Este lunes, 23 de junio de 2025, el Papa León XIV recibió en audiencia al Gran Maestre de la Soberana Orden de Malta, fra’ John T. Dunlap, en el Palacio Apostólico. La audiencia tuvo lugar bajo el protocolo reservado a jefes de Estado católicos: el Pontífice vistió muceta y estola, en señal de la relevancia institucional y religiosa del encuentro.
Se trata de la primera reunión entre ambos desde la elección del nuevo Papa, quien ha comenzado su pontificado marcando un estilo pastoral centrado en la paz, la unidad y el impulso misionero de la Iglesia.
Durante la audiencia, el Gran Maestre trasladó al Santo Padre el saludo y la plena disponibilidad de la Orden para colaborar con la Santa Sede. En su intervención, fra’ Dunlap expresó su “devoción filial y plena adhesión” al Papa y destacó el honor de que León XIV haya formado parte de la Orden durante su etapa como cardenal, reforzando los lazos espirituales entre ambas instituciones.
La Soberana Orden de Malta, con más de 900 años de historia, combina su carácter religioso con una intensa labor humanitaria y diplomática en más de 120 países. Su presencia junto al nuevo Pontífice representa una continuidad en su vocación al servicio de la dignidad humana y la paz.
El gesto de recibir al Gran Maestre con las insignias pontificias reservadas a las audiencias de Estado es también un recordatorio del estatus soberano de la Orden de Malta, que mantiene relaciones diplomáticas con más de 100 países y con la Santa Sede.
Este encuentro simboliza, además, el respaldo de la Orden al nuevo Papa, elegido el pasado mes de abril, y su voluntad de seguir trabajando codo a codo con la Iglesia en los retos espirituales y sociales del tiempo presente.
No obstante, la Soberana Orden de Malta arrastra desde 2017 un prolongado conflicto interno que estalló con la intervención directa del Papa Francisco.
Una crisis por la gestión de programas humanitarios que incluían la distribución de anticonceptivos, práctica que contraviene la doctrina católica, desembocó en un inexplicable apoyo papal a los responsables y se forzó desde Roma la destitución del entonces Gran Maestre, Fra’ Matthew Festing, obligando a reinstalar al Gran Canciller Albrecht von Boeselager, del ala progresista.
Desde entonces, Francisco asumió un papel activo en la gobernanza de la Orden, impulsando reformas profundas que modificaron su estructura y autonomía histórica. Estas decisiones, aunque presentadas como necesarias para garantizar la renovación espiritual y organizativa, generaron tensiones internas y cuestionamientos sobre la soberanía y la identidad de esta institución milenaria.
En este contexto, la reciente audiencia con el Papa León XIV y el gesto protocolario de máxima deferencia buscan proyectar una imagen de unidad y claridad, clave para que la Orden pueda continuar su misión humanitaria y espiritual con estabilidad y fortaleza.
