para el sufrido sucesor. La Comisión de reforma de la curia, hace más de diez años, señalo con precisión los problemas de fondo de pensiones y sanitario, diez años de caos para ver que lo anunciado se está produciendo.
En la peculiar forma de de gobernar del Papa Francisco, en cuanto un problema serio salta, no se puede ocultar, se manda una carta para apaciguar los ánimos y repartir culpas, para los problemas si estamos todos, todos, todos. Es un secreto a voces, desde hace mucho años, que el plan de pensiones del Vaticano es inviable, vamos, que está quebrado. El Vaticano es un estado y tiene que hacer frente a las pensiones y la sanidad de sus empleados, se está haciendo visible lo que hemos denominado muchas veces: «el monstruoso deficit oculto del Vaticano». El déficit anual es serio, lo son mucho mas los compromisos adquiridos con los empleados y sus familias que el Papa Francisco dice claramente que no podemos pagar. Para esto si somos sinodales y vamos caminado con mucha alegría y juntitos a la ruina.
Una nueva carta con la que el Papa Francisco comunica una nueva misión para el cardenal Kevin Farrel, ex legionario, un macarrista del que nadie se fía, el hombre que cubrió durante años a McCarrick cuando era su vicario general y obispo auxiliar y vivía en su misma casa. Ahora resulta que va a ser la solución con sus 77 años. El Fondo de Pensiones que ya no puede sobrevivir con las normas actuales y, quién sabe por qué, recurre a los cardenales y no a los carísimos laicos que ha contratado y que son el verdadero drama de nuestro sistema asistencial.
Este es el contenido de la carta: «En la carta del pasado 16 de septiembre al Colegio Cardenalicio, tuvimos la oportunidad de recordar el concepto de «déficit cero como uno de los principales objetivos que deben perseguirse con determinación para garantizar la sostenibilidad económica de nuestra organización. Con esta carta de hoy pretendo llamar su atención sobre otra cuestión que hoy me preocupa especialmente, ya que tenemos que afrontar problemas graves y complejos que corren el riesgo de empeorar si no se tratan con prontitud. Me refiero a la gestión de nuestro Fondo de Pensiones, considerada ya entre los temas centrales de la reforma económica, y que constituye un tema central en la «preocupación» de los Pontífices que se han sucedido desde su institución».
«La cuestión a lo largo del tiempo ha estado animada responsablemente por la preocupación de garantizar un modelo de seguridad social justo en favor de la comunidad al servicio de la Santa Sede y del Estado y de cumplir con la responsabilidad moral de proporcionar prestaciones dignas a quienes tienen derecho a ellas. , compatible a los recursos económicos disponibles. Para ello se han realizado diversos estudios de los que se ha deducido que la actual gestión de las pensiones , teniendo en cuenta los activos disponibles, genera un déficit importante. Lamentablemente los datos que ahora se desprenden, como conclusión de las últimas investigaciones, los análisis en profundidad realizados por expertos independientes indican un grave desequilibrio prospectivo del Fondo, cuyo tamaño tiende a aumentar con el tiempo en ausencia de intervenciones: en términos concretos, esto significa que el sistema actual no es capaz de garantizar a medio plazo plazo el cumplimiento de la obligación pensional por generaciones futuras .
Ahora todos somos plenamente conscientes de que se necesitan medidas estructurales urgentes, que ya no pueden posponerse, para lograr la sostenibilidad del Fondo de Pensiones, en el contexto más general de los recursos limitados de que dispone toda la organización, y una cobertura de seguridad social adecuada para empleados presentes y futuros, en una perspectiva de justicia y equidad entre las diferentes generaciones. Se trata de tomar decisiones difíciles que requerirán de cada uno una sensibilidad particular, una generosidad y una voluntad de sacrificio. Teniendo en cuenta todo esto y todo lo bien considerado, quisiera comunicarles la decisión que he tomado hoy de nombrar a Su Eminencia, Kevin Card Farrell , Administrador Único del Fondo de Pensiones, creyendo que esta elección representa, en este momento, un paso esencial para responder a los desafíos que nuestro sistema de seguridad social deberá afrontar en el futuro. A pesar de haber apreciado la aportación reflexiva de quienes se han ocupado de este delicado asunto en los últimos años, ahora creo que es fundamental transitar esta nueva etapa, fundamental para la estabilidad y el bienestar de nuestra comunidad, con prontitud y unidad de visión para que las intervenciones necesarias se lleven a cabo con prontitud, pido a todos una colaboración especial para facilitar este nuevo e ineludible camino de cambio. Confiando en el apoyo de todos, os pido que acompañéis este momento con vuestra oración».»
el inepto bergoglio ha quebrado a la iglesia en todos los aspectos, doctrinal, espiritual, moral, y hasta financiero. vaya logro de su ineptitud jorge mario bergoglio!
qUIEN VA a poner dinero para tanto desvarío, si es elemental. Este hombre ha llevado a la ruina espiritual a la Iglesia Católica con su falta de tacto, de ortodoxia, por su politización torticera y malvada escorada hacia lo peor del mundo. Ahora recoge lo que ha sembrado, pues sólo ha sido rencor del bajo, malas políticas, pésimo gobierno, amiguismo y entreguismo a una camarilla, sus gestos populistas de país de tercera división han llevado al Vaticano al descrédito político, económico y de prestigio para hacer frente a su misión y ha quedado como una sucursal de la ONU, del globalismo y de los amos que fueron Soros, los oBamas y que ahora acaban de perder en USA gracias a Dios.
Haber si se enteran en USA han votado a Trump el 90 por ciento de católicos esos a los que tanto Bergoglio desprecia y que cuentan con obispos de buena doctrina y que le hacen frente porque pueden no como otros cobardes y miserables que callan.
El modelo que ha fracasdado es el de Bergoglio, Mac Carrick, Farrell y compañía vendidos a la masonería y rodeado de caraduras.
A este hombre sólo le queda para estar a bien con Dios que reconozca sus errores, se empeñe en que el próximo siga un buen camino y facilitar la Tradición de la Iglesia, pues debería hacer acto de contricción ante el Altísimo antes de comparecer ante su ÉL por todo el daño moral y doctrinal que está introduciendo en la Iglesia y arrepentirse bien sea si lo hace conscientemente o por debilidades, prejuicios y complejos y sin ánimo, pero el resultado es el que es.
«rodeado de caraduras», mucho peor diría yo, rodeado de pervertidos sexuales como el trucho fernandez, el pornógrafo del vaticano.
La puntada a la economía vaticana se la ha dado Francisco cuando ha criticado a los obispos que viajaban a Roma, es decir, creaba desafecto con las diócesis, que ya no envían peregrinos, y entonces tampoco se interesan por el Obolo. Y luego todo el odium plebis que le ha ido vaciando las audiencias. Y el favorecer el tener Roma hecha un basurero, con los mendigos defecando junto a la Columnata. El Papa se involucró personalmente en mantener esa situación para dar imagen de «Iglesia pobre de los pobres», y efectivamente lo ha logrado. Desde el S. XIV, Roma fue concebida por los papas como el hogar y el descanso de los fieles del mundo, que a la vista de su belleza tuvieran la presciencia del Cielo, y trabajaron en esa visión hasta Benedicto XVI. Francisco se ha empeñado en hacer Roma odiosa, y el resultado es que entonces no tiene donde apoyarse él mismo. Caso aparte son todas las corruptelas de los italianos, habría que echarlos a todos de puestos de dirección de la Curia Romana, y por último, la contratación indiscreta de amiguitos, un pecado muy clerical también.
¿Y si le tiene que echar un capote el Opus Dei?
Pues por eso no emana los estatutos de nuestros amigos,
volvemos al punto de partida de 1982: Iglesia propia, pueblo propio, sacerdotes propios bajo el único mando del cardenal supernumerario romano apostólico al mando único vitalicio, mujeres a la cocina y plancha gratis de por vida, hombres a las residencias con sagrario y el Cuerpo de Cristo a cambio de recibir el Vaticano unos 10.000 millones de € de los laicos que nunca pertenecieron a la Iglesia pero así los han obtenido y sin tributar
¿es un trato justo, no? Es dinero de la Iglesia pero cambia de cajón
A él y a su corte no les faltará un buen «Falcon» para proseguir sus periplos transoceánicos de los que nadie recuerda un solo fruto y sí mucha huella de carbono…
El error de base de Francisco ha sido cabrear tanto a los americanos como a los alemanes (aunque por motivos opuestos, obviamente), que son los que financian al Vaticano. Sin ellos el Vaticano se va a la quiebra. Ya estaba muy mal cuando llegó, sería injusto echarle toda la culpa, pero no cabe duda de que con su actuación lo ha agravado. Quizá ha llegado el momento de que el Vaticano simplemente desaparezca y el Papa vuelva a ser lo que fue en sus inicios: el obispo de Roma y un mero «primus inter pares».
El Papa, u Obispo de Roma, JAMÁS fue un «primus inter pares»