Bergoglio: «Ya verás que Angelelli algún día será declarado santo. ¡Y ese día reventará de odio la derecha!»

Impactante testimonio en exclusiva de un sacerdote porteño tras nuestra primicia de ayer sobre la beatificación de Angelelli. A raíz de nuestra publicación sobre la fecha de "beatificación" de Mons. Angelelli, el próximo 26 de abril de 2019; y sobre la inminente carta, que será difundida en las próximas horas, de otro renombrado Obispo argentino -además de la que ya hiciera pública, en su hora, Mons. Aguer- rechazando tal "beatificación", nos llegaron numerosos mensajes de adhesión. Destacamos esta carta de un sacerdote porteño, quien habla claro sobre lo que hacía Angelelli en relación a la lucha armada, y sobre los mensajes de Francisco arengando a defender la causa de Angelelli. 
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Vicente Montesinos

 

 

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Nuestra primicia de ayer sobre la fecha de «beatificación» de Mons. Angelelli, el próximo 26 de abril de 2019; y sobre la inminente carta, que será difundida en las próximas horas, de otro renombrado Obispo argentino -además de la que ya hiciera pública, en su hora, Mons. Aguer- rechazando tal «beatificación», hizo que nos llegaran numerosos mensajes de adhesión. Entre ellos, queremos destacar el de un sacerdote de la Arquidiócesis de Buenos Aires -a quien solo llamaremos Padre Alberto, para protegerlo de lo que sería para él una urgente misericordiada de Bergoglio-; que relata cómo la interrupción que, a los gritos, hiciera un laico de su homilía, en una Misa, le sirvió para cambiar de manera categórica su forma de pensar sobre Angelelli.

Les transcribo la carta que he recibido del «padre Alberto», y que no tiene desperdicio.

 

 

 

Ni mártir, ni beato

Soy el Padre Alberto, de la Arquidiócesis de Buenos Aires. Y les escribo motivado por lo que publicaron ustedes en InfoVaticana, sobre la inminente «beatificación», de Mons. Angelelli; y la firme oposición de un Obispo argentino que se conocerá muy pronto, además de la que ya hiciera pública, oportunamente, Mons. Aguer.

Por mi edad y por mi formación en el Seminario Metropolitano de Buenos Aires, fui durante muchos años progresista; convencido adherente de la teología de la liberación, y partidario de eliminar el celibato. Esto último se potenció en mí con la deserción de un querido hermano, que dejó el sacerdocio para casarse con una mujer.

Hubo, de cualquier modo, un episodio contundente que me cambió de forma definitiva. Y fue, en sí mismo, violento y absolutamente inesperado. En una parroquia porteña bien céntrica, sobre una popular avenida, estaba elogiando en la homilía la figura de Mons. Angelelli, cuando de pronto me interrumpió, a los gritos, un feligrés descendiente de padres eslavos. «No le voy a permitir, padre -me increpó- que hable de esta manera, en la Iglesia. Soy un ex montonero; y me convertí al catolicismo -aun con riesgo de mi propia vida-, luego de un proceso que implicó para mí sangre, sudor y lágrimas. Angelelli puso en mis manos un fusil, en vez de ponerme el Evangelio, y llevarme a Cristo. Y por curas como él y como usted muchísimos jóvenes, de la guerrilla y de las Fuerzas Armadas, murieron trágicamente… La Iglesia está harta de curas que, como usted, predican marxismo; y no la revolución del amor que nos trajo Jesús. Conviértase usted, también, o dedíquese a otra cosa».

Me quedé sin palabras, seguí la Misa como pude y, al concluirla, me retiré rápidamente a la sacristía; sin salir a saludar en el atrio, como lo hago habitualmente. Me enteré, luego, que las habituales ancianas que concurren a esa Misa, todos los domingos, lo felicitaron en la salida a este señor. «Gracias, hermano -le dijeron- por haberle puesto un límite al padre… Hace años que sufrimos sus insoportables sermones; llenos de política y resentimientos…»

El sentirme abandonado por mis propios feligreses, por esos auténticos pobres -de los que tanto hablamos, y a los que tan poco servimos-; el verme rehén de una ideología materialista y falto de Cristo, me llevó en verdad a mi propia conversión. Investigué, a fondo, sobre la vida de Angelelli. También a mí me confirmó Mons. Witte que había muerto en un accidente, y no en un atentado. Y que, aun concediendo que haya sido un atentado, no lo fue por odio a la Fe -condición esencial para el martirio-, sino por estar enrolado en una organización guerrillera; en medio de la auténtica guerra que vivimos, en Argentina, en los años ’70. Por lo tanto, no puede ser ni mártir, ni beato.

Más de una vez el entonces Arzobispo de Buenos Aires, Cardenal Jorge Bergoglio, me alentó en mis posiciones izquierdistas, y en mi apología de Angelelli. «Ya verás -me decía- que algún día será declarado santo. ¡Y ese día reventará de odio la derecha!».

¡Todo casi se ha cumplido!.
Espero, aunque pueda parecer ingenuo, que se retracte, que no lo beatifique y que contribuya, así, a la pacificación definitiva de los argentinos. Sería uno de los mejores gestos de este pontificado, que se avecina a su fin.

¡Sigan trabajando por la Verdad (nos anima el sacerdote) y para que se termine, en la Iglesia, esta ideología perversa, que vacía nuestros templos, vacía nuestros seminarios y conventos, y deja por el camino un tendal de muertos y heridos!

¡Que el humo de Satanás deje de inundar la Iglesia…!

Cordialmente en el Señor…

 

 

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Comentarios
29 comentarios en “Bergoglio: «Ya verás que Angelelli algún día será declarado santo. ¡Y ese día reventará de odio la derecha!»
  1. Si la causa de beatificaciòn es por martirio, segùn las normas de la Causa de los santos, no hace falta un milagro.
    Por eso en el caso Angelelli han utilzado la causa de martirio para ir màs ràpido.
    Aunque el papa pude dispensar del milagro para una canonizaciòn o beatificaziòn.
    Antes de la reforma hecha por Juan Pablo II para beatificar o canonizar eran necesario 2 milagros para beato y 2 para santo.

  2. Por un momento me pareció ver a Hugo Moyano (cual María Magdalena) lavarle los pies a Radrizzani con su pelo y lágrimas arrepentido, pero parece que no. Los pecadores ahora abrazan al representante de Jesús de igual a igual y no lloran, sonríen. Representan al partido que quemó los iglesias. Viven fastuosamente a expensas de la plata que nos roban, sea como contribuyentes, sea como afiliados de algún gremio. Quiero pensar que de ellos no será el reino de los cielos. O sí?
    Esto está pasando hoy.
    Si sumamos esto a la exaltación de Angelelli que, efectivamente puso armas en manos de los feligreses, nos da un combo difícil de digerir.
    Señor, alguien debe mostrarnos cuál es el camino correcto. Hasta ahora venía pensando que robar o matar, aún a nuestros enemigos, estaba mal.
    Cristo echó a los mercaderes del templo a latigazos, No los mató

  3. Bergoglio no debió pasar de concejal de medio ambiente de un pueblo de 200 vecinos. Las logias lo auparon hasta su máximo nivel de incompetencia

  4. El testimonto del Padre Alberto es impactante. Lástima que al ser anónimo no se pueda utilizar. Necesitamos sacerdotes mártires, que sin faltar a la caridad, estén dispuestos a ser misericordiados.

  5. Blanca, este papa es un político, un político que controla la Iglesia, que es el sueño de la izquierda: poner la Iglesia al servicio de su ideología. En China, ya se ha hecho así. Bergoglio ha entregado la Iglesia china al Partido Comunista

  6. RICARDO RETO
    Resulta lamentable que un sacerdote argentino, que ha sido ungido PAPA, no haya procurado unir a los argentinos, que vivimos enfrentados desde hace muchos años, detrás de idelogías opuestas, haya tomado partido por la más destructiva de ellas, elogiando a sus representantes más violentos!

  7. Resulta lamentable que un sacerdote argentino, que ha sido ungido PAPA, no haya procurado unir a los argentinos, que vivimos enfrentados desde hace muchos años, detrás de idelogías opuestas, haya tomado partido por la más destructiva de ellas, elogiando a sus representantes más violentos!

  8. Ya en su momento, Benedicto XVI dijo claramente que, toda referencia que se haga sobre la denominada «izquierda» o «derecha», «SON CATEGORÍAS QUE NO PERTENECEN A LA TEOLOGIA». Francisco, cada vez que habla, no hace otra cosa que desacreditarse asimismo.

  9. Para que alguien sea declarado santo se le pide a Dios que Obre un milagro por intercesión suya para corroborarlo ¿no?
    ¿Angelelli ha hecho alguno?

    En este caso es solo declararlo beato.
    ¿Esto que implica? ¿Que requisitos son necesarios?
    Quizás se paren ahí y no vayan a mas. No sé.
    Necesito aclaración.

    1. Para ser declarado beso hace falta, según el procedimento canónico, un milagro después de su muerte, salvo orden del Papa que puede obviar el procedimento en casos extraordinarios, pero no como norma y «porque me apetece».

    2. Ponga en su buscador «condiciones beatificación», por ejemplo, y le saldrán. Mire por ejemplo, el artículo de «Aciprensa».Hace falta un milagro también (además de otras condiciones). Pero el papa puede romper las condiciones ,si no me equivoco. Ante esa realidad papal cabría preguntarse si su decisión es válida sino sigue los pasos religiosamente prudentes o intenta subvertir el proceso por razones espureas, sin base canónica; en definitiva ¿cabría la posiblidad de que el declarado beato o santo no lo fuera? ¿Se puede opinar que sí con fundamento? Pues a aquello de «doctores tiene la Iglesia»…

      1. Por lo que veo en el articulo de “Aciprensa”
        https://www.aciprensa.com/santasede/proceso.htm
        para empezar se salta dos procesos previos a ser declarado beato.
        1_ ser declarado «siervo de Dios»
        2_ ser declarado «venerable»
        Ser declarado «Beato» es el tercer paso yyyy … si, si hace falta un milagro (al parecer)
        ….. «La realización de un milagro atribuido a la intercesión del Venerable.
        El proceso de examinar este «presunto» milagro se lleva a cabo en la Diócesis donde ha sucedido el hecho y donde viven los testigos.»
        ….. mmmm ….. ???? ……
        ¿ todo eso se da con Angelelli ?

  10. Le agradezco infinitamente este servicio a la verdad. En la beatificación de Angelleli se juga mucho no solo para la Argentina, sino también para la Iglesia entera. Sería muy bueno que el P. Alberto envíe su testimonio debidamente firmado a la Congregación para las Causas de los Santos. Es algo concreto que está en sus manos hacer, y que puede contribuir a detener esta beatificación. Y quien tenga testimonios o pruebas, que las envíe.

    1. Así se lo indicaremos, y así lo harán… Pero ya le adelanto con tristeza que me temo que no servirá de nada… Esto, como las conclusiones del sínodo, está precocinado…Gracias!

  11. Es otra vieja venganza fantasmal de un hombre viejo –en sentido paulino y en todos los demás– llamado Bergoglio. La esperpéntica elevación a los altares de un ideólogo del terrorismo homicida es la victoria pírrica de un solo tipo, alunado en su poder omnímodo, pero errático y deconstruido desde joven y siempre insignificante.

  12. Parece mentira que un papa (aunque entonces fuera solo arzobispo, un sacerdote al fin) hable de Derechas y de Izquierdas, y encima con odio hacia una de ellas, que es precisamente la mayoritariamente católica. ¿Se considera él cominista acaso? Este hombre ha equivocado su camino, debería haberse quedado en un simple político para bien de la humanidad.

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