Con motivo de la Jornada por la Vida que se celebrará el próximo 25 de marzo, los obispos españoles han publicado el mensaje para esa jornada bajo el título ‘Abrazando la vida, construimos esperanza’.
Los Obispos de la Subcomisión Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida resaltan en su escrito que «en muchos países occidentales, entre ellos España, asistimos al hecho de un descenso de la natalidad, tan grande que este fenómeno ha sido denominado por muchos «invierno demográfico»».
Para hablar de las causas de ese descenso de la natalidad, citan lo que dijo el Papa Francisco en la bula de convocación del jubileo. Francisco señaló que este descenso puede producirse «a causa de los ritmos frenéticos de la vida, de los temores ante el futuro, de la falta de garantías laborales y tutelas sociales adecuadas, de modelos sociales cuya agenda está dictada por la búsqueda de beneficios más que por el cuidado de las relaciones».
En su mensaje por la vida, los obispos españoles señalan que «es triste descubrir que desde la aprobación de la ley del aborto en España desde 1985 hasta 2023 se practicaron más de 2,5 millones de abortos voluntarios. Solo en 2023 se registraron 103.097 abortos».
Los prelados españoles de la Subcomisión por la vida resaltan y ponen como «luz de esperanza» para revertir esta situación al matrimonio cristiano «donde los hijos son una esperanza para el futuro». Además, escriben que «el amor conyugal entre un hombre y una mujer constituye la expresión plena de la vocación al amor según el plan de Dios, quien creó al ser humano a su imagen y semejanza para vivir en comunión y entregarse mutuamente».
«Este amor es verdadero y auténtico cuando está abierto al don de la vida, reconociendo en cada hijo una bendición divina y un signo concreto de esperanza para la humanidad. En este acto de generosidad y corresponsabilidad, el matrimonio refleja el designio creador de Dios, siendo testimonio vivo de su fidelidad y fecundidad», se lee en el mensaje.
Por otro lado, los obispos españoles hacen especial hincapié en la necesidad de que «la sociedad impulse políticas públicas que no solo protejan a las familias, sino que también favorezcan un entorno económico y social propicio para que los jóvenes puedan formar familias con estabilidad». Empleos dignos y estables; salario justo; una vivienda adecuada y frenar la fuga de talento nacional son algunas de las peticiones que hacen.
En ese sentido, también apuestan por promover «una cultura que valore el amor conyugal como base para la vida y que fomente una corresponsabilidad entre todos los sectores, para que cada familia pueda contribuir al bienestar común y enfrentar la crisis demográfica».
«Frente al poco aprecio de la maternidad que se da en muchos planteamientos empresariales e incluso culturales, es fundamental revalorizar esta maternidad, reconociéndola no solo como un acto biológico, sino como una verdadera vocación que debe ser apoyada y celebrada», finaliza el mensaje de la Subcomisión para Familia y Vida de la Conferencia Episcopal Española.
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Este mensaje de los obispos es lamentable. No afronta el problema en su magnitud, y se niega a informar sobre muchas formas de aborto, lo cual sería necesario para evitar su práctica. Tal es el caso de técnicas abortivas como fecundación in vitro, uso de anticonceptivos, etc.
Además da datos erróneos como decir que en España el número de abortos ronda el centenar de miles al año, cuando esos sólo es la punta del iceberg, pues ese dato corresponde a los abortos quirúrgicos, cuando la mayoría de abortos se producen por las otras causas que he citado.
La «Iglesia de Francisco» se ha hecho cómplice del aborto. El papa y los obispos que le secundan, habitualmente guardan silencio sobre el tema, y cuando no les queda más remedio que hablar (como ante la jornada pro vida) lo hacen de soslayo, sin dar argumentos ni definir el problema. Falta información sobre el aborto en las escuelas católicas. Es necesario que en las homilías se hable del tema. Urge que en las plegarias se pida por el fin del aborto. Y sin embargo el silencio cómplice lo invade todo.
¡Qué lejos están los tiempos de Rouco Varela en las que se hacían valientes campañas pro vida como la del lince ibérico!
Pero la consigna de Francisco es callar. Ya dijo «no podemos estar hablando constantemente del aborto.»
Y encima Francisco apoya el aborto cuando dice que «hay que obedecer a la ONU», «hay que promover la gobernanza mundial», etc. Y también cuando nombra a abortistas como Mazzucato en la Academia pro Vida. Etc.
Bla, bla, bla.
El vacío generacional, fruto de un asesinato en masa, lleva a la repoblacion con extranjeros. Está por ver como termina este recambio.
La mentalidad ha cambiado, es difícil
una vuelta atrás. La gente no quiere compromisos, «ataduras», las mujeres han sido despojadas ideológica mente de su maternidad, existe de hecho una verdadera»lucha de sexos», de corte marxista, donde hombre y mujer están enfrentados. Todo esto es ingeniería social perfectamente ejecutada.
Ahora mismo muchas mujeres, prefieren el sometimiento en el trabajo, al de la familia, desprenderse de esto, es liberación.
Los hombres, dado el grado de beligerancia de algunas mujeres, mantienen las distancias.
Suma, más suma, solo puede haber lo que hay. Vamos a una sociedad de solitarios o parejas con perro.
He puesto la palabra SOMETIMIENTO, que no es la adecuada, pero no encuentro otra.
Quiero decir que estamos en una situación donde se hacen esfuerzos, privación es por un trabajo y sin embargo no se quiere hacer esto por formar una familia. Hablo de las mujeres, pero aquí tb están los hombres. Hoy te «empoderar» (palabra que me horroriza) solo desde lo laboral, lo que ganas y lo que posees.
Los niños requieren tiempo, atención, compromiso, y te impiden, por esos motivos, dejar de hacer cosas que hoy se presentan como necesarias e imprescindibles.
Las mujeres hemos sido despojadas de nuestra identidad. Hoy es mujer quien tenga «voluntad de serlo». Despojadas ideológica mente de nuestro papel de «madres» y «compañeras». Se nos ha puesto sobre las espaldas, la absurda idea que tenemos que ser perfectas :en lo laboral y en lo familiar. Peso enorme. Incluso para aquellas que quieren conciliar ambos aspectos, si tienes hijos, la tarea se vuelve agotadora.
Ya no digamos la mentalidad, que se ha abierto, por omisión de tantos, de que se puede acabar con la vida de otro ser humano, si este nos impide llevar a cabo las metas personales previstas.Esto no es tan raro como parece.
La principal causa de esto fue la iglesia y jerarquía española ya desde el CV2 (dejemos de echar balones fuera usando a Francisco de comodín, Sacerdote mariano).
La jerarquía traicionó a Cristo y a España, se puso contra quienes la salvaron de su exterminio y a favor de sus verdugos, la iglesia se volvió roja coma su jefe Pablo vi y abrazo el régimen masónico del 78 sabiendo que traería el genocidio de no nacidos. Caída la dirección espiritual de España, cayó su sociedad y régimen católico,
Mientras la jerarquía no reconozca su culpa capital y del CV2 seguirán tomándonos el pelo y criando enemigos que un día se volverán a levantar y los volverán a empalar
Por eso los obispos y sus radios y demás inmundicias apoyan al aborterisimo del pp y detestan a vox. Que alguien me digan que los obispos no son hijos de la mentira
«La principal causa de esto fue la iglesia y jerarquía española ya desde el CV2…»
¿El CVll también tuvo algo que ver en todos los países occidentales donde se ha producido el mismo fenómeno, pese a que la mayoría no son católicos (ni nunca lo han sido), y les importaba un pimiento lo que dijera o no dijera la Iglesia?
En los demás países ya reinaba la judeomasoneria, en España no, pero ya se encargó el CV2 y Pablo 6 de demoler el reinado de Cristo, y a partir de ahí ya solo queda lo que trae la democracia, aborto y muerte, o con Cristo Rey o con Satan, no hay otra
Si tuvieran un mínimo de dignidad y verguenza, siguiendo el mandato de Cristo, se colgarían todos una piedra de molino en el cuello y se arrojarían al mar. Si no lo hacen será peor, que no les quepa la menor duda, la sangre de los inocentes clama venganza y la mayoría de estos renegados y sus esbirros van a condenarse en el averno a perpetuidad. Aleluya
Esta gente modernista conservadora cree que Cristo reina en nuestros corazones y punto final. Nada de que las leyes del Estado se inspiren en los 10 mandamientos porque es la teocracia que coarta la libertad religiosa y de conciencia que me dice que aborte porque es mi religión. Creen en un Dios subjetivo que sólo existe y reina en sus cabezas atrofiadas. Qué bien, todos apostaron pq estaban a la fuerza, y ya solo quedamos los cristianos verdaderos verdaderamente falsos porque son here jes modernistas.
(‘Todos apostataron’)
«Esta gente modernista…»
Sigue usted tan despistado como siempre: no, fuera del sedevacantismo SÍ hay salvación. Donde no lo hay es precisamente en el sedevacantismo. No entiendo para qué tanta cháchara para luego acabar en las calderas de Pedro Botero.
En Las memorias de Fraga Iribarne cuenta que, cuando se aprobo el aborto, recabaron el apoyo de la Iglesia para contrarrestar esa ley, y la respuesta de los obispos fue total indiferencia. Asi estamos.
En un canal de Youtube se va más allá: se dice que Fraga fue «invitado» por la CE a abandonar su frontal oposición al aborto pues ello perjudicaba las relaciones (y beneficios subsiguientes) entre la dicha CE y el gobierno de Felipe González.
Y según dicen, un banco muy católico y famoso financió la campaña de cierto partido y así pudo presentarse a las primeras elecciones tras Franco para aprobar el aborto después. Tienen la cabeza llena de ducados y condados, y a Cristo Rey lo tienen destronado. Fornicaron con el mundo. ¿Cómo que «serviam»?
«…primeras elecciones tras Franco para aprobar el aborto después»
Y tan «después»: una década después de muerto Franco, por obra y gracia del PSOE, que es quien hizo la ley de despenalización del aborto en 1985.
!!imagínate cuándo lleguen a comentar sobre acontecimientos del año 2025!!
La conferencia siempre a la vanguardia
-ironía-
A estos obispos no les duele el aborto.
Necesitamos que Francisco se vaya, y venga un buen pontífice que ponga orden en todo esto.