Francisco sigue afectado por la bronquitis y pide a un colaborador que lea la catequesis

Papa Francisco
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El Papa Francisco sigue fastidiado a causa de la bronquitis por lo que ha tenido que pedir este miércoles al P. Pierluigi Giroli que leyera la catequesis.

En la catequesis de este miércoles titulada «Jesucristo, nuestra esperanza», el Papa Francisco profundizó en el significado del nacimiento de Jesús y la visita de los pastores. Destacó cómo el Hijo de Dios entra en la historia con humildad, naciendo en un pesebre en Belén, lejos de la grandeza terrenal. Recordó que Belén significa «casa del pan», subrayando que Jesús es el Pan del Cielo que viene a saciar el hambre del mundo. Además, señaló que su nacimiento no desestabiliza las estructuras del mundo, sino que las ilumina desde dentro.

El Pontífice enfatizó el papel de los pastores como los primeros testigos de este acontecimiento, a pesar de ser personas humildes y marginadas. Dios los elige para recibir la noticia del Salvador, mostrando que la grandeza divina se manifiesta en la sencillez. Finalmente, Francisco animó a los fieles a imitar su actitud de asombro y alabanza, acogiendo con fe y esperanza el mensaje transformador de Cristo. Concluyó su mensaje con un llamado a vivir la alegría del Evangelio y a custodiar los dones que Dios nos confía.

Les ofrecemos la catequesis completa:

Ciclo de catequesis – Jubileo 2025. Jesucristo, nuestra esperanza. I. La infancia de Jesús. 5. «Les ha nacido un Salvador, que es Cristo el Señor » (Lc 2,11). El nacimiento de Jesús y la visita de los pastores

¡Queridos hermanos y hermanas, buenos días!

En nuestro camino jubilar de catequesis sobre Jesús, que es nuestra esperanza, hoy nos detenemos en el acontecimiento de su nacimiento en Belén.

El Hijo de Dios entra en la historia convirtiéndose en nuestro compañero de viaje, y comienza a viajar cuando aún está en el vientre de su madre. El evangelista Lucas nos cuenta que, apenas concebido, fue desde Nazaret hasta la casa de Zacarías e Isabel; y luego, al final del embarazo, de Nazaret a Belén para el censo. María y José se vieron obligados a ir a la ciudad del rey David, donde también había nacido José. El Mesías tan esperado, el Hijo del Dios Altísimo, se deja censar, es decir, contar y registrar, como cualquier otro ciudadano. Se somete al decreto de un emperador, César Augusto, que se cree el amo de toda la tierra.

Lucas sitúa el nacimiento de Jesús en «un tiempo que se puede determinar con precisión» y en «un entorno geográfico indicado con exactitud», de modo que «lo universal y lo concreto se tocan recíprocamente» (Benedicto XVI, La infancia de Jesús, 2012, 77). Dios, que entra en la historia, no desestabiliza las estructuras del mundo, sino que quiere iluminarlas y recrearlas desde dentro.

Belén significa «casa del pan». Allí se cumplieron para María los días del parto y allí nació Jesús, Pan bajado del cielo para saciar el hambre del mundo (cf. Jn 6,51). El ángel Gabriel había anunciado el nacimiento del Rey mesiánico con el signo de la grandeza: «He aquí que concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin» (Lc 1,32-33).

Sin embargo, Jesús nace de una forma totalmente inédita para un rey. De hecho, «mientras estaban en aquel lugar, se le cumplieron los días del parto. Dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en el albergue» (Lc 2,6-7). El Hijo de Dios no nace en un palacio real, sino en la parte trasera de una casa, en el espacio donde están los animales.

Lucas nos muestra así que Dios no viene al mundo con sonoras proclamas, no se manifiesta con clamor, sino que comienza su viaje en la humildad. ¿Y quiénes son los primeros testigos de este acontecimiento? Son unos pastores: hombres con poca cultura, malolientes por el contacto constante con los animales, que viven al margen de la sociedad. Sin embargo, ejercen el oficio por el que Dios mismo se da a conocer a su pueblo (cf. Gn 48,15; 49,24; Sal 23,1; 80,2; Is 40,11). Dios los elige para que sean los destinatarios de la noticia más maravillosa que jamás haya resonado en la historia: «No teman: porque les anuncio una gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es Cristo el Señor. Esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales, acostado en un pesebre» (Lc 2,10-12).

El lugar al que acudir para conocer al Mesías es un pesebre. Sucede, en efecto, que, después de tanta espera, «para el Salvador del mundo, para Aquel en vista del cual todo fue creado (cf. Col 1,16), no hay sitio» (Benedicto XVI, La infancia de Jesús, 2012, 80). Los pastores se enteran así de que, en un lugar muy humilde, reservado a los animales, nace para ellos el Mesías tan esperado, para ser su Salvador, su Pastor. Esta noticia abre sus corazones al asombro, a la alabanza y a la proclamación gozosa. «A diferencia de tanta gente que pretende hacer otras mil cosas, los pastores se convierten en los primeros testigos de lo esencial, es decir, de la salvación que se les ofrece. Son los más humildes y los más pobres quienes saben acoger el acontecimiento de la Encarnación» (Carta ap. Admirabile signum, 5).

Hermanos y hermanas, pidamos también nosotros la gracia de ser, como los pastores, capaces de asombro y alabanza ante Dios, y capaces de custodiar lo que Él nos ha confiado: nuestros talentos, nuestros carismas, nuestra vocación y las personas que Él pone a nuestro lado. Pidamos al Señor saber discernir en la debilidad la fuerza extraordinaria del Niño Dios, que viene para renovar el mundo y transformar nuestras vidas con su proyecto lleno de esperanza para toda la humanidad.

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Saludos

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Pidamos al Señor la gracia de ir a su encuentro con prontitud y sencillez, como los pastores, anunciando a todos la esperanza y la alegría del Evangelio. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Gracias.

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Comentarios
5 comentarios en “Francisco sigue afectado por la bronquitis y pide a un colaborador que lea la catequesis
  1. Si a alguien le interesa saber que le pasa a francisco, es lo siguiente: el papa tuvo una oclusion intestinal que termino en colectomia. Cuando ocurre la oclusion puede ocurrir un reflujo de vomito biliar hacia los pulmones. Ese vomito quema y provoca en los dias siguientes una neumonia. Cada vez que el papa tose, tiene hipo o reflujo en realidad es una alarma de que pueda necesitar una nueva operacion en el abdomen.
    Vease como le ocurrio a jair bolsonaro.
    En caso de que salga la noticia de que lo hospitalizan es que estarian en vigilancia de operar/no operar.
    Ahora, la forma de muerte de este padecimiento es horrible, no se la deseo ni a francisco. Yo le tengo panico.

  2. Ruego a los moderadores que no toleren los insultos a un sacerdote de buena doctrina.
    Este desperdicio humano que se hace llamar «Kiko» entra a diario y tiene fijación por faltar al respeto a un ministro de Dios, DIGNO, mientras a otros usuarios no se nos tolera decir VERDADES sobre la piara elegetebera que controla el poder en la Iglesia.

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