El obispo Robert Barron, presidente del Comité de Laicos, Matrimonio, Vida Familiar y Juventud de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), ha valorado positivamente la orden ejecutiva firmada por el presidente de Estados Unidos, que prohíbe la promoción y financiación federal de intervenciones médicas destinadas a cambiar el sexo de los menores.
En su declaración, el prelado ha subrayado que esta medida responde a una preocupación creciente sobre el impacto de estas intervenciones en los jóvenes. «Aplaudo la orden ejecutiva del presidente que prohíbe la promoción y la financiación federal de procedimientos que, basados en una falsa comprensión de la naturaleza humana, intentan cambiar el sexo de un niño», afirmó Barron.
Asimismo, el obispo ha hecho hincapié en las consecuencias que muchos jóvenes han experimentado tras someterse a estos tratamientos, como la infertilidad y la dependencia de por vida de costosas terapias hormonales con efectos secundarios significativos. En este sentido, denunció que «es inaceptable que se aliente a nuestros niños a someterse a intervenciones médicas destructivas en lugar de recibir acceso a una atención auténtica y unificadora del cuerpo».
Por otro lado, Barron también ha valorado el esfuerzo de la orden ejecutiva por promover terapias alternativas basadas en la investigación científica para ayudar a los jóvenes que padecen disforia de género. «También aplaudo el objetivo de la Orden Ejecutiva de identificar y desarrollar terapias basadas en la investigación para ayudar a los jóvenes que luchan contra la disforia de género. Estas personas son amadas por Dios y poseen la misma dignidad inherente que todas las personas. Merecen una atención que los sane en lugar de dañarlos», destacó.
En su mensaje, el obispo Barron ha recordado las palabras del Dicasterio de Doctrina de la Fe en Dignitas Infinita, donde se subraya la importancia de acoger el cuerpo tal como ha sido creado. «Como afirma el Papa Francisco (Dignitas Infinita, 60), todos estamos llamados a acoger el don de nuestro cuerpo, creado a imagen y semejanza de Dios, como varón y mujer», citó Barron, resaltando que la diferencia sexual es un elemento esencial del ser humano y de la complementariedad entre el hombre y la mujer.
Finalmente, el prelado ha subrayado que «ayudar a los jóvenes a aceptar su cuerpo y su vocación de mujeres y hombres es el verdadero camino de la libertad y la felicidad», insistiendo en la necesidad de ofrecer a los menores un acompañamiento adecuado y alejado de tratamientos invasivos que puedan marcar sus vidas de manera irreversible.
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Menos mal que todavía quedan buenos obispos que defienden la rectitud moral, y por eso felicitan la restauración ética de la política que está promoviendo Donald Trump.
En este sentido son de agradecer las palabras de apoyo al nuevo Presidente de EEUU, por parte de Müller, Strickland, Barron, Viganó, etc.
Pues sí. Pero sin lanzar cohetes, que me da que lo de trampita tiene un lado malo que no hemos visto con claridad y que pasados unos años veremos más diáfanamente y entonces será más difícil de evitar. En mi opinión trampita merece elogios por el, al menos aparente, vuelco político-social que está produciendo, colocando otra vez la brújula apuntando al norte. Pero al mismo tiempo considero imprescindible una crítica profunda por algún pensador que prevenga de sus puntos débiles, para que Trump sea sustituido, al final de su mandato, por alguien que lo mejore y no por lo contrario, como sucedió hace cuatro años.