Hubo un tiempo en que los concilios se convocaban para defender la verdad. Pero luego llegó el tiempo en que se convocó uno para pedir disculpas por haberla defendido.
A esa voluntad de resetear la tradición la llamaron aggiornamento, y hoy todavía son legión los cardenales que perseveran en ella. En una reciente entrevista de la COPE, por ejemplo, el cardenal Omella, arzobispo de Barcelona, afirmaba que «La fidelidad al Evangelio se encarnó en los tiempos modernos, a través del Concilio Vaticano II, con el aggiornamento».
Son palabras difíciles de entender. Podríamos calificarlas, incluso, de alarde de confusión, de voluntad de cambiar el sentido de los términos. ¿Acaso no consiste la fidelidad en adherirse a una verdad que no envejece ni se marchita, y no en adaptarse a los tiempos? ¿Hemos de entender que Cristo se encarnó para negociar con los fariseos, para ponerse al día con Herodes, para dialogar con los mercaderes del Templo?
Pero no estamos solo ante una confusión semántica, en esa frase se falsifica el concepto mismo de «fidelidad» haciendo pasar por ella su exacta negación. Mientras que la fidelidad implica la firmeza de quien permanece fiel en la Verdad eterna, el aggiornamento supone lo contrario: una búsqueda infatigable del consenso, es decir, de eso que tan bien describió Gómez Dávila al decir que «El consenso es el lugar de encuentro de los hombres sin principios».
Equiparando aggiornamento con Encarnación, el hecho esencial cristiano se convierte en un acto de mimetismo cultural. Cristo no se hizo carne para integrarse discretamente en el paisaje moral de su tiempo, sino para levantar un estandarte de contradicción. El orden de los factores altera el producto, cardenal: es la Iglesia quien eleva al Mundo hacia la luz del Evangelio, no el Mundo quien adapta el mensaje del evangélico a sus antojos.
Si en lugar de transformar el mundo, apostamos por que el mundo transforme la fe. ¿Somos conscientes de que estamos invirtiendo la lógica del Evangelio? Inquietante resulta, asimismo, la implicación histórica: si la verdadera fidelidad empezó con el aggiornamento, ¿debemos concluir que diecinueve siglos de cristianismo estaban equivocados o incompletos? Asombroso olvido del Espíritu Santo.
Sin embargo, cabe decir que Omella sí acierta al señalar el origen de este desatino, al recordarnos que desde el Concilio Vaticano II todos los Papas, con mayor o menor convencimiento, han seguido ese camino.
Decíamos que cada concilio había sido un acto de combate, un levantamiento en defensa de la Verdad. Nicea contra el arrianismo; Letrán IV contra el gnosticismo albigense; Trento contra el protestantismo, etc. Mas en dramático contraste, el Vaticano II no condenó la herejía a la sazón dominante, el modernismo, sino que hizo de ella la nueva ortodoxia, dejando extramuros, paradójicamente, aquello que hasta entonces había impedido su despliegue: la tradición de la Iglesia. El aggiornamento nació como una rendición vestida de cortesía, una adaptación liberal de la religión al gusto del siglo.
Concedamos que algún promotor de la idea albergase en su día alguna sana intención, y que creyese de buena fe que, rindiendo la Iglesia al Mundo, el mundo iba a caer rendido a sus pies. Mas hoy, con la perspectiva de seis décadas, las evidencias en contrario son abrumadoras: el aggiornamento ha sido a la Iglesia lo que la pedagogía progresista al sistema educativo: un hermoso suicidio con sonrisa en los labios. Así que resulta extraordinariamente difícil entender cómo tantos cardenales pueden seguir sosteniendo esa ficción.
En el mundo desencantado que advirtió Max Weber, el aggiornamento ha impedido que la Iglesia se yerga como la portadora de la Verdad, la custodia del Misterio revelado, para convertirla en un eco amable de la sociedad secular. Desde una perspectiva teológica, no debe escapársenos la gravedad del acto: el aggiornamento supone en la práctica la claudicación de la Iglesia frente a uno de los tres enemigos del alma: el Mundo. Desde una perspectiva filosófica, supone la integración plácida en lo que Giorgio Agamben llamó la «nuda vida»: una existencia meramente biológica, carente de densidad espiritual, reducida a su supervivencia animal. Una Iglesia que renuncia a lo trascendente para hacerse amable a un mundo desencantado no salva almas: las adiestra para la jaula dorada de una vida zoológica, mientras olvida que su misión no era fomentar la «buena vida», sino señalar el camino hacia la «vida buena». Ese camino de apertura ya no es solo estrategia pastoral: es teología de la demolición. Ya no se trata de «acompañar» al mundo moderno: se trata de disolverse en él como un azúcar en café tibio.
Pero lleva razón Omella: durante estos sesenta años, ningún Papa, ni siquiera los considerados «conservadores», ha querido, sabido o podido decir en voz alta que el aggiornamento fue un error. San Juan Pablo II, Benedicto XVI, incluso ellos optaron por una estrategia de administración melancólica del desastre. Ciertamente el papa Francisco, ciudadano jesuita Jorge Mario Bergoglio, no causa la enfermedad, sólo la llevó a su paroxismo.
Y tras su fallecimiento, llega el momento crucial, el próximo Cónclave. En él se decidirá si la Iglesia puede —en las dos acepciones del verbo «poder»— recuperar su esencia frente a un mundo que la niega. O si, por el contrario, seguirá cavando su propia tumba, convencida de que el éxito llegará, esta vez sí, con más reuniones de sinodalidad, más discursos sobre la escucha, más liturgias creativas con globos de colores.
La historia enseña que no basta con buenas intenciones. El aggiornamento quiso transformar la fe en una «experiencia religiosa» moldeable a gusto del consumidor. Craso error: en el momento en que la fe se reduce a experiencia subjetiva, deja de ser un acto de asentimiento a la Verdad revelada. Como dejó escrito Romano Guardini, en La esencia del cristianismo: «La fe no es una experiencia, sino una obediencia a la realidad que nos precede y nos trasciende».
Frente a la modernidad desencantada, el Concilio Vaticano II quiso desencantar también a la Iglesia; en un mundo que perdía el sentido de lo sagrado, la Iglesia optó por mimetizarse renunciando a su último tesoro: la custodia de lo Sagrado.
Pero ese aggiornamento, en el que persevera Omella, ha dejado ya demasiadas almas tibias, demasiadas iglesias frías, demasiados altares mudos. Es vital abandonar esa idea perversa. La Iglesia no puede seguir negando su fundamento.
Cuando uno está en un agujero, dicen los ingleses, lo primero que debe hacer es dejar de cavar. La pregunta es si la Iglesia tiene aún manos libres, en la más amplia acepción del término, para soltar la pala.
Pedro Gómez Carrizo
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La Verdad es eterna, y ha existido siempre. Cristo es la Encarnación de la Verdad, y es eterno. La Iglesia, debiera ser un instrumento por medio del cual las personas que buscan puedan acercarse a la Verdad. Y, el Papa, debería ser el garante de que la Iglesia no es nada más (y, nada menos) que eso: el medio por el que las personas se acercan a Cristo. Pero si la Iglesia se convierte en un instrumento de poder económico, político y social, ¿a quien sirve? No a la Verdad. No a Cristo (y no me refiero aquí al personaje histórico únicamente). Si la Iglesia es corrupta, la Verdad no está en ella, ni está con ella. Aún así, las personas que buscan irán a ella, y al menos debe haber rescoldos de Verdad. Si el Papa se vuelve hacia la Verdad, aunque la Verdad no sea una con él, mostrará al mundo que la Iglesia está para eso, para que las personas que buscan, encuentren. Pero debe haber personas santas, sacerdotes especialmente, que busquen a Dios.
Los progres son especialistas es manipular las palabras para que signifiquen lo contrario.
Fidelidad= Cambiar
Custodiar la Tradicion= Eliminarla
Sinodalidad= expulsar al disidente
Etc, etc.
En diversos aspectos, pastores y teólogos han cambiado la doctrina diciendo que mantienen una hermenéutica de continuidad, lo cual es falso. Y éste es uno de los retos que ha de asumir el nuevo papa, corregir la heterodoxia que hoy se expande por la Iglesia. Pero el problema es que el cónclave está infestado del error, y aproximadamente dos tercios de los cardenales que lo forman (la mayoría creados por Francisco), son de una línea progresista, lo cual hace humanamente previsible que la elección del nuevo papa sea a favor de uno de estos confundidos, y que tengamos un papa similar o peor que Francisco.
Sin embargo, también está el factor sobrenatural que hay que tener en cuenta. El Espíritu Santo está actuando, y es plausible que no deje que se repita otro pontificado calamitoso, por lo que hay que creer que es posible que en estos días podamos alegrarnos de la elección de un buen papa.
«El Espíritu Santo está actuando, y es plausible que no deje que se repita otro pontificado calamitoso.»
De calamitoso nada. La linea o pauta seguida por Francisco (aunque con algunos deslices) fue la correcta y la que Dios suscitó para esta etapa actual. ¿Nunca pensaste en la posibilidad de que el Espíritu Santo está guiando a la Iglesia precisamente en este sentido y no en el que a ti te gustaría? ¡Ojalá no seas hallado por Él en una actitud de oposición a la voluntad de Dios! Ojo con eso!
El Espíritu Santo no se contradice. Es el mismo ayer, hoy y siempre. Lo que no podemos es hacerlo responsable de nuestras tonterías, cuando no barbaridades.
Después de 2000 años en una misma línea de fidelidad al Evangelio, el Espíritu santo cambia de rumbo por medio del ennortao de Francisco, para darle la vuelta a la tortilla en todo lo fundamental de los principios generales de la iglesia para entregarse al mundo. Eso no te lo crees ni tú, estamos ante la impostura que viene recogida en la biblia y en el catecismo de JPII. Apártate de nosotros Satanás, A freír puñetas….. XP
Si hay dos tercios de Cardenales nombrados por Francisco… el Espíritu Santo lo tiene muy difícil.
No existe tal voluntad de «resetear» la tradición. Sino voluntad de actualizarla a los tiempos modernos. ¡Es que no se cansan de decir tonterías!
La verdad en sí no cambia, lo que puede cambiar es la forma de expresarla. Hasta este momento ningún Papa ha cambiado los Dogmas de Fe católicos, y puesto que la «tradición» en sí misma no es un monolito rígido ni un dogma, sino que es una expresión dinámica de la Fe que se adapta a las culturas, contextos sociales y políticos a largo de los siglos, pues el CVII vino para hacer lo que había que hacer en este tiempo. ¿No lo entienden? ¿Tan ciegos están?
En este punto y en este momento puedo reconocer que sí, que fue el Espíritu Santo quien suscitó en los pastores de la Iglesia el deseo de hacer el CVII, despertando conciencias y orientando a realizar este «aggiornamento» necesario.
Necias palabras
Que espera de un troll infame y nauseabundo como este???? Su único objetivo es molestar y provocar, se ha rogado a Infovaticana que bloquee de una vez a este indeseable
Lemoco, vete a tomar algo y vuelve en un par de horitas, hoy estamos hablando en serio con un debate muy bonito. En la taberna tómate lo que quieras y di que tontell pasará después a pagar. Sí, sí, lo que quieras, tu ve dándole.
Si TONTELL sí, a ver si quedamos un día todos juntos en la taberna de mi pueblo TONTELL, el troll infame y nauseabundo contigo, TONTELL, ya verás como nos divertimos TONTELL ….,debate muy bonito, dice el muy cretino, pero que TONTELL eres TONTELL
¿Se ha rogado, dices? ¿Lo has rogado tu, no es eso? Te creerás el Sumsum Corda.
Quién combate la Verdad?
El vil satán
con la carne y con el mundo.
Qué maquina tal maldad?
Un sucio plan
perverso cual nauseabundo…
Y cuál será su estrategia?
La del caballo de Troya :
Infiltrado en nuestra Casa,
sentar en la Silla Regia
a un traidor sin seso y olla,
que controle cuánto pasa…
Un títere manejado
con los hilos más sutiles,
cual el «papa » más propicio.
Un guiñol articulado,
que muevan entre candiles
satán,el mundo y el vicio….
Este es enrevesado y de poca calidad. Y el mensaje es ridiculo.
¡Tú sí que eres de poca calidad!
(Continúa)
Y su legión de bandidos…
Dormid, idiotas,dormid;
que no duerme la carcoma.
Mientras en la loggia asoma
Alguien de dura cerviz.
Todo vestido de blanco,
cual de falsa paz paloma.
Y entre la doble colonna
ciego el pueblo,cojo y manco…
Pero Cristo, Impresionante,
Mira la falaz comedia
que da visos de tragedia,
mas que durará un instante…
Sí,se necesita cierta inteligencia para «engancharlo».
Al torpe,todo le suena
Lejano e inalcanzable.
Pues es del todo improbable
que entienda una cosa buena.
Si de Semiramis hablo,
rey y reina,a una ,se pierde….
Pues ni la ironía muerde,
ni hay paradoja en su establo…
El mundo de la poesía,
sutil siempre y sinuoso,
no es bocado para un oso,
pues vive en la alegoría…
Mas…en roman paladín
mi musa,hoy tan perezosa,
no quiso hablar de otra cosa
que del perverso Caín:
Que envidioso de su hermano,
cual satán del primer hombre,
pergeñó un mal plan,en donde
Abel murió por su mano…
También el demonio vil
por matarnos por envidia,
siembra en nosotros lascivia
y orgullo loco y cerril.
Y por mejor someternos,
está infectando la Iglesia.
Corrompiendo su pureza
con clerigones es enfermos…
Ya anda el caballo fantoche,
de madera y trampantojo,
por dentro de ese cerrojo
que nos guarda oírla noche …
Y cuando estemos dormidos,
saldrá de su falsa panza
el demonio con su lanza,
(Sigue)
Bravo, Ut Unum, muy bien dicho.
Pensar que el Espiru Santo se expresa en los consensos sociales del siglo, de la época, es el germen de la herejía modernista. Pensar que el pueblo es fuente de revelación, y que esta puede contradecir a la Palabra de Dios, es la base del error modernista, fuente inagotable de barbaridades teológicas y por lo tanto obra de Satanás.
«La verdad en sí no cambia, lo que puede cambiar es la forma de expresarla»
Claro: hoy digo blanco, mañana digo negro, que, como todo el mundo sabe, es otra tonalidad del blanco. 😂😂😂😂
«Hasta este momento ningún Papa ha cambiado los Dogmas de Fe»
Porque no se pueden cambiar. Pero contradecirlos, ya lo creo: Francisco.
«la ‘tradición’ en sí misma no es un monolito rígido»
La Tradición, que se escribe en mayúscula por ser un nombre propio y sin comillas, es una de las dos únicas fuentes de la Revelación, inamovible desde la muerte del último apóstol (imagínese, pues, su grado de rigidez).
«¿Tan ciegos están?»
¿Cómo sabe que los demás están ciegos, si usted no ve ni un pimiento? Aunque, más que buscar un buen oculista, igual debería usted estudiar un poco más para decir menos bobadas.
¡Gran artículo!
Se puede decir más alto pero no más claro.
El aggiornamento se produjo en dos direcciones previamente determinadas. Los papas postconciliares no podían oponerse porque fueron acérrimos defensores y promotores.
Ambas la definió Benedicto:
«Si se desea emitir un diagnóstico global sobre este texto (Gaudium et spes), podría decirse que significa (junto con los textos sobre la libertad religiosa y sobre las religiones mundiales) una revisión del Syllabus de Pío IX, una especie de Antisyllabus…
Contentémonos aquí con la comprobación de que el documento juega el papel de un Antisyllabus y, en consecuencia, expresa el intento de una reconciliación oficial de la Iglesia
con la nueva época establecida a partir del año 1789» (Teoría de los principios teológicos, pág 457 y 458, Ratzinger).
Continúa…
Tal como reconocieron Suenens y Congar, entre otros, el «Fuera de la Iglesia no hay salvación» fue enmendado por el Concilio, que abrazó las ideas de Congar y Lubac, sancionados por el Santo Oficio por ellas; rehabilitados por Juan XXIII (los nombró peritos en el CVII), fueron elevados a la dignidad cardenalicia por JPII (Las 5 intervenciones de JPII en el Concilio trataron todas sobre ecumenismo y diálogo interreligioso). La puerta la abrió el famoso «subsiste», que tanto defendió Ratzinger, de modo que: «Por tanto, las mismas Iglesias y Comunidades separadas, aunque creemos que padecen deficiencias, de ninguna manera carecen de significación y peso en el misterio de la salvación. Porque el Espíritu de Cristo no rehúsa servirse de ellas como medios de salvación, cuya virtud deriva de la misma plenitud de gracia y verdad que fue confiada a la Iglesia católica» (Unitatis redintegratio).
En esas estamos: chapoteando en la herejía modernista (compendio de todas las herejías) y en el indiferentismo religioso.
¿Otra vez demostrando que JPII y BXVI tenían razón y que usted no se entera de nada de lo que lee? Ya le cerraron a usted la boca con la «Dominus Iesus», pero usted insiste.
¿En serio?
Si hay algo que nos enseñaron anteriores pontífices es que el modernista niega lo que afirma y afirma lo que niega en un mismo texto.
Te lo pregunto otra vez: Sí la Iglesia fue fundada por Cristo es una «sociedad perfecta, externa y VISIBLE» (Como aseguran León XIII, Pío XI, y sobre todo Pío XII en «Mystici Corporis Christi»), cuando afirma en «Dominus Iesus» que «Con la expresión «subsitit in », el Concilio Vaticano II quiere armonizar dos afirmaciones doctrinales: por un lado que la Iglesia de Cristo, no obstante las divisiones entre los cristianos, sigue existiendo plenamente sólo en la Iglesia católica, y por otro lado que « fuera de su estructura visible pueden encontrarse muchos elementos de santificación y de verdad », ya sea en las Iglesias que en las Comunidades eclesiales separadas de la Iglesia católica», ¿a qué parte invisible de la Iglesia visible se refiere?
Continúa…
El Cuerpo Místico de Cristo (la Iglesia) tiene una parte invisible que es su espíritu, que no es otro que el Espíritu Santo. Punto.
En cuanto a la trampa del «subsiste», partidarios como Suenens, Congar (uno de los principales ideólogos de esta m*****), y críticos como Lefebvre, Schneider, Vígano (este afirma: “Ecclesia Christi subsistit in Ecclesia Catholica” no especifica la identidad de ambas, pero sí la subsistencia de una en la otra y, en pro de la coherencia, también en otras iglesias: he aquí la apertura a celebraciones interconfesionales, a oraciones ecuménicas, y al inevitable fin de la necesidad de la Iglesia para la salvación, en su unicidad y en su naturaleza misionera»), qué pena que no consultarán contigo que lo sabes todo.
Por algo decía en carta BXI, unos meses antes de morir, que antes del CVII se consideraba necesario espiritualizar el concepto de Iglesia; como estaba no encajaban las piezas.
Donde dice «Sí la Iglesia fue fundada por Cristo es…», debe decir: «La Iglesia fundada por Cristo es…».
Ratzinger, ¡un gran teólogo!
Solo hay que ver que lo admiras tú.
Como usted, el troll no distingue ni a un buen teólogo de uno malo, ni una manzana de una locomotora. Y además le da igual. Es que se aburre.
«San Juan Pablo II, Benedicto XVI, incluso ellos optaron por una estrategia de administración melancólica del desastre»
Un examen del magisterio de ambos Pontífices desdice completamente ese juicio.
Otra cosa es lo operado por el Papa Francisco, cuya doctrina se caracteriza la «visión poliédrica» de la Verdad,
que implica una confusión entre el contenido objetivo de la doctrina y la percepción subjetiva del mensaje.
Lo positivo de esa pedagogía abierta, «en salida», es que ofrece la oportunidad de educar al pueblo que pregunta y se
acerca a la Iglesia.
«Lo positivo de esa pedagogía abierta, «en salida», es que ofrece la oportunidad de educar al pueblo que pregunta y se
acerca a la Iglesia.»
¡Buen punto! Hay que pensar que la Iglesia debe tener múltiples puertas por las cuales pueden entrar diferentes personas venidas de diferentes rincones. ¿Es que no entienden la sabiduría de esta visión de aplitud y apertura? La Iglesia debería ser la casa de todos y permitir que incluso protestantes puedan sentirse como en casa cuando entran en mayor comunión con la Iglesia Romana. ¡Hay puertas para todos! ¡Qué vengan de todas partes y entren sin problema, están todos invitados! Y se les facilitará al máximo la acogida y que se sientan cómodos, según sus procedencias e idiosincrasias. Todos vamos hacia Cristo, y que todos se sientan bien buscando a Cristo dentro de la Iglesia «poliédrica» que es verdaderamente universal. Este es el camino.
Corrección: sustituir «aplitud» por «amplitud»
¿Cree usted en la transubstanciación? ¿Cree usted que en la Eucaristía se toma el cuerpo, la sangre, el alma y la Divinidad de Jesucristo?
Si no cree eso, ¿Cómo pretende entrar en la Iglesia y participar en ella?
¡Vade retro, Satanás!
¡No creo en algunas cosas o tengo dificultad, pero puedo llegar a creer! Sin embargo, ahí tienes a tu absurdo y fanático «vade retro». Ese el problema, vuestra actitud farisaica, elitista, clericalista, etc. En vez de atraer, repelís a la gente, condenáis y rechazáis. ¡Fariseos! ¡Dogmafanáticos, más papistas que el Papa! ¡Ciegos de corazón y de espíritu!
«farisaica»
Qué troll tan limitado: cual bebé, aprende «caca, pedo, culo, pis» y lo repite en bucle al creer que escandaliza a sus papás. Qué ridículo. 😂😂😂
¡Mira quien habla, el RIDICULUS en mayúscula! Que llama «troll» o todos los que no piensa como él. Encima destaca una ridiculez para desviar la atención de lo fundamental y realmente importante y verdadero del mensaje:
«En vez de atraer, repelís a la gente, condenáis y rechazáis. ¡Fariseos! ¡Dogmafanáticos, más papistas que el Papa! ¡Ciegos de corazón y de espíritu!»
Omella ??? Quien es?? Quien le hace caso ? Quien le cree??
Ese Señor no se como , ni para que , llego a ser purpurado ? .
No queremos otro Francisco Bergolio . Lastima por San Framcisco de asis .
El que adopto su nombre no le dio merito.
Señor apiadate y danos un papa Santo. Amen
«Pero ese aggiornamento, en el que persevera Omella, ha dejado ya demasiadas almas tibias, demasiadas iglesias frías, demasiados altares mudos.»
Eso será en varios países de la secular, agnóstica y atea Europa, porque en países de otros continentes la Fe católica romana goza de mucha salud, fuerza y gran crecimiento. ¡Qué raro que allí el aggiornamento no creó esas almas tibias, iglesias frías y altared mudos!
¡Paren ya de decir tonterías! El 80% de todo lo que escriben está sesgado y caen en diferentes falacias.
Corrección: sustituir «altared» por «altares»
La verdad es una, eterna e inmutable, pero la forma de presentarla ha de variar en función de la época. Hace 100 años había una cultura cristiana que llevaba a la gente, de forma natural, a los templos. Hoy esta cultura ha desaparecido y la Iglesia debe hacer una planteamiento nuevo sin cambiar la verdad. Eso fue el CVII. Encastillarse en un pasado puede ser bonito y confortable pero no lleva a nada.
Raurell, quien hizo que la sociedad cambiase, pues la iglesia naturalmente al despojar a Cristo de su reinado social por lo cual, los estados dejaron de inspirarse en la Verdad Revelada. Y para enmendar el entuerto se apuntaron a toda clase de herejías, como la libertad religiosa, y el ecumenismo fanático al margen del dogma milenario de que la salvación solo está en Cristo. Y ya los dos papas neocones, al ver que el monstruo creado se les iba de las manos, se inventaron la hermenéutica de la continuidad y añadieron una nueva herejía al estropicio primigenio. Pero no contentos con eso, nombraron directamente a un loco revolucionario para darle la puntilla a la iglesia, Y en esta estamos al borde del abismo.
YA ES DEMASIADO TARDE, LA IGLESIA NO TIENE SOLUCIÓN. NOMBREN A QUIEN NOMBREN. XP
Menudo popurrí de artículo que mezcla churras con merinas, el tocino con la velocidad.
Dios está en el mundo, en cada persona, pretender excluir a Dios del mundo y de la humanidad es: a) eliminar gravemente parte de la esencia de Dios, b) tener una visión de su divinidad parcial, limitada, dirigida; c) pretender que sea lejano, inaccesible, lejano a su desvelo amoroso por la humanidad.
Dios está en el mundo y el mundo cambia. Llamémoslo aggiornamento o como sea. Dios es quien es y se revela, trabaja, y se manifiesta en la realidad actual, en la de 2025. Y especialmente en los últimos, en los pobres, en los olvidados (como por ejemplo en este artículo, que ni se los menciona) Por eso la Iglesia debe saber leer los signos de los tiempos, como atisbó en el CVII y ser signo de Dios en su tiempo. Descubrir a Dios en las realidades del mundo y llevar al mundo a Dios. Déjense de marear la perdiz. Por favor, dejen de dividir y de confundir. Por el bien del mundo. La Iglesia sabe lo que hace.
Detecto el nerviosismo de algunos, como el Sacerdote Católico (empiezo a creer que es un sacerdote, por el modo que escribe). Un hombre preocupado por que la Iglesia vuelva a la Edad Media. Y, hasta cierto punto, le comprendo. Los templos de la Edad Media estaban llenos hasta los topes. Las catedrales eran increibles. El arte religioso una pasada. Los predicadores tenían seguidores a manta. Era el paraíso de los curas. Y, la liturgia era en latín, que es la que yo conocí de niño. Yo no voy a misa, porque la liturgia actual me parece un horror. Si hubiese misas en latín, a lo mejor iría a una, por volver a sentir el misterio que percibía cuando era niño. Hasta que cumplí 12 o 13, no cambió la liturgia y, cuando cambió, a los pocos años dejé de ir a misa. No le sacaba ningún provecho. El latín era una lengua misteriosa que iba más allá del entendimiento. Ponía el alma en disposición de ir a comulgar. Eso no pasa ya. El misterio no existe.
Loados sea Dios, añoras el pasado, cualquier tiempo pasado fue mejor dijo Jorge Manrique, en las Coplas a la muerte de su padre. Tú eres carlista aunque no lo sepas, se ve a años luz. Yo viví una juventud parecida a la tuya, y no la cambio por los disparates conciliares ni por el modernismo. Sobre todo por que iban en línea de colisión con la fe de mis mayores y eso para mi es sagrado. LA TRADICIÓN NUNCA MUERE. XP
Porque permiten que tantas personas entre en esta pagina, solamente para insultar ?
Ni tan tan ni muy muy. Lo que estamos haciendo hoy día en la Iglesia los que queremos defender la fe católica es también en buena medida fruto del Concilio Vaticano II, que insistió en la participación y responsabilidad de los laicos en la Iglesia. La intención básica del Concilio, entendida como mostrar claramente al mundo el verdadero rostro de la Iglesia, fue buena y necesaria, porque la Iglesia aparecía ante el mundo como esos frescos antiguos que se han ido oscureciendo con el tiempo y el «smog». El problema fue la filosofía y la teología de los que impulsaban eso, que estaban afectadas por el modernismo, y el aprovechamiento del tema por los infiltrados en la Iglesia. El Concilio fue un evento mezclado, y lo que la Iglesia garantiza es la letra de los documentos, que finalmente fueron aprobados por los Papas y los Obispos en comunión con ellos hasta hoy, sin que eso signifique que esa letra es perfecta, tampoco. Que el post-concilio fue desastroso, sin duda.
«La intención básica del Concilio, entendida como mostrar claramente al mundo el verdadero rostro de la Iglesia»
Claro, hombre: porque durante casi dos milenios la Iglesia había mostrado un rostro falso, hasta que el Espíritu Santo, que decidió por fin dejar de estar de vacaciones, decidió iluminarnos y mostrar el verdadero.
«El Concilio fue…»
La palabra «concilio», sustantivo común, se escribe con minúscula. Su «El Concilio» fue sólo uno más y el menos importante de todos, al ser el único que no fue dogmático y que básicamente pretendió que herejes y cismáticos volvieran a la Iglesia, lo cual no sólo no dio resultado, sino que echó a muchos de los de dentro (que aún siguen huyendo del experimento).
Rebajar el misterio de Dios a la altura de no saber latín es lamentable. Con ese criterio se debería celebrar en chino, en esta parte del mundo al menos.
Y lo de «rebajar el misterio de Dios (nada menos) a la altura de no saber latín», ¿quién lo ha hecho?