El Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, encabezado por el cardenal Arthur Roche, ha publicado una nota oficial en la que se pronuncia sobre la obligación del precepto en caso de traslado de un día festivo debido a la coincidencia de festividades en el calendario litúrgico.
Según explica el documento, la coincidencia de dos festividades en una misma fecha es un fenómeno regulado por las Normas Universales sobre el Año Litúrgico y sobre el Calendario. Estas normas establecen que, cuando una solemnidad es impedida por un día litúrgico de mayor precedencia, se traslada al primer día disponible que no coincida con celebraciones de mayor rango.
Ante este contexto, se planteó la duda sobre si, en caso de traslado de una festividad de precepto, la obligación de asistir a Misa se mantiene en el nuevo día. La respuesta del Dicasterio es clara: el precepto no se transfiere. De este modo, el Vaticano vuelve a perder una oportunidad de oro para animar a los fieles católicos a descubrir la importancia de la Misa en la vida del cristiano y que no se reduzca a un meno evento social al que acudir una vez a la semana.
Fundamentos del dictamen
El documento fundamenta esta decisión en el Código de Derecho Canónico (CIC), en sus cánones 1246-1248, que regulan los días de precepto. Dichos cánones no contemplan la posibilidad de trasladar el precepto de forma ocasional debido a una coincidencia de festividades, sino que únicamente permiten a las Conferencias Episcopales, con aprobación de la Sede Apostólica, suprimir o trasladar de manera permanente algunos días festivos de precepto al domingo.
Además, el Dicasterio señala que, dado que la normativa litúrgica no especifica lo contrario y que históricamente esta ha sido la práctica consolidada, debe entenderse que en caso de un traslado ocasional de una festividad de precepto, la obligación del precepto no se mantiene en el nuevo día de celebración.
Confirmación de una práctica consolidada
El documento subraya que esta interpretación es coherente con la legislación vigente y con la tradición litúrgica de la Iglesia, por lo que se considera una norma litúrgica válida y aplicable. En consecuencia, si una festividad de precepto es trasladada debido a la coincidencia con otro día litúrgico de mayor rango, los fieles no están obligados a asistir a Misa en la nueva fecha asignada.
De este modo, el Vaticano sigue dando pasos para rebajar la exigencia de la vida cristiana. Mucho Jubileo, muchas actividades sociales y de voluntariado pero de nuevo, la Sant Misa parece ser un estorbo que es prescindible.
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Poco a poco, una especie de “peste” mental va “matando” por contagio -en los jerarcas de la Santa Madre Iglesia católica- precisamente la esencia de la misma Iglesia: su santidad, maternidad, unidad y su amor universal.
Solución: ORACIÓN Y EXPIACIÓN.
Todo aquel católico que quiera ir a misa diaria YA PUEDE ir a misa diaria (excepto en lugares muy remotos casi sin clero).
La Iglesia no tiene que multiplicar las cosas OBLIGATORIAS. Que se centre en facilitar el acceso a las cosas que ya son obligatorias.
Está bien que ofrezca cosas buenas NO OBLIGATORIAS (rosarios, coronillas, rezo con velas o iconos, adoraciones, encuentros para leer la Biblia, coros de fe, etc…) para que personas distintas, de edades, culturas y estilos distintos, encuentren lo que encaje con sus horarios, personalidad, afinidades, porque Dios ha hecho a la gente con mucha variedad.
Las cosas buenas, cuando se hacen obligatorias, tienden a convertirse en FARDOS, contra los que Jesús prevenía.
El «café para todos, y solo y agrio para todos, y a las cinco de la tarde para todos» NO es católico.
José Ángel Antonio,lo más excelso que se le puede ofrecer a Dios es la Misa.
La Misa no es PARA NOSOTROS,es POR NOSOTROS,pero es PARA DIOS, Jesucristo ofrecido al Padre para pagar por nuestros pecados.
SI a usted acudir a Misa porque la Iglesia lo establece de forma obligatoria en ciertas circunstancias le parece un fardo pesado le digo lo que decía San José María Escrivá de Balaguer:
» La Misa es larga me dices,eso es porque tu amor es corto.»
Por otro lado Cristo dijo,mi carga es llevadera y mi yugo ligero.
Por tanto están los católicos que creen en Dios,como usted,y los que creen en lo que ha dicho.
No es lo mismo creer en Dios que creer a Dios,usted no le cree.
Vamos a ver, para que no saquemos las cosas de contexto: en este caso el Dicasterio para el Culto Divino no se ha inventado nada nuevo, simplemente ha recordado lo que es la norma vigente, que es que cuando una solemnidad de precepto se traslada de día por coincidir con otra que goza de precedencia, el precepto no se traslada, y así el dia que liturgicamente se celebra la solemnidad trasladada no es obligatorio ir a misa, que muchas veces será un día laborable.
Por ejemplo, la solemnidad de San José, 19 de marzo, cuando cae en domingo no se puede celebrar porque siempre coincide con la cuaresma y los domingos de cuaresma están por encima de cualquier solemnidad. Por tanto cuando San José es domingo se traslada su celebración al lunes 20 de marzo, sin embargo no se traslada el precepto, y por tanto los años que esta fiesta cae en domingo y se celebra en lunes no es obligatorio ir a misa.
No saquemos las cosas de contexto, otra cosa es la conveniencia de modificar la norma…
Completamente de acuerdo. Qué atrevida es la ignorancia… y lo digo por los redactores de la noticia. Tanto veneran la Tradición… y la desconocen. “Odiosa sunt restringenda”, dice un aforismo clásico del Derecho, y que siempre se ha vivido en el Derecho de la Iglesia. Hay mil ejemplos: si alguien está de viaje y por la diócesis que pasa no conoce que es un día de precepto, si vas a una hora a Misa y resulta que el cura está enfermo y no se ha presentado, y tú no tenías ninguna obligación de saberlo, …
Bastantes cosas mal hay en la Iglesia como para inventarse problemas.
Así es y siempre fue así .
Es de sentido común.
Lo burros ideológicos existen …
Esto es como el que quiere que le admitan en un club exclusivo,pero cuando se cruza por la calle con el presidente ni lo saluda. Seguimos sin enterarnos desde 1960 que el católico es católico y vive una vida centrada en Dios 24/07, seguimos sin acordarnos para nada del primer mandamiento, luego que no haya llanto ni crujir de dientes cuando tengamos que presentarnos a nuestro Creador, porque para entonces ya va a ser tarde.
Esta historia de la «Nota» del cardenal Roche me hizo acordar de una historia personal ocurrida hace unos 30 años cuando en un grupo de oración una mujer que estaba a mi lado me refirió que frecuentaba un grupo de oración «de la Renovación » (sic) donde ocurrían tales y tales señales y prodigios, pero que en un par de ocasiones le había dicho a los que lo lideraban que se le iba a hacer difícil seguir asistiendo porque las reuniones eran en Domingo y por ser tan largas a veces le conflictuaban con la ida a la Misa, a lo que le respondieron que no importaba, que si no podía asistir a Misa por estar en ese grupo de todas maneras estaba alabando a Dios. El mismo subtexto con Roche, que sin decirlo abiertamente envía el mensaje de que después de todo no es tan grave no ir a Misa, con precepto o sin precepto. Y a ese paso se va generalizando la jurisprudencia: Mientras no sea preceptivo ir a Misa yo no pongo un pie en una Iglesia.
Yo ahora sigo el calendario tradicional, hay cosas cambiadas, como la fiesta de Cristo Rey, que en el Concilio Vaticano II lo cambiaron no sólo de día de celebración, sino todo el sentido verdadero que tenía, para minimizar el significado de reinado de Cristo AHORA en la Tierra, no es sobre cuando sea su «segunda venida» como ahora quieren dar a entender.
También han cambiado días de santos relevantes, todo ese tema de los «ciclos de misa, A, B, C», tantas lecturas del antiguo Testamento que no vienen a cuento realmente (no en la Misa me refiero, ya leerlo si se quiere como tarea particular). Con lo bueno que es la misa tradicional para aprender lo básico, todas las oraciones basadas en salmos, prefacios excelentes que definen nuestra fe y eso repetido año tras año va creando la esencia del conocimiento de la fe sin necesidad de ser todos unos doctores o unos teólogos (que de otra parte, los teólogos de ahora la mayoría herejes y diciendo sandeces, es lo que hay).