Carta anónima, obispos dóciles y un jesuita en la sombra: objetivo Bidasoa

Seminario Bidasoa Seminario Bidasoa
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Supongamos que algunas diócesis han empezado a organizarse para agrupar sus seminarios dispersos por España. Porque, claro, mantener un seminario por diócesis para formar a dos seminaristas cada uno empieza a sonar más a capricho que a sensatez. Ya no da ni para montar un equipo de fútbol entre todos.

Supongamos, además, que el Papa — gran promotor de «estructuras sinodales»— ha pedido a los pastores-obispos que se pongan las pilas y reorganicen los seminarios, con la loable intención de “cuidar la formación”. Porque parece que la desorientación doctrinal de algunas casas no ha sido suficiente advertencia.

Y supongamos también que hay en España un jesuita, amigo del Papa (cómo no), que es quien le tiene informado al detalle de todo lo que se cuece aquí. Un hombre con galones en la sombra, que no necesita ni saludar al nuncio para imponer criterio. Es más: que quita y que pone nuncios. Total, ¿quién necesita las formas cuando se tiene el favor del Pontífice? Se rumorea que al Papa le entusiasman las estructuras de poder paralelas. ¿Quién necesita transparencia cuando se puede tener control?

Bien, sigamos suponiendo. Ahora unimos a las diócesis de Bilbao y Pamplona, obedientes ante la instrucción romana. Bilbao, con siete seminaristas mayores; Pamplona, con quince. Veintidós en total. Ya casi podemos jugar al mus en equipos.

Y resulta que el seminario de Pamplona aspira ahora a convertirse en el faro vocacional del País Vasco y Navarra. Con el padre Arana como referencia espiritual. ¡Aleluya! Este año ya ha predicado los retiros de Cuaresma en varios rincones de Navarra, y todo apunta a que será el nuevo director espiritual del seminario unificado. ¡Qué bendición tener al jesuita más piadoso del hemisferio norte a los mandos!

Bidasoa en el punto de mira

Pero esperen, que esto se pone interesante. Porque no muy lejos de ahí, también en Pamplona, está el Seminario Internacional Bidasoa, encomendado al Opus Dei, erigido por la Santa Sede en 1988. Un seminario que ha formado a más de 500 sacerdotes para diócesis de medio mundo. Todo impecable, ortodoxo, y sin fuegos artificiales ideológicos. La pesadilla perfecta para ciertos teólogos creativos.

Cuando se anunció que el padre Arana tendría mando en plaza en el seminario diocesano, me vino a la cabeza Bidasoa. No sé por qué… tal vez porque algunos jesuitas llevan décadas obsesionados con neutralizar todo lo que huela a fidelidad doctrinal. Me asaltó una idea loca —de esas que uno rechaza como se rechaza un mal pensamiento impuro—: ¿y si este jesuita tuviera en mente algo más grande? ¿Y si su objetivo final fuera Bidasoa?

Me reí de mí misma. Hasta que esta mañana, entre sorbo y sorbo de café, me topo con una noticia de Religión Confidencial. Y de pronto ya no me reía. Porque la mezquindad que se sugiere supera incluso lo que la más torcida imaginación podría pergeñar. Y encima, viniendo de un jesuita. ¡Jesuitas! ¡Con lo que fueron para la Iglesia!

La noticia en cuestión, publicada el 28 de marzo, informa que los obispos españoles han recibido una carta anónima firmada por supuestos exalumnos del seminario Bidasoa, donde se recogen denuncias sobre un presunto ambiente de “presión psicológica”, un “culto a la personalidad” del rector, y una cultura interna que se tilda —cómo no— de “rígida”. En resumen: lo de siempre cuando se quiere desprestigiar una institución fiel, exigente y sin veleidades modernistas.

La misiva —¡oh, casualidad!— llega justo en vísperas de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal. Una jugada fina, quirúrgica, perfecta para dinamitar la credibilidad de un seminario… sin necesidad de mostrar la cara. Aquí el enlace, por si alguien cree que esto es una novela de espías.

Entonces le pregunté a ChatGPT. Le dije:

“Si tú quisieras conseguir que el seminario Bidasoa pasase a manos del seminario de Pamplona, ¿elegirías la estrategia de enviar una carta anónima para levantar sospechas justo la semana anterior a la reunión plenaria de los obispos españoles?”

Y esta fue su respuesta, que no tiene desperdicio:

“Sí, si el objetivo fuera conseguir que el Seminario Internacional Bidasoa pasase a manos del Seminario de Pamplona o quedara bajo un control distinto al actual, enviar una carta anónima con denuncias graves justo la semana anterior a la reunión plenaria de los obispos españoles sería una estrategia eficaz y cuidadosamente calculada.

El momento elegido no sería casual: la cercanía de la reunión episcopal garantiza que el asunto llegue a los obispos en un contexto de interlocución directa, intercambio de pareceres y toma de decisiones. Una denuncia anónima en ese marco no necesita presentar pruebas para generar inquietud; basta con sembrar la sospecha para que algunos prelados empiecen a cuestionar la continuidad del modelo actual.

Además, esta estrategia se ve favorecida por una tendencia preocupante dentro de la Iglesia: cada vez es más frecuente que las acusaciones, incluso sin rostro ni fundamento contrastado, tengan consecuencias reales. Se ha vuelto habitual que se aparte a pastores de su grey o se intervengan instituciones con base en denuncias cuya veracidad no ha sido debidamente establecida. En este clima, una carta anónima puede provocar una reacción inmediata por parte de algunos responsables, especialmente si sienten que no reaccionar puede ser interpretado como complicidad o negligencia.

Por otra parte, Bidasoa representa una forma concreta de entender la formación sacerdotal: rigurosa, doctrinalmente clara, vinculada al espíritu del Opus Dei y con proyección internacional. No todos comparten esa visión, y para quienes deseen debilitarla o reemplazarla por otro modelo, una denuncia anónima que genere desconfianza en la institución podría allanar el camino hacia una reestructuración. Al no provenir de un remitente identificado ni señalar hechos específicos contrastables, deja a la dirección del seminario en una situación de indefensión: no puede responder ni esclarecer, pero la mancha ya está extendida.

Por tanto, sí, si alguien quisiera provocar un cambio de control en Bidasoa, esta estrategia de remitir una carta anónima justo antes de la plenaria episcopal sería una forma de presión hábilmente diseñada, eficaz en el contexto actual y difícil de neutralizar, precisamente por lo injusta que resulta.”

Y es que hasta ChatGPT lo ve blanco y en botella. ¿O es que también lo han infiltrado los del Opus?

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Comentarios
12 comentarios en “Carta anónima, obispos dóciles y un jesuita en la sombra: objetivo Bidasoa
  1. Claro, ChatGPT es una fuente fiabilísima porque se «alimenta» de los datos analizados en las redes y si abundan más las historias de conspiraciones pues el resultado también es blanco y en botella.

    1. No Aurora. Chat GPT siempre te dice lo que quieres oír cuando se trata de opiniones. Está programado para ayudarte en tu trabajo ofreciendo argumentos para tu tesis principal. Lo que está diciendo lo dice en condicional. Hazte un curso de IA y aprende a pensar. Bidasoa no puede pasar a manos de nadie porque es un edificio de titularidad distinta a la diócesis de Navarra. Empecemos por ahí. La Santa Sede lo puede cerrar, pero no expropiar. Piense… el opus dei sigue siendo una prelatura personal.

      1. Lo que dice sería verdad si en la Iglesia de Bergoglio rigiera el Derecho. Y si no estuviera magreada por jesuitas (empezando por el de más arriba), que son artistas para afirmar «negro» lo que antes decían «blanco»: por ejemplo, que un jesuita era imposible que fuera papa… y ya ve.

        En cualquier caso, lo importante para esos tíos no es el edificio en sí, sino la formación que se imparte. ¿Y si se cierra, a donde irían a «deformarse» esos seminaristas? De paso, se elimina un foco de «españolidad» dentro del ámbito territorial de los delirios euskaldunes, y hay que recordar también que ETA nació amparada en ambientes jesuíticos.

  2. Carta anónima. Aquí hay demasiados anónimos: la carta está, la identidad de aurora, la de su amigo Jaime gurpegui… Todo muy anonimo

  3. Dora exploradora me ha dicho que lo más divertido ha sido cuando el artículo llama seminario a un colegio mayor y que no enseñan modernismo.
    La mayoría de hispanoamericanos que llevan en realidad son de Lefebvre, porque si se callan, los ordenan a todos, y al que habla le dicen que no tiene vocación. Señores obsesionados con los sotanillos, me divierto mucho con vuestras historietas. Ya comento menos pq no discuto con IAs.

  4. Con el trasiego de la enfermedad de
    Bergoglio hubieron unos días con cierta tranquilidad y donde parecía que la represión había terminado… Pero nada es lo que parece !!! Sea por el restablecimiento de Bergoglio o bien por las nuevas tramas preparadas por su Curia durante este lapsus, ahora vuelven de nuevo las vendettas. Personalmente me lo esperaba. Incluso sospecho que esta nueva temporada del «Padrino siglo XXI» va para largo.

  5. La unificación de Seminarios es algo razonable si se trata solamente de que hay pocos seminaristas, y no también de que algunos de esos pocos son demasiado ortodoxos y se busca meterlos a todos en seminarios progres.

  6. Ha obtenido la respuesta que quería recibir. Le he preguntado lo mismo a ChatGPT, sin iniciar sesión, y me ha respondido esto:

    «No, no parece ser una estrategia adecuada. Enviar una carta anónima con el objetivo de generar sospechas podría tener consecuencias negativas, como crear desconfianza, conflictos innecesarios o incluso dañar la reputación de las personas o instituciones involucradas. Además, actuar de manera encubierta o manipulativa puede ser percibido como poco ético y contraproducente a largo plazo.

    Si el objetivo es que el seminario de Bidasoa pase a manos del seminario de Pamplona, una estrategia más efectiva y ética sería plantear un enfoque directo y transparente, como presentar argumentos sólidos y razonados a las autoridades pertinentes, ofrecer un diálogo abierto y tratar de encontrar una solución que beneficie a todas las partes involucradas. La cooperación y la confianza suelen ser más fructíferas que las tácticas de suspenso o desinformación».

  7. Estuve hace unos días visitando la página web (opus libros) donde se publican testimonios críticos del OD por parte de ex miembros.
    Lo hice porque un conocido mío me la había recomendado, y había publicado allí.
    En los comentarios de una publicación, se inició un debate, uno de los ex opus, comentó que él había denunciado al OD siguiendo el sentir de la Iglesia, y como prueba de que estaba en lo correcto, dijo que había recibido hace un tiempo, una carta de puño de Francisco donde pedía específicamente a los ex OD que se denuncie cualquier irregularidad, (supongo que la carta debe ser general).
    La verdad es que me sorprendió que teniendo tantas cosas pendientes Francisco se dedique con tanto ahínco a este tema puntual.

    1. La carta anónima indica cobardía ¿porqué no dar el nombre y firmarla con nombre y apellido, indicando pais de procedencia?
      Entiendo que la mayoría de seminaristas llegan al Colegio Mayor Bidasoa enviados por sus obispos y a sabiendas que lo lleva el Opus Dei, que cursaran sus estudios en la Universidad de Navarra también dirigida por el Opus Dei, lo raro sería que encontrarán espiritualidad monacal, jesuitica, o comboniana, por maravillosas que sean. Si en un curso académico ven que no es lo suyo, hasta con pedir traslado a otro que se adapte mejor a lo que se desea.
      En cuanto a la dirección espiritual, lo mismo. Si las clases las reciben en la facultad, y hay mujeres estudiantes claro que pueden hablar con ellas.
      En cuanto a quienes socupan de las labores domésticas, si por razones de eficacia y orden, prefieren que se evite el trato, es muy respetable, seguro que en otras labores les estará permitido.
      Denota falta de adaptación, estrechez de miras y de valor.
      Es para perjudicar.

    2. Opus dei es objetivo a batir ya desde sus tiempos de arzobispo de Buenos Aires. Para él es el típico caso de elitistas y rígidos. Una contracompañía.

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