Philippe Barbarin toma la palabra: “El próximo Papa deberá ser un pastor y un sólido teólogo”
El cardenal francés descarta a Parolin, ensalza a sus compatriotas y propone un modelo pastoral ante un Colegio cardenalicio dividido.
En vísperas del cónclave que elegirá al sucesor de Francisco —fallecido el 21 de abril a los 88 años— el cardenal Philippe Barbarin ha salido de su retiro en la campiña bretona para ofrecer a Paris Match una larga y reveladora entrevista. Y lo ha hecho sin medias tintas: descarta a Pietro Parolin, hasta ahora favorito de muchos, critica su gestión y defiende un perfil pastoral y teológico para el trono de Pedro.
“No veo a Parolin como próximo Papa”, afirma Barbarin. “Su gestión como Secretario de Estado no ha dado resultados a la altura. Pienso que Parolin, aunque competente, no tiene la autoridad que se espera de un Secretario de Estado, y mucho menos de un Papa.” Palabras que han resonado en Roma como una bofetada en medio de las cábalas pre-cónclave. Si alguien pensaba que el exarzobispo de Lyon iba a mantener un perfil bajo tras su retiro, se equivocaba.
Un pastor y un teólogo… pero francés, si es posible
Barbarin no oculta su simpatía por sus compatriotas: alaba a los cardenales Bustillo y Aveline como “hombres sólidos” y comparte su “lengua materna eclesial” con ellos. Pero admite que la figura de Aveline “no se ha puesto sobre la mesa” y que la nacionalidad francesa sigue siendo vista con recelo en la Iglesia universal. “Incluso con Lustiger no fue suficiente”, lamenta. En cambio, cree que Bustillo despierta más interés. ¿Un guiño? ¿Un tímido intento de posicionar al corso en la carrera?
Sin embargo, el mismo Barbarin reconoce sus límites: confiesa no conocer bien al cuerpo diplomático de la Santa Sede, ni moverse en los círculos romanos. Su universo es otro: “las parroquias, las peregrinaciones, la pastoral directa”, lejos de los despachos y las nonciaturas. Quizá por eso desconfía de perfiles como el de Parolin y prefiere un Papa con olor a oveja, aunque no menciona nombres concretos.
Una Iglesia que “funciona”… pero no sabemos cómo
“El próximo Papa deberá ser un verdadero pastor y un sólido teólogo”, repite Barbarin, evocando como modelo a Juan Pablo II. Y asegura que no siente “ninguna inquietud por la vida de la Iglesia”, una declaración que resulta difícil de creer para quienes ven una Iglesia desgarrada entre abusos, divisiones doctrinales, y confusión litúrgica. Si esto es funcionar, ¿qué será fracasar?
El cardenal francés ve improbable un Papa estadounidense por razones geopolíticas, pero abierto a un Papa africano, asiático o incluso —en un arrebato casi quijotesco— a un Papa ortodoxo, aunque él mismo reconoce que es “improbable”. Y anticipa un cónclave rápido, sin grandes maniobras previas. “Hasta ahora nadie me ha hecho campaña ni me ha sugerido un nombre”, asegura. Habrá que ver cuánto dura esa inocencia una vez los cardenales crucen las puertas de la Casa Santa Marta.
El outsider veterano que aún quiere influir
A sus 74 años, Barbarin sigue siendo un hombre de Iglesia, pero también de medios. Su sinceridad calculada —“cuando Tagle habla mucho, pero hay otros caminos”, “Aveline es bueno, pero nadie lo promueve”, “Parolin no tiene talla”— revela a un veterano que, aunque apartado, busca influir en la conversación. La mención a su amistad juvenil con el cardenal Marx, o su apoyo entusiasta a los cardenales franceses, pintan el retrato de un príncipe de la Iglesia que aún cree en las lealtades nacionales y personales.
Barbarin asegura que votará preguntándose: “¿Si este candidato fuera Papa, estaría contento por la Iglesia?”.
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