Primero: «mea culpa»; me equivoqué rotundamente hace varios días al decir que ni de broma sería elegido. Segundo: ¿va a disculparse también el señor D’Ors, que daba como seguro a Calaça de Mendonça? Tercero: ¿reconocerán su error los que daban por hecha la elección del Piruleta? Cuarto: ni Francisco II ni Orondo XXIV ni Flordelisado VII, gracias a Dios; sabe idiomas, escribe lo que va a leer, habla de misión (¿vuelve el proselitismo?), viste como Dios manda, no tiene mirada torva, es calculador y discreto, minucioso y tranquilo, no le gusta la prensa, no va de «sabio» ni de «santo» (los sabios, a la biblioteca; los santos, al monasterio; para pontífices no sirven); tiene pinta de gestionar bien; nos ha salido un pontífice oficinista y burócrata; se acabó la payasada; se terminó la demagogia barata; concluyó la improvisación; lee bien, reza a la Virgen, bendice en latín; habla de pasada de su predecesor y menciona la sinodalidad y la Iglesia de todos (pero eso está por ver cómo lo hace). Cuarto: nos hemos librado de la perfidia italiana, de la burricie franciscana, de la heterodoxia dominica, del Filipense, de Grech, de Joderich, de Mierdich, del Piruleta, del salesiano feísimo, de Zuppi (su competidor en fealdad), del Avelino et alii. Quinto: hay papa para quince años, hasta 2040; antes de esa fecha, perderán el voto casi todos los purpurados actuales y la renovación cardenalicia será casi total. Sexto: es agustino, pero quizá de los buenos (aunque hay pocos). Séptimo: los colaboradores que escoja serán su primera muestra de por dónde van los tiros; debe nombrar treinta cardenales pasados de fecha (pero no habrá consistorio hasta que existan vacantes); espero que cumpla escrupulosamente los acuerdos lateranenses y otorgue un birrete a Venecia y Milán. Por último: dije que no sería ni jesuita ni argentino ni francisquista (y esto último lo es poco, pues llegó a la curia hace un par de años); dije que no sería hispano y no lo es (que su segundo apellido lo sea no lo hace hispano, del mismo modo que su Prevost no lo hace francés; en los EEUU hay apellidos de toda Europa y tener uno polaco o sueco no les hace ser polacos o suecos). Concluyo: tengo mis vaticinios anotados; si alguien duda, que los pida; llevan día y hora. Y a los sibilos, profetisos, vates y pitonisos: hagan como yo, que escribo después de pensar.