El fracaso del «ralliement» de León XIII reconocido por el mismo Papa

|

Biografia de León XIII

Que no fue solo el francés. En España supimos no poco del que propició en nuestra patria, hasta con una encíclica, la Cum multa, además de otras numerosas intervenciones, que obtuvieron escaso éxito  entre los católicos españoles.

Dos años antes de su fallecimiento mantiene una conversación con el embajador de España ante la Santa Sede, Alejandro Pidal, figura importantísima del ralliement español, con apremiante encargo de que el diplomático se la traslade a la Reina regente. La carta (6 de julio de 1901) creemos que indica el ánimo hundido del Papa ante el fracaso de su empeño político que apenas movilizó a católicos, desmotivó a no pocos y sobre todo no desarmó a los enemigos de la Iglesia que se crecieron ante el debilitamiento de la resistencia católica.

<

Tomo el dato del libro de Carlos M. García Nieto, El cardenal Sancha y la unidad de los católicos españoles, I. Madrid-Toledo,  2009, pg. 499, obra muy completa para el conocimiento de esa problemática en España, que no dudo en recomendar.

Quienes iban a deponer su oposición a la Iglesia cuando ésta abandonase los legitimismos no cunplieron en modo alguno lo que no pasaba de ser un vano sueño de León XIII. Que comprobaba como «la conjraciń masónica y anticristiana con que el infierno se ha propuesto amargar los últimos días de su pontificado», «con esta malvada conjuración».

Hasta mendigar que no le abandonen en días tan desesperados: «Que la Reina no olvide lo que yo vengo haciendo por ella, para que todos los católicos españoles, el Episcopado y el clero y las Órdenes religiosas prediquen la adhesión y practiquen la obediencia contra carlistas y republicanos, al Rey y a la Reina, malquistándome por hacerlo con elementos muy poderosos de fuera y dentro de España (…) Qué triste sería para mí tener, al tiempo de morir, que combatir como enemigos a los que he amado como hijos.Esto no será, esto (no) pasará en España, ¿verdad, señor embajador? Pero yo le pido a usted, le  encargo, que escriba en mi nombre a la Reina, suplicándola, conjurándola para que me evite estos tristes y amargos momentos».

Si esto no es la constatación de su fracaso ya me dirán lo que es.

 

Comentarios
5 comentarios en “El fracaso del «ralliement» de León XIII reconocido por el mismo Papa
  1. El «ralliement» fue un intento de León XIII de abordar esta situación. Su objetivo era reconciliar a la Iglesia con la República y recuperar algunos de los derechos y privilegios que había perdido. León XIII creía que la República francesa era la mejor forma de gobierno para la Iglesia, ya que permitía a la Iglesia una mayor libertad para actuar y servir a sus fieles.

    A pesar de los esfuerzos de León XIII, el «ralliement» fracasó por varias razones. En primer lugar, muchos católicos franceses se opusieron al movimiento porque veían a la República como anticatólica y laica. Estos católicos se negaron a aceptar la autoridad del Estado sobre la Iglesia y se opusieron a cualquier tipo de compromiso con la República.

    Además, la República también se mostró reticente a hacer concesiones a la Iglesia. Aunque León XIII había hecho un llamado a la reconciliación, la República seguía siendo laica y no estaba dispuesta a dar a la Iglesia un papel más prominente en la vida pública. Esto llevó a una situación de estancamiento en la que ambas partes se negaron a ceder terreno.

    El propio León XIII también contribuyó al fracaso del «ralliement». Aunque el Papa había hecho un llamado a la reconciliación, muchos católicos vieron su apoyo a la República como una traición a los valores de la Iglesia. Además, algunos miembros de la jerarquía de la Iglesia se opusieron al «ralliement» y criticaron abiertamente la política de León XIII.

    El fracaso del «ralliement» tuvo graves consecuencias para la Iglesia católica. En primer lugar, aumentó la brecha entre la Iglesia y el Estado francés. Esto llevó a una situación de tensión en la que la Iglesia y la República se veían como enemigos y se negaban a cooperar en cualquier tema.

  2. Ahí León XIII aplicó una digamos norma de los católicos llamados liberales: hacer concesiones y concesiones sin procurar eficazmente correspondencia del otro lado. Por cierto entre los tradis franceses he oido hablar de un primer ralliement, que sería el de León XIII, un 2º ralliement, que sería la condenación de la Acción francesa por Pio XI (creo que en 1926) y el 3º, que sería el Vaticano II

    1. Pues el 2º ralliement fue una bendición, porque impidió que se instrumentalizara a la Iglesia como un elemento de orden. Eso es lo que pretendía Maurras y así también lo pensaron varios de los pre-fascistas europeos (y algunos fascistas también). Aunque el legitimismo mantenía muchas cosas en común con estos, suponía la fe como el eje vertebrador de la nación, como la finalidad de la unidad nacional. Dios era lo primero, no la patria. Bastantes elementos de Acción Francesa cambiaron ese orden, algo que no sucedió en el símil español, más depurado ideológicamente y con un tradicionalismo bien vertebrado durante el primer cuarto del siglo XX.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *