Javier Luzón se defiende de las acusaciones de la Asociación Internacional de Exorcistas

Javier Luzón PeñaJavier Luzón Peña
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En los últimos días se ha desatado un singular enfrentamiento entre el sacerdote Javier Luzón Peña, veterano exorcista y autor del libro Las seis puertas del Enemigo, y la Asociación Internacional de Exorcistas (AIE), que ha emitido recientemente una nota interna censurando su obra.

Todo comenzó cuando, ocho años después de su publicación y de haber sido aprobado por la autoridad eclesiástica con el nihil obstat y el imprimatur correspondientes, el libro fue objeto de una demoledora crítica por parte de la AIE. El texto, distribuido internamente entre sus miembros pero pronto filtrado a los medios, desaconsejaba la lectura del libro por contener afirmaciones que -según la Asociación- no se ajustan a la doctrina católica. Los puntos más atacados: la teoría de las «almas errantes del purgatorio», las «ataduras ancestrales» y una clasificación demoníaca que la AIE considera sin fundamento.

El detalle no menor: la nota de la AIE no va firmada. No se sabe quién la redactó, ni qué exorcistas la avalan, ni cuál es el grado de acuerdo dentro de la propia Asociación. Una crítica doctrinal que se desliza en el anonimato, como si la potestad magisterial emergiera de una nube.

A raíz de este comunicado de la AIE , el 29 de abril de 2025, los obispos de Córdoba y Guadix firmaron un comunicado conjunto que, en pocas líneas, revocaba el imprimatur y el nihil obstat concedidos ocho años antes al libro Las seis puertas del Enemigo de Javier Luzón. Alegaban un «error material» en la concesión original, se alineaban con la reciente Nota de la Asociación Internacional de Exorcistas y prohibían su autorización en futuras ediciones.

El documento, que podría pasar por una gestión administrativa más, plantea una cuestión de enorme calado para la vida eclesial: ¿es ortodoxo -y justo- que la Iglesia actúe con tal grado de ligereza frente a actos formales propios? ¿Qué garantía ofrece un nihil obstat si puede ser revocado sin juicio, sin notificación previa al autor, y sin un procedimiento canónico que respete el principio de defensa?

En la práctica, estamos ante una inseguridad jurídica de dimensiones preocupantes. Si un obispo da un imprimatur, certifica que el texto no contiene errores doctrinales. Si ocho años después, sin que el texto haya cambiado, retira ese sello por presión externa o por pánico mediático, no solo se contradice a sí mismo: pone en cuestión todo el sistema de aprobaciones eclesiásticas.

Además, el argumento del «error material» parece más una cláusula de escape que una explicación seria. No estamos hablando de una errata tipográfica: se trata de un juicio doctrinal que se da y se retira sin ninguna garantía formal, como si fuera una cita para jugar al pádel.

La consecuencia es grave: queda el autor desprotegido, quedan los fieles confundidos, y queda dañada la confianza en el juicio doctrinal de los pastores. Y todo por no haber querido afrontar, con el debido rigor y respeto, una controversia teológica que merecía un dictamen del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, no un volantazo episcopal.

Si un obispo no puede garantizar que lo que firma hoy sea válido mañana, ¿qué queda? Una Iglesia donde la doctrina se mueve al ritmo de los nervios. Y eso, en tiempos de confusión, es lo último que necesitamos.

Frente a todos esos ataques, Luzón responde dando la cara, con un escrito largo y articulado que publicamos hoy en Infovaticana, donde defiende que sus tesis se apoyan en su experiencia exorcística y en la tradición espiritual de la Iglesia, citando a San Gregorio Magno, Santa Teresa de Jesús y el propio Gabriele Amorth, entre otros.

En su respuesta, el sacerdote acusa a la AIE de no haberle contactado nunca, de ignorar los procedimientos eclesiásticos de corrección fraterna, y de actuar con una falta de caridad incompatible con el Evangelio. Pero sobre todo, plantea una cuestión de fondo: ¿cuál es el papel de la experiencia pastoral frente al dogmatismo de escritorio? ¿Vale más el testimonio de miles de casos vividos o la opinión de un comité anónimo?

Puede leer la nota del Padre Luzón aquí: Observaciones al Artículo para uso interno de la AIE sobre mi libro

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Comentarios
1 comentarios en “Javier Luzón se defiende de las acusaciones de la Asociación Internacional de Exorcistas
  1. Tira la piedra y esconde la mano.
    Esta claro quecel pecado original hace faenas.
    El problema es que personas adultas emitan juicios sin estudio revio y sin consultar.

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