Hoy es el rumor más extendido por Madrid. Lo que no quiere decir que mañana no pueda circular otro.
José Rodríguez Carballo, gallego de 65 años, franciscano y arzobispo titular de Belcastro, in partibus infidelium que se decía antes, es el actual Secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, antes Religiosos. Fue de los primeros nombramientos, episcopales y curiales de Francisco y ha acreditado dos cosas: su incompetencia, manifiesta ya desde que fue superior general de los franciscanos, a los que llevó a la ruina económica y no supo, o no quiso corregir la carrera hacia el abismo de la Orden Seráfica.
De lo que es esa tragedia, varios años presidida por Chámame Pepe, creo que dan cumplida idea los datos de la Orden. En 1963 había 27.136 franciscanos. Eran, después de los jesuitas, la Orden más numerosa de la Iglesia. El 1 de enero de2017 quedaban ya sólo 13. 348. Dos años después es casi seguro, o están a punto de lograrlo, serán ya menos de trece mil. Y les han quitado el segundo puesto en el número de religiosos los salesianos. Y lo de siempre muchos menos y mucho mayores. ¿También mucho peores? Sin la menor duda.
Seis mil, o casi, de los franciscanos de hoy están ya imposibilitados, o a punto, de ministerios. Y del resto, no pocos se aproximan a la desaparición. Con responsabilidad directa de este pao de carballo. Que no es pino pero no llega ni con mucho al castaño o al nogal. Una lancha de Marín feita de pao de carballo, catro rapaces do porto pescaron un rodaballo… Se lo acabamos de cantar a una religiosa muy querida mientras cerraban la losa de su sepultura.
Chámame Pepe no es un malvado que busca destruir la Iglesia. Es un pobre hombre que no dudo que con un fondo de buenos propósitos, que nunca le llega el momento de ponerlos en obra porque obstaculizarían su decidido propósito de medrar, se aprovecha, lamiendo lo que haga falta, de la corriente ascendente de esas mediocridades. ¿Por qué voy a ser yo menos?
Su línea, traspuntín en pompa, igual le da el resultado apetecido. Me preocupaba mi catedral del Apóstol. Ahora mi Toledo. Si llegare, si fuera cierto lo de su persona, se comprenden las prisas, Su congregación romana desaparece ante su indigencia como la de su cardenal incapaces de arreglar nada y se entiende que pida una salida por los servicios prestados aunque fueran tan cacaleiros. Que le llegue Toledo, si cae, parece absolutamente incomprensible ante sus, no escasísimos, inexistentes méritos. Pero eso parece también consustancial a nuestro Papa Francisco eligiendo a sus gentes.
Estoy seguro de que Chámame Pepe, si es que llega a algo, va a ser una desgracia eclesial, ya digo que mucho más por incapacidad neuronal que por decidida voluntad de hacer daño a la Iglesia.Son muchos mis paisanos que ante su indigencia para no ser nada ni nadie, extremaron capacidades de subalternos entregados a caciques. amos o quienes fueren, en un afán de supervivencia que no llegaba a superar el hambre, el bocio o el raquitisno. Aunque los hicieran más permanentes.
¿Llegará Chámame Pepe a Toledo? Dios no lo quiera pero, si fuere el caso, a resistir. Que Toledo es mucho Toledo y Chámame Pepe muy poca cosa.
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