La High Court of Justice de Londres ha condenado a la Secretaría de Estado de la Santa Sede a pagar alrededor de 3,5 millones de libras esterlinas (unos 4,1 millones de euros) al financiero italo-británico Raffaele Mincione y a su fondo de inversión WRM, en concepto de reembolso parcial de los gastos legales tras ser injustamente acusados de deshonestidad, fraude y conspiración por altos funcionarios vaticanos.
El fallo supone una contundente victoria judicial de Mincione y WRM, que tras años de contencioso ven reconocida su inocencia en las acusaciones más graves. La corte ordena además un pago inmediato de 1,5 millones de libras, a abonar este mismo mes, con futuras cantidades adicionales.
El caso, que ya se ha convertido en un hito histórico, gira en torno a la adquisición en 2018 de un inmueble de lujo en Chelsea por parte de la Secretaría de Estado por la astronómica suma de 275 millones de libras esterlinas. La operación, inicialmente pensada como una inversión estratégica, terminó convirtiéndose en uno de los mayores escándalos financieros recientes del Vaticano.
En paralelo, Mincione fue procesado en el Vaticano, donde fue absuelto de las acusaciones de fraude —incluida su supuesta responsabilidad en la salida de la inversión de la Santa Sede en 2018—, aunque fue condenado por apropiación indebida debido a una oscura norma de derecho canónico sobre la gestión de bienes eclesiásticos vinculada a las inversiones de Credit Suisse y Banca della Svizzera Italiana en el fondo WRM, donde actuaban como gestores patrimoniales del Vaticano. Mincione ha apelado dicha condena.
Tras conocerse la sentencia en Londres, Mincione declaró:
> “Estoy orgulloso de que estos hechos hayan sido finalmente examinados por un sistema judicial verdaderamente independiente, que me ha exonerado de las acusaciones de deshonestidad, fraude y conspiración.”
Agradeció al juez inglés por el reconocimiento de los gastos legales, calificando el fallo como una prueba clara de “quiénes son los verdaderos ganadores y perdedores de este triste caso”. En un comentario con cierta ironía, afirmó estar por primera vez de acuerdo con Alessandro Diddi, Promotor de Justicia del Vaticano, quien en su momento expresó satisfacción por el curso del proceso en Inglaterra.
Finalmente, Mincione concluyó reafirmando su fe:
> “Sigo siendo católico y creo que la Iglesia debe y puede ser mejor que esto.”
El caso no solo expone los graves fallos en la gestión económica de la Santa Sede, sino que plantea preguntas incómodas sobre la transparencia, la competencia y las prioridades de los altos funcionarios vaticanos. Mientras el Vaticano se ve obligado a pagar millones por decisiones financieras controvertidas, muchos fieles se preguntan si los recursos de la Iglesia están verdaderamente al servicio de su misión espiritual o atrapados en la telaraña de intrigas y opacidad que siguen saliendo a la luz.
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La grande vergogna del peggior pontificato.
Me pregunto si esta sentencia entrará a consideración de los cardenales electores, y el impacto que tendrá sobre la candidatura de Pietro Parolin (que tuvieron que llevarlo de urgencia a la clínica el pasado jueves por ansiedad y subida de la presión), quien representó a Francisco en las negociaciones del edificio ese.