En junio, muchas empresas sacan su cartelito del Orgullo. Lo hemos visto cientos de veces: un logo multicolor, un comunicado institucional sobre la diversidad y la inclusión, y un guiño a la agenda progresista del momento.
Hasta aquí, nada nuevo. Pero lo curioso es cuando estas empresas están dirigidas por católicos practicantes, personas de comunión diaria, miembros de grupos eclesiales, gente que predica la importancia de la fe… hasta que toca demostrarla en el ámbito profesional.
El fenómeno es llamativo: empresas dirigidas por personas católicas vinculadas a movimientos conservadores que, llegado junio, despliegan la bandera arcoíris sin el menor reparo. Otras invierten millones en publicidad en medios que atacan a la Iglesia sin descanso: La Sexta, El País, la Cadena SER. Medios que se esfuerzan en ridiculizar la fe católica, promover el aborto y atacar cualquier atisbo de moral cristiana, pero que reciben financiación de empresas con directivos que el domingo van a Misa y comulgan como si nada.
El problema no es solo empresarial. Es personal. Ser católico no es solo ir a Misa, es dar testimonio en todas partes. Y sin embargo, ¿cuántos católicos contribuyen con su dinero a la cultura de la muerte sin pestañear? Amazon, por ejemplo, paga el viaje y el aborto a sus trabajadoras si viven en estados donde es ilegal. ¿Cuántos católicos se han planteado dejar de comprar en Amazon por eso? ¿Cuántos se preocupan por el destino de su dinero?
El testimonio no se da solo en la parroquia, sino en la vida diaria. En las decisiones empresariales, en el consumo, en el compromiso con la verdad. Pero vivimos en una comodidad tal que nos permite separar la fe de la realidad. Un catolicismo de salón, sin consecuencias. Un catolicismo sin cruz.
Y luego nos extraña que la Iglesia pierda relevancia.
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Los primeros que ponen la bandera del Orgullo en sus logos y perfiles de Internet son la Policía Nacional y la Guardia Civil. ¿Qué haces? ¿No los llamas si te estrellas o te atracan? Tú eres el primero que va a seguir comprando por Amazon, y a ellos dándole igual lo que haga o deje de hacer una gota en medio de la mar océana. La lucha es mucho más sutil e inteligente. Digo la lucha realmente efectiva.
Para atacar a la Iglesia ya esta el Sr. Gurpegui..véanse los dos post siguientes a este. Contra Mons. Munilla porque señala lo reproblable de Trump y lo alaba en lo loable. O el siguiente aún mas lamentable. Si SS Francisco condenaria a Nuestro Señor. (Atención que D. Jaime ha leido a Dostoiesvki. Lamemtable . Con defensores como usted, la Iglesia no necesita enemigos.
1 Corintios: …9En la carta que os escribí os decía que no os juntarais con los inmorales. 10No me refería a los inmorales de este mundo, ni tampoco a los codiciosos, a los estafadores o idólatras; para eso tendríais que salir de este mundo. 11Lo que de hecho os dije es que no os juntarais con uno que se llama hermano y es inmoral, codicioso, idólatra, difamador, borracho o estafador: con quien sea así, ni compartir la mesa.
Estamos rodeados de paganos y apóstatas. Si empezáramos a ver quién está detrás de cada negocio, no podríamos ir ni al supermercado de la esquina.
Conozco esa información sobre Amazon, pero es que proabortistas, como se dice en este artículo, hay por todas partes. Y de los de la banderita LGTBI ya ni hablamos.
Así que como dice el Apóstol, tendríamos que salirnos de este mundo…
No se trata de salirse de este mundo sino de no colaborar con este mundo. Y eso se puede y se debe hacer, ¿en qué medida? en la medida que cada uno puede pero con coherencia. Por ejemplo, según indica la «Dies domini» ¿cuántos procuramos santificar el domingo y no colaboramos con compras ese día salvo extrema necesidad?
Hay cuestiones de las que no podemos escapar pero otras sí, en marcas, lecturas, cadenas que sintonizamos y otro largo etcétera. Sí se puede, y es de conciencia hacerlo. Y cuando se ostenta un cargo de responsabilidad a nivel empresarial o político, hay que tener a quién preguntar con conocimiento el «hasta dónde se puede llegar», transigir o renunciar y no me lo invento: fue lo que hicieron muchos cristianos de los primeros siglos con respecto a algunas profesiones que eran inmorales. Un ilustre jesuita me contaba que, el ahora denostado Franco, le llamaba en muchas ocasiones para preguntarle sobre temas: «le pregunto a vd. padre porque sé que no va a buscar agradarme»
Totalmente de acuerdo, hay que ser coherente. Me alegra saber que hay otros que actúan como yo, cortando cualquier relación con las empresas que promueven la cultura de la muerte y la ofensa contínua a los católicos: Amazon, Netflix, Starbucks, Disney, TVE,…etc.,
McDonalds, BurgerKing, etc.
Si no vamos a comprar a los comercios que no son católicos, vamos a tener que vivir sin electricidad, sin gasolina, sin automóvil, sin teléfono, sin computadora (ordenador), sin internet, sin electrodomésticos, sin ropa o calzado que no hayamos hecho nosotros mismos, cultivando nuestros propios alimentos y sin enfermarnos porque no compraríamos medicamentos. Como si viviéramos en una isla perdida en el océano. Suena bien decirlo, otra cosa es hacerlo.
Pues lo que decía más arriba. Tendríamos que irnos de este mundo porque desde los grandes vendedores online hasta muchas de las tiendas de tu barrio, están regentadas por paganos, ateos o apóstatas.
Tendremos que comprar una parcela en el campo y a ver si podemos cultivar lo suficiente para vivir. Ah, también tener unas cuantas gallinas.
Tampoco acudamos a los hospitales, porque se practican abortos y a lo mejor el médico que atiende es uno de los cómplices en este genocidio.
En definitiva, mientras estemos en este mundo, por suerte o por desgracia, tendremos que mantener relaciones de diversa índole con personas que no son cristianas ni católicas. Puede ser una ocasión para evangelizar, aunque es muy complicado con el ambiente en el que vivimos donde se ha sembrado odio hacia Dios. El anticristo, la gran apostasía… ya sabemos.
Hablando mal de todo el mundo en esta web, sólo se demuestra que sois unos idealistas sin escrúpulos, burgueses de mal pelaje. Si yo contara los problemas que tenéis con al alcohol en esta web… y lo que mentís… espero que no peguéis a vuestras mujeres. Sois la copia exacta de M. de Renal en Rojo y Negro. Vais de lo que vais, pero no sois nada. Menos mal que Dios ama la nada. Pido para que todos nos convirtamos.
SCOUT
Percibo cierto sufrimiento en tu comentario. Solo hablan mal de lo bobos o de los cretinos. No te des por aludido, no hablan de ti, aunque tengas poderosos motivos para pensar que si lo hacen. Vive la vida, seas lo que seas y no te acomplejes, Dios ama a todo el mundo, aunque sufra.
Estas diatribas son propias de gente que no tiene que pagar facturas ni hacer la declaración del IRPF. Gurpegui, si eres un nini disfruta de tu juego de rol diario pero déjanos en paz a los mayores que compremos donde nos salga de los huevos. Pesado.
Peros si se pagan impuestos que luego PSOETA usa para los abortos en Sanidad Pública y no te puedes negar a pagarlos porque te van a perseguir y luego robarte el triple…
Y esto para los trabajadores de a pie…