Cuñadismo pontificio: última moda del prime time

Por Alfredo FernándezMedios de comunicación Vaticano
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Ha muerto un Papa. Y, de pronto, el mundo ha redescubierto que existe algo llamado “Iglesia Católica”. Lo han descubierto las tertulias de sobremesa, los políticos en campaña, los opinadores profesionales y, cómo no, toda la fauna mediática que se autodenomina “analista religioso” después de haberse leído medio tuit de un teólogo progre de moda.

No, no es interés religioso. No es respeto por el Sucesor de Pedro. Lo que hay es hambre de clics, morbo revestido de espiritualidad vintage y esa irresistible fascinación del mundo moderno por jugar con las ruinas de lo que desprecia.

Incluso algunas plataformas audiovisuales, esas que hasta hace nada producían series donde la Iglesia era la gran villana de Occidente, han empezado a lanzar contenido “religioso”. No por conversión, sino porque han descubierto que el santoral también genera audiencia. Eso sí, mientras no les obligue a hablar de pecado, redención, sacrificio o castidad.

Y claro, ha muerto el Papa, y todo el mundo opina. En las televisiones, en los periódicos, en las redes. De derecha y de izquierda. Católicos de misa dominical y ateos de manual. Todos con opinión formada, aunque no tengan ni idea de lo que hablan. Es lo que yo llamo el cuñadismo pontificio, nueva modalidad del deporte nacional.

Muchas de las opiniones vertidas estos días por los gurús de la opinión —columnistas, tertulianos y líderes de opinión de usar y tirar— causan verdadera hilaridad, no por lo brillantes, sino por lo burdamente ignorantes. Se lanzan a hablar de concilios, reformas, dogmas y pastoral con una seguridad inversamente proporcional a su formación. Gente que no sabría decirte qué significa “consustancial”, explicándote con solemnidad los “cambios profundos” del pontificado. Periodistas que no pisan una iglesia desde su primera comunión, llorando la muerte del Papa como si acabaran de perder a su director espiritual. Espectáculo dantesco de ignorancia disfrazada de análisis.

Decía un sabio —tal vez Groucho Marx, tal vez Lincoln, o tal vez ningún sabio en particular—: “Más vale callar y parecer tonto que hablar y despejar toda duda.” En estos días, muchos se están empeñando en despejarla del todo.

Pero lo más inquietante, lo que hace saltar todas las alarmas, es la lluvia de elogios que llega desde los sectores más anticlericales y secularistas. Desde los que llevan años intentando vaciar iglesias, cerrar conventos y perseguir a colegios católicos. De pronto, Francisco les parecía cercano, amable, “el Papa de todos”. Ya.

Hay una regla sencilla que nunca falla: cuando los enemigos declarados de la Iglesia aplauden a un Papa, es que algo no encaja. ¿Cómo es posible que los mismos que abogan por el aborto libre, la eutanasia, la ideología de género y la disolución de la familia cristiana, lamenten tan hondamente la muerte de un Papa? A mayor ateísmo y progresía, mayor elogio. Lo cual, lejos de ser un cumplido, debería sonar como campanadas de advertencia para el alma católica.

Los católicos de a pie —los que rezan, comulgan, confiesan, educan en la fe y tratan de vivir en gracia— asisten perplejos al espectáculo. Porque saben que la Iglesia no es trending topic, ni carne de guion, ni excusa para editorialismos almibarados. La Iglesia es Cuerpo de Cristo, peregrina, perseguida y pecadora, sí, pero también portadora de la Verdad eterna.

Y saben que lo que toca ahora no es aplaudir discursos vacíos ni tragarse la versión secularizada del pontificado. Lo que toca es rezar. Rezar por el alma del Papa fallecido, para que el Señor tenga misericordia de él y lo acoja en su gloria. Rezar para que los cardenales reunidos en cónclave acojan con docilidad las inspiraciones del Espíritu Santo. Y rezar por el nuevo Papa que tendremos en breve, para que sea fiel a Cristo, no al mundo; firme en la fe, no en la ideología; pastor de almas, no gestor de consensos. Lo que toca es tener fe. Pero de esa fe que no necesita plató ni plataforma, sino rodillas, Biblia y Rosario.

Por Alfredo Fernández

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Comentarios
10 comentarios en “Cuñadismo pontificio: última moda del prime time
  1. Muchas gracias . El paganismo está dentro de la Iglesia…me temo que les hemos abierto las puertas. En éstos días quién habla de la Resurección ?.

  2. Don Alfredo, si «lo que toca es rezar» y la fe «no necesita plató ni plataforma», la fe tampoco necesita su artículo en Infovaticana, ni la existencia de Infovaticana, y usted en vez de escribir este artículo debería estar rezando.
    La realidad es que ambas cosas son compatibles. Se puede y se debe rezar, y a la vez, quien tenga tal tarea o llamado, puede también escribir (o hablar en TV).
    Otra cosa es que hay que cumplir el mandato de Jesús en Juan 7,24: «Juzgad con juicio justo, no juzguéis según las apariencias».

  3. Rezar para que el nuevo Papa termine de expulsar a los mercaderes del templo, que es lo contrario de lo que quiere esta web, este autor , este artículo, y que oculta con engaños de fingida fidelidad a la tradición y la doctrina.

    Rezar para que los cristianos dejen de caer en tantos engaños, tantos falsos profetas, tantos fariseos…

  4. Excelente artículo, sí señor, ya era hora de poder leer cosas sensatas en contraposición a la propaganda y al cuñadismo de los enemigos de la Fe Católica, entre los que hay en el caso argentino, muchos que se declaran como adalides de la Patria y defensores del movimiento Justicialista.

    Un Abrazo desde Madrid, esa ciudad imperial que un día fue la Capital del mayor Imperio Católico del mundo

  5. EN ESTOS DÍAS LOS QUE HABLAMOS DE LA RESURRECCIÓN, SOMOS LOS VERDADEROS CATOLICOS PRACTICANTES Y FORMADOS EN JESUCRISTO Y SUS EVANGELIOS. TAMBIEN INFOVATICANA, POR ESO ESTAMOS AQUI, NOS INFORMA Y FORMA EN LA VERDAD. GRACIAS INFOVATICANA, QUE DIOS OS BENDIGA. AMÉN

  6. Yo deseo de todo corazón, que el próximo Papá sea bueno y no me refiero como persona (si lo es, mejor), sino como guía fiel de la Iglesia. Pero me temo que la única manera de que así sea es que intervenga Dios, porque en el cónclave el 80% los ha nombrado el papa de la pachamama, así que lo veo complicado

  7. Perdonadme si parezco jocoso, en un momento importante para el futuro de la Iglesia, pero sí cuando me muera me alaban los que están alabando a Francisco, me preocuparía mucho…

  8. Es significativo (y alarmante) el fervor con el que alaban al Papa Francisco los que, precisamente, atacan a la Iglesia Católica. Por lógica, si atacan (y difaman a ésta) y alaban a aquél es porque suponen que ese Papa no ha dirigido bien la Iglesia, y en una explosión de hipocresía, le ensalzan como presunto aliado. Basta esa postura para que generen, incluso entre los no católicos, desconfianza y rechazo. No debería olvidarse el inteligente comentario de quien, en una situación similar, se limitó a decir: «¿Contra quién van esos aplausos?».
    UNA PRECISIÓN: La Iglesia, como Cuerpo de Cristo, es una, santa, católica y apostólica; NO ES PECADORA, Los pecadores somos nosotros, que la formaamos.-

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