| 21 octubre, 2023
Debe ser la sinodalidad.
La imagen recuerda mucho a la de Roma
Las malas lenguas dicen que además de prohibirse fumar y la barra libre, el calabacín tiene prohibida la entrada en el menú.
“No hay nada oculto que no se descubra algún día, ni nada secreto que no deba ser conocido y divulgado.” (Lucas 8, 17)
Pensaba que era en ARMENIA, pues el titular tiene un error mecanográfico (todos nos equivocamos, y yo, el primero), que ruego revisen y corrijan.
¡Dios mío, que bajo han ca´ñido algunas diócesis!
El calabacín no es más tonto porque no se entrena. No será que la Diócesis está arruinada ahora tanto echar la culpa al anterior. Este es peor que el Taltavull. Ya no es por algo humanitario como aquellas aperturas populistas para hacer comedores estilo San Antón y lo que se sacó de la manga Omella en Barcelona, aunque luego con el COVID se quedó todo cerrado para lo que son las iglesias, que es para el culto.
Ahora es para sacar dinero. Vaya desprestigio, caradura y cuento que tienen últimamente los obispos que parecen pensar que tonto el último que cierre la puerta.
No se extrañen que con el ejemplo que dan cuatro idiotas alentados por lo peor de lo peor de dentro y fuera de la Iglesia, cuando no de instancias clericales muy superiores más preocupadas de hacer populismo barato, se pongan esteladas en Cataluña. Urnas al lado del altar para votar en contra de media Cataluña. Que engañen a algún deán medio lelo para grabar un videoclip pornográfico en la catedral de Toledo, o se pongan a bailar encima de un altar consagrado para decir Misa financiado por un Gobierno que busca más imponer su agenda ideológica que atraer el turismo.
Hay que tener desfachatez para justificar este negocio en que dentro de la Catedral se representaban autos sacramentales en el pasado.