Según informa Asia News, el obispo Vicente Guo Xijing, quien en 2020 renunció a su cargo de auxiliar en la diócesis de Mindong para no registrarse en los organismos oficiales controlados por el gobierno chino, ha celebrado su 40º aniversario de ordenación sacerdotal en un contexto de reclusión y restricciones. La capilla de su residencia ha sido sellada y solo puede recibir visitas a través de una puerta con barrotes.
Diversos vídeos enviados a Asia News muestran cómo Mons. Guo Xijing administra la comunión a los fieles a través de la puerta cerrada con una gruesa cadena, que le impide recibir visitas de manera normal. En las imágenes también se observa cómo los fieles le entregan rosarios y objetos religiosos para que los bendiga, devolviéndolos de la misma manera.
Una represión renovada contra la comunidad clandestina
Las restricciones contra Mons. Guo Xijing y otros miembros de la comunidad clandestina de la diócesis de Mindong se han intensificado desde la pasada Navidad, coincidiendo con nuevas presiones sobre sacerdotes locales para que se registren en los organismos oficiales impuestos por el Partido Comunista chino. Tanto el obispo como otros clérigos del norte de Fujian han rechazado reiteradamente someterse a estas imposiciones, lo que les ha costado el aislamiento y la represión.
Cabe destacar que estas medidas se han producido semanas después de la participación de Mons. Vicente Zhan Silu, actual obispo oficial de Mindong, en el Sínodo del Vaticano celebrado en octubre. Mons. Zhan Silu, quien en 2018 fue acogido en la plena comunión con la Santa Sede tras el acuerdo secreto entre Roma y Pekín sobre el nombramiento de obispos, asumió entonces el liderazgo de la diócesis, mientras que Mons. Guo Xijing pasó a ser obispo auxiliar antes de decidir su retiro en oración. Este obispo anunció su renuncia prematura en el año 2020 al sentirse incapaz de poder seguir sirviendo. Durante muchos años, este obispo ha sido perseguido por el Partido Comunista chino por su negativa a inscribirse en la Asociación Patriótica
El contexto eclesial en Fujian
El caso de Mons. Guo Xijing no es un hecho aislado. Su confinamiento y las restricciones impuestas a su ministerio han salido a la luz pocos días después de que la Santa Sede aprobara el traslado del obispo de Xiamen, Mons. Cai Bingrui, a la diócesis de Fuzhou, una de las sedes más relevantes de la Iglesia en China. La ceremonia fue presidida precisamente por Mons. Zhan Silu, en un territorio donde aún se perciben las tensiones entre la Iglesia oficial y las comunidades clandestinas**.
Las imágenes difundidas por Asia News evidencian que, a pesar de los obstáculos, los fieles continúan buscando el acompañamiento espiritual de Mons. Guo Xijing, quien, a sus 67 años, sigue viviendo en reclusión y bajo estrecha vigilancia. La situación en Mindong ilustra la difícil realidad que enfrentan los católicos chinos que optan por mantenerse al margen de los controles estatales, en un clima de creciente presión sobre la libertad religiosa en el país.
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Los mártires son olvidados y traicionados por el Vaticano.
Roma ha perdido la Fe, por tanto considera absurdo el martirio y la defensa de los principios Catolicos. Para estos «judas» todo es politica, todo es negociable..
Actualmente en China existen DOS iglesias «católicas».
Una es la que intenta seguir a Dios y es reprimida por el gobierno chino.
Otra es la que dirigen el partido comunista, y ateo, chino junto con bergoglio y el vaticano.
Estos son los auténticos Católicos no Bergoglio y Compañía que son traidores.
Y el Vaticano no puede hacer nada p or este martir?
El Obispo Vincent Guo Xijin renunció a su cargo en una carta en la que decía que no podía pasar por las imposiciones del gobierno chino. Sigue siendo obispo porque el Vaticano lo había nombrado y obispo se quedó, pero no tiene sede. Esto hace que el PPCH ande detrás de él, lo meta y lo saque de la cárcel cuando le da la gana, y su destino sea el abandono de todos. Sus manos están consagradas lo que hace que pueda decir misas clandestinas, y para que esto no suceda lo meten en la cárcel, lo acosan y no puede tener domicilio fijo si lo sacan de la prisión. Duerme en la calle porque a cualquier familia que lo acoja le cuesta también prisión. El Vaticano le dice que estas son lentejas, si quieres las comes y si no las dejas. Y como no pasa por las Horcas Caudinas el Vaticano, que prefiere no saber, y el gobierno chino, que sí sabe, lo martirizan.
Yo leí su carta de renuncia, he tratado de saber más de él, pero esta noticia es la única que tengo desde hace años.