Sabatina James, conversa del islam al catolicismo y actualmente exiliada en Estados Unidos, ha alertado de que la actitud del Vaticano frente al islam y la inmigración masiva en Europa estaría contribuyendo, según su diagnóstico, a una situación de creciente inseguridad para los cristianos y a un proceso de debilitamiento cultural del continente.
James, nacida en una familia musulmana en Pakistán y criada posteriormente en Austria, abandonó Europa en 2015 tras recibir amenazas de muerte por su conversión al cristianismo y por su denuncia pública del matrimonio forzado y de la violencia de honor. En una extensa entrevista concedida a la periodista Diane Montagna, la activista sostiene que la combinación de inmigración descontrolada desde países islámicos y la falta de una respuesta clara por parte de las autoridades políticas y eclesiales está llevando a Europa hacia lo que describe como una “autoaniquilación”.
Críticas a la política migratoria y al enfoque eclesial
En sus declaraciones, James afirma que numerosos líderes europeos han promovido políticas migratorias que, a su juicio, ignoran los riesgos asociados al islamismo violento. En este contexto, considera que la Iglesia católica habría contribuido a esta deriva al priorizar un discurso centrado en la misericordia hacia los refugiados, sin abordar con claridad la persecución que sufren los cristianos en países de mayoría musulmana.
La activista sostiene que esta actitud se habría consolidado tras el discurso de Benedicto XVI en Ratisbona en 2006 y las posteriores reacciones violentas en el mundo islámico. A su entender, la respuesta posterior del Vaticano habría reforzado la idea de que la Iglesia evita cualquier crítica explícita al islam por temor a represalias.
Valoración del pontificado actual
James también se refiere a las primeras intervenciones públicas del papa León XIV, en particular a declaraciones realizadas durante un vuelo papal en las que el Pontífice defendió el diálogo y la convivencia pacífica entre cristianos y musulmanes en Europa. Desde su experiencia personal, la activista considera que este enfoque corre el riesgo de minimizar la gravedad de la persecución religiosa y de transmitir el mensaje de que los abusos cometidos en nombre de la sharía deben ser tolerados o ignorados.
En este sentido, sostiene que la Iglesia debería denunciar con mayor claridad prácticas como las leyes contra la apostasía, las leyes antiblasfemia o la violencia sistemática contra mujeres y minorías religiosas en determinados países islámicos, al considerarlas incompatibles con los derechos humanos fundamentales.
Llamamiento a una defensa explícita de los cristianos perseguidos
Según James, más de 200 millones de cristianos sufren persecución en la actualidad, especialmente en regiones como Pakistán, Nigeria o Irán. Desde su fundación humanitaria, afirma haber intervenido en casos de secuestro de niñas cristianas, conversiones forzadas y asesinatos por acusaciones de blasfemia.
La activista explica que ha enviado ejemplares de su nuevo libro, The Price of Love, a todos los obispos de Estados Unidos con el objetivo de sensibilizar a la jerarquía eclesial sobre esta realidad. En su opinión, el silencio o la falta de una respuesta firme por parte de los responsables eclesiásticos en Occidente resulta especialmente dolorosa para quienes sufren persecución directa por su fe.
James concluye su intervención reclamando al Papa y a la Santa Sede una implicación más activa en la defensa pública de los cristianos perseguidos y una mayor exigencia de reciprocidad religiosa en el diálogo con el islam, subrayando que la libertad religiosa debería ser garantizada en los países musulmanes del mismo modo que se protege en las naciones de tradición cristiana.
