
https://caminante-wanderer.blogspot.com/2025/01/el-p-alejandro-gwerder-cancelado.html
https://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=51416
El semoviente Jorge Scheinig, arzobispo de Mercedes – Luján, de lo peor del ya de por sí ruinoso episcopado argentino, consiguió lo que buscó durante años: la dimisión del estado clerical del fiel sacerdote Alejandro Gwerder. Scheinig, un orate de dudosa fe y casi sin neuronas, valiéndose de su ramplona amistad con el Papa Francisco, demuestra así una vez más su resentimiento plebeyo y su adicción a la vulgaridad; disfrazado de presunto celo por su «especialidad», la así llamada «pastoral urbana».
El padre Gwerder estaba en la mira, desde hace años, por este ordinario que okupa como Ordinario la Arquidiócesis, en la que se encuentra el Santuario de la Patrona de Argentina. Al padre Gwerder no se lo expulsa del Sacerdocio por ninguna cuestión moral: no es pedófilo, ni maricón, ni mujeriego, ni vividor de los bienes eclesiásticos. Su supuesta desobediencia y «falta de comunión» es, en realidad, fidelidad al Señor y «a la Iglesia de las promesas, y no a la Iglesia de la propaganda «, como bien la definiera el padre Julio Meinvielle. Destaca «Wanderer » que se ensañaron con él por envidia y por ideología pura y dura. No le perdonaron ser uno de los más entusiastas organizadores y promotores de la, cada vez más convocante, peregrinación de Nuestra Señora de la Cristiandad. Y que fuese confesor y director espiritual de una infinidad de jóvenes y de familias.
Sufrió el padre Gwerder toda clase de humillaciones en este tiempo. Sus perseguidores apelaron, una vez más, a la básica herramienta de las «cancelaciones» sacerdotales: la asfixia económica. De hecho, vivió en los últimos años en una casa prestada del conurbano porteño, con la ayuda de algunos benefactores. Así son los sinodales, periféricos y sensibles personeros de la «misericordia»; dueños de un cinismo pocas veces visto.
No es nuevo el historial de persecuciones de Scheinig: le hizo la vida imposible al padre Gabino Tabossi; un joven e inteligente sacerdote, fallecido en septiembre último, al cabo de una grave enfermedad, con 46 años. Y llena de desprecios, también, a otros curas -algunos muy jóvenes- por ser ortodoxos, usar sotana y no sumarse al «nuevo paradigma» del bergogliato. También les hace sentir todo su rigor a los padres de Miles Christi, que tienen en Luján su casa de formación. Con agudeza, un obispo de la actual cúpula -que imploró el anonimato, para no ser, también, misericordiado-, dijo que «en Argentina, decimos que ciertas personas con alguna deficiencia física no solo arrastran alguna pierna; arrastran, sobre todo, complejos varios. No es el único caso que tenemos en estas alturas: hay otro, bien conocido por su incontinencia verbal, poca lealtad, y fascinado por los viajes y la buena vida. Y aunque ahora, también, cayó en desgracia, sobrevive gracias a su sobreactuada obsecuencia con Bergoglio».
Scheinig, a pesar de su ultrabergoglismo, ha generado no pocas resistencias entre sus «hermanos obispos». De hecho, en la última asamblea plenaria se candidateó para presidir la comisión de Educación, y fue derrotado por abrumadora mayoría por Jorge González, uno de los tres obispos auxiliares de La Plata. Que si bien llegó al episcopado de la mano del «Trucho» Fernández, demostró cierta independencia de criterio, al no adherirse al incondicional servilismo.
En suma: Scheinig es otra patética muestra del episcopado argentino, que de la mano de su valedor romano, parece empeñado en constituirse como «Iglesia en huída». Nuestras oraciones para el padre Gwerder. Que pueda seguir, lejos del stalinismo eclesial, con su plausible labor evangelizadora. Y que muy pronto, ya con nuevo oficialismo, resulte plenamente reivindicado.
Otro caso más de lo falso que es el todos, todos, todos.
Para no pocos nada, nada, nada.
El todos, todos, todos solo suele ser para lo peor.
Y la prefecta se está luciendo.
Ayuda a Infovaticana a seguir informando