| 07 noviembre, 2021
De los que no dejan indiferentes ni a unos ni a otros.
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“No hay nada oculto que no se descubra algún día, ni nada secreto que no deba ser conocido y divulgado.” (Lucas 8, 17)
“No hay nada oculto que no se descubra algún día, ni nada secreto que no deba ser conocido y divulgado.” (Lucas 8, 17)
De los que no dejan indiferentes ni a unos ni a otros.
El Concilio Vaticano ll,es maravilloso, lo que han hecho con él algunos, es otra cosa.Es como la Iglesia, es perfecta, nosotros, con nuestros defectos, la deformamos.
Mi pesimismo radical se resume en que, salvo directa intervención divina (directa y contundente), la Iglesia ha entrado en agonía y tiene, como mucho, diez o veinte años por delante, ni uno más.
La Iglesia y en concreto el papado pasó lo que se ha llamado «El Siglo de Hierro» que duró nada menos que 140 años, desde más o menos 872 a 1020. Llegó una de las reformas más extraordinarias de sus 20 siglos de historia con la fundación y expansi´ón del movimiento mon´ástico de Cluny, que venía juntamente con las grandes peregrinaciones a Santiago. Hubo grandes santos, como San Pedro Damiano que denuenció la lacra de la homosexualidad en la Iglesia y de manera especial el Papa Gregorio VII, también santo, sin mencionar a los 3 extrarodinarios abades de Cluny. Ya antes, en el siglo IV, parecía que la Iglesia se había hundido, pues San Jer´ónimo declaraba que la Iglesia gemía a descubrirse arriana. La salvaron otros grandes santos ante todo San Atanasio, tambi´én San Hilario y pocos más. El mismo Papa Liberio falló. Algo similar sucedió en el siglo XVI, cuando el papada estaba en manos de dos papas Medici, León X y Clemente VII. La salvó principalmente España con sus grandes santos y misioneros como Sta. Teresa de Jesús, San Ignacio y otro muchos Jesuitas como San Pedro Canisio llamado el segundo apóstol de Alemania, San Carlos Borromeo, San Felipe Neri etc. Después del desastre de la Revolución Francesa, también hubo un gran surgimiento misionero a lo largo del XX hasta el Vaticano II, sobre todo en Francia.
De manera que no vaya usted a declarar la exegias de la Iglesia. Habrá que ver cómo se da esta vez. Me parece que el entonces Profesor Ratizinger en una charla por la radio en 1969 acertó bastante acerca de lo que ya se veía venir y ya está aquí https://infovaticana.com/2017/08/27/la-profecia-ratzinger-futuro-la-iglesia/
Si uno lee detenidamente la constitución sobre la Sagrada Liturgia del Concilio Vaticano II, tiene que concluir que ninguna misa puede ser celebrada íntegramente en lengua vernácula, es más, se concluye, que las partes principales de la misa deben ser en latín y subsidiariamente dar espacio a las lenguas vernáculas. Algo parecido ocurre con la orientación del sacerdote durante la celebración, una importantísima novedad de la que el concilio no dice nada, o con el desparecido canto gregoriano, o el indulto a la forma universal de comulgar. Quienes han traicionado el concilio fueron los que llevaron a cabo la reforma litúrgica. Más que reformar el rito, han creado uno nuevo. Es mi modesta opinión.
Sólo pido en aras de esa sinodalidad tan cacareada, de esa libertad de los hijos de Dios, de esa revalorización del laicado, etc. Repito, lo único que pido, es que nos dejen libremente a los laicos dar culto a Dios con lo que Benedicto XVI llamó Forma Extraordinaria de Rito Romano. Parece de tontos, que en una época de profunda impiedad y secularización de todo occidente, despreciamos y queramos aniquilar todos los buenos frutos que está dando la Liturgia Tradicional: monasterios y seminarios florecientes, familias jóvenes fecundas y comprometidas, conversiones, etc.
Quiera el Señor, por medio de su bendita Madre, que en Roma comience a imperar el sentido común.
En el Concilio Vaticano II, se aprobó la CONSTITUCIÓN
SACROSANCTU CONCILIUM
SOBRE LA SAGRADA LITURGIA.
En el punto 4 se estableció lo siguiente:
4-Por último, el sacrosanto Concilio, ateniéndose fielmente a la tradición, declara que la Santa Madre Iglesia atribuye igual derecho y honor a todos los ritos legítimamente reconocidos y quiere que en el futuro se conserven y fomenten por todos los medios. Desea, además, que, si fuere necesario, sean íntegramente revisados con prudencia, de acuerdo con la sana tradición, y reciban nuevo vigor, teniendo en cuenta las circunstancias y necesidades de hoy.
En plan familiar podríamos comentar este punto:
Dice que “la Santa Madre Iglesia atribuye igual derecho y todo honor a todos los ritos legítimamente reconocidos y quiere que en el futuro se conserven y fomenten por todos los medios”.
– Oiga… según esto conservar y fomentar la misa según el misal de san Pio V es plenamente conciliar.
– Eso parece.
– Y dificultarla sería anti conciliar.
– Eso me parece entender.
– Ah…
Así es y la falsa reforma post conciliar hizo caso omiso de lo que mandó el Vaticano II. Es más, os que cocinaron esa reforma mintieron al Papa sobre lo que estaban haciendo. Ahora bien, Pablo VI no parece haber hecho caso a los que se oponían.