| 29 diciembre, 2023
No se les caían de la boca y ahora el mismo Gobierno reconoce que no había ninguna irregularidad en ellas.
https://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=48343
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La Iglesia no se apropió de nada que fuese ajeno inmatriculando bienes, se limitó a inscribir en el Registro, que eso es inmatricular, lo que era suyo y no estaba registrado.
Esperemos que se termine de una vez con esa murga.
¿Ha salido el portavoz de la CEE a anunciarlo? ¿Omella ha hecho alguna declaración después de años de ataques, como hizo recientemente con el «informe» del infame defensor del pueblo, ese retorcido socialista? Aqui tenemos otro caso del trato que da el autodenominado partido obrero español (sic) a la Iglesia, historicamente un partido criminal, anticlerical y antieclesial. ¿Cuantos «cristianos por el socialismo» pueblan los puestos a dedo o son profesionales de la política con esta secta de poder? ¿ Cuánto ha compadreado la jerarquía dizque católica española con esta secta de poder? Esto de las inmatriculaciones seguro que no sale en el diario gubernamental, a lo peor hasta no lo sacan en la bienqueda tele obispal,. tan complaciente con la derecha cobarde como con el partido ese criminal. En fin, al final la verdad se abre camino, habrá que anunciarlo a los cuatro vientos, pero si tienes las publicaciones y los medios dizque católicos hablando del cambio climático, promoviendo la invasión inmigratoria ilegal y pidiendo regularizaciones masivas, alabando al tucho y al resto de masones de la Curia…veremos qué se puede hacer al respecto, De momento alegrarnos, aunque no nos lo agradezca esta gente.
No se preocupe. Volverán al ataque: cuando se desactive lo de los abusos, la «campiña» será la de los niños «robados» (que, según ellos, son más de trescientos mil, aunque hasta ahora nadie ha demostrado ningún caso, pero eso no importa: importa destruir a la Iglesia y, si hay que sacarlo en el telediario mil veces, se saca y ya está).
«Con varios ademanes horrorosos/Los montes de parir dieron señales:/Consintieron los hombres temerosos/Ver nacer los abortos más fatales./Después que con bramidos espantosos/Infundieron pavor a los mortales,/Estos montes, que al mundo estremecieron,/Un ratoncillo fue lo que parieron.»