Después de veintitrés meses desde la primera convocatoria electoral para elegir un nuevo presidente de la Real Esclavitud de Santa María la Real de la Almudena, y tras once meses desde la celebración de las elecciones, por fin han sonado las campanas de esperanza y renovación.
El pasado 9 de abril, durante la Eucaristía mensual dedicada a la Virgen, se oficializó la toma de posesión de la nueva Junta, que juró su cargo y recibió las varas de representación en una ceremonia presidida por Carlos Aguilar, Delegado de Piedad Popular del Arzobispado de Madrid, y concelebrada por Jesús Junquera Prats, consiliario y expresidente.
Este esperado desenlace no habría sido posible sin la cobertura constante de InfoVaticana, que ha informado puntualmente de cada paso, obstáculo y avance en este complejo proceso. Gracias a nuestras informaciones, a la transparencia exigida y a la presión mediática ejercida, se ha logrado superar una situación que amenazaba con enquistar la vida de esta histórica hermandad.
Una etapa difícil, marcada por la resistencia al cambio
El camino no ha sido fácil. La oposición férrea del anterior presidente a abandonar el cargo ralentizó y entorpeció el proceso democrático, poniendo trabas sistemáticas a la transición. Durante casi dos años, la congregación ha estado sumida en una división interna alimentada por las maniobras del expresidente y de su entorno, que intentaban imponer su propia agenda al margen del sentir mayoritario de los hermanos.
A pesar de todo, la fraternidad, promovida desde el púlpito por el consiliario, ha logrado imponerse al desencuentro, y hoy la Real Esclavitud puede mirar hacia el futuro con la esperanza de volver a ser un referente de devoción mariana y unidad eclesial en Madrid.
Desorganización en el Año Jubilar y abandono de la Catedral
Mientras tanto, la organización del Año Jubilar 2025 ha comenzado de forma caótica. El Arzobispado de Madrid parecía no estar al tanto de la efeméride, y en los primeros meses del año reinó el desconcierto: parroquias llegaban al templo sin encontrar coordinación ni sacerdotes disponibles para confesar, y los fieles asistían a las misas sin poder participar plenamente, al no contar con la oración oficial del Papa Francisco.
Ante la inacción de las autoridades, la Real Esclavitud ha dado un paso adelante y ha financiado la impresión de estampas con la oración jubilar, que se reparten a los asistentes para que puedan rezarla y conservar un recuerdo de su peregrinación. Un gesto que contrasta con la falta de implicación del Arzobispado y la Santa Iglesia Catedral, que atraviesan serios problemas económicos y organizativos.
Una Catedral desatendida y sin rumbo
La situación de la Santa Iglesia Catedral de la Almudena es preocupante. Solo se celebran dos misas jubilares diarias, a las 12:00 y a las 19:00 horas, y una más a las 11:00 en la capilla del Santísimo, casi de manera clandestina. El estado de conservación de las imágenes sagradas, como el Cristo de Mesa o el Nazareno de Martínez Montañés, es lamentable, cubiertos de polvo y con vestiduras visiblemente descuidadas.
Además, el comportamiento de los visitantes dista mucho del respeto que se espera en un templo mayor: turistas con gorros, bebidas, móviles y videollamadas sin control, mientras el personal de seguridad y los responsables del templo brillan por su ausencia.
La falta de liderazgo en la Catedral es patente. Ni el Cardenal, absorto en cuestiones como el Valle de los Caídos, ni el Obispo-Deán, ni el canónigo encargado del templo parecen tener voluntad o capacidad de revertir esta situación. La Catedral, corazón espiritual de Madrid, se asemeja más a una parroquia desatendida que a un centro neurálgico de fe y cultura.
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Y los horarios de apertura y cierre son menores que muchas parroquias, cuando debería abrir temprano y cerrar tarde, sin cierre en mitad de día, y sitios para confesar….. Es un horror de catedral
La catedral está como el obispo: Sin afeitar