
Y si no le gusta, pues a no dar motivo.
A mi me pasa con el como con el despeinado obispo de Bilbao.
Ahí me las den todas.
Hasta me divierte que se las den. Y por supuesto lo cuento. Que es cosa mía contar lo que me dé la gana.
Y de los lectores leerlo o no.
Que aquí somos todos muy liberales.
Y ese liberalismo no es pecado.
http://caminante-wanderer.blogspot.com/2023/08/pudor-modestia-y-deportes-clericales.html
Sigo pensando que está gordocho.
Y mejor sin braga náutica. Lo reconozco.